“He pasado muchas noches sin dormir, tratando de encontrar la manera de olvidar lo ocurrido, pero no puedo”, fueron algunas de las palabras que utilizó Nevenka Fernández para describir el calvario que estaba atravesando y que la llevó a renunciar a su puesto como concejala de Ponferrada en marzo de 2001. El principal responsable de ese sufrimiento fue Ismael Álvarez, exalcalde del municipio español y su jefe, quien la acosó sexual y psicológicamente durante meses y la obligó a recurrir a la justicia, un caso pionero del #MeToo que 20 años después Netflix decidió contar en una atrapante miniserie documental de tres episodios que se estrenó el viernes.
Nevenka Fernández ingresó en el Ayuntamiento de Ponferrada en julio de 1999, luego de que el Partido Popular (PP), la fuerza política que ella integraba, ganara las elecciones municipales. Tras la victoria del PP en las urnas, asumió en la Concejalía de Hacienda. Por aquel entonces, Ismael Álvarez se desempeñaba como alcalde de Ponferrada, quien depositó toda su confianza en la joven economista de 24 años que se abría paso en la política.
Ambos mantuvieron una relación sentimental durante un tiempo, hasta que Nevenka decidió ponerle fin. Fue en ese momento en que para ella comenzó un infierno, como relata en su discurso del 26 de marzo de 2001 en el que anunció públicamente la denuncia por acoso sexual contra Álvarez. Previamente, en septiembre de 2000, Fernández había decidido tomarse un descanso como concejala y solicitó una licencia por problemas de depresión.
Nevenka finalmente ganó el juicio en mayo de 2002 y Álvarez fue condenado a nueve meses de prisión por delitos de acoso sexual, tras presentar su renuncia como alcalde. Además, fue obligado a pagar una multa de 6.480 euros (que luego fue rebajada a 2.160) y otros 12.000 para indemnizar a la víctima. Pese a que la sanción parece mínima, el caso hizo historia: se trató de la primera vez en que un político español era sentenciado por acoso sexual.
Álvarez negó las acusaciones en su contra y aún lo continúa haciendo. Incluso llegó a decir que el acoso fue al revés, es decir, de Nevenka contra él. Ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, aseguró que fue él quien decidió terminar la relación con ella porque comenzó a perder confianza en su “lealtad y fidelidad”. Además, atribuyó la denuncia a un posible “despecho o venganza, a celos amorosos o profesionales convertidos en auténtica enfermedad”.
En Nevenka, la miniserie documental de Netflix dirigida por Maribel Sánchez-Maroto y producida por Newtral, Fernández rompe su silencio de 20 años y cuenta el sufrimiento que experimentó durante varios meses producto de amenazas, persecuciones y distintos tipos de acoso por parte de Álvarez que la llevaron a retirarse de la vida política.
En tres episodios, Nevenka Fernández narra lo vivido desde el momento en que le ofrecieron trabajar en el Ayuntamiento hasta la histórica conferencia de prensa en la que se armó de valor para hacer pública la denuncia contra el exalcalde. La miniserie se nutre también de imágenes de archivo, recortes de diarios y testimonios de políticos y periodistas que sirven para reconstruir este caso que sacudió a la opinión pública española.
Nevenka revela en un episodio una situación muy común en aquel entonces (que, aunque menos que antes, todavía continúa): la ponderación de la mujer por su belleza más que por su capacidad intelectual. En una visita de los Reyes de España a Ponferrada, la exconcejala cuenta que Juan Carlos I le dice “eres muy guapa” a lo que ella contesta “y también inteligente”. Ese momento resume la época, en la que las mujeres eran objeto de elogios no por lo que hacían, sino por cómo se mostraban. No es que no siga sucediendo ahora, sino que al menos ya no se percibe con tanta normalidad como antes. Por eso sorprende tanto la respuesta de Nevenka hace más de 20 años.
En declaraciones a la Cadena Ser de España, la directora Sánchez-Maroto afirmó que Nevenka ha logrado rehacer su vida, pero que “todavía tiene cicatrices”. De hecho, explicó que algunos testimonios en el documental son de archivo porque ella no fue capaz de contar todo.
La particularidad del caso Nevenka es que en aquel entonces gran parte de la sociedad estaba del lado del alcalde. Álvarez gozaba de una enorme popularidad en Ponferrada e incluso hubo marchas en su apoyo y tildando a Nevenka de mentirosa, quien finalizado el juicio debió exiliarse en el Reino Unido porque el hostigamiento social hacia ella aún persistía pese a que un tribunal le había dado la razón. Para muchos, la víctima era en realidad Álvarez, el agresor. De hecho, tuvo su segunda oportunidad en la política como concejal de Ponferrada, cargo que ocupó entre junio de 2011 y marzo de 2013. Parece raro imaginar una situación similar en los tiempos que corren, donde la condena social es mayor que antes y en los que las mujeres de a poco se van animando a alzar su voz para denunciar este tipo de situaciones que difícilmente se puedan erradicar por completo, pero sí visibilizar y condenar.
Afortunadamente, hoy las mujeres cuentan con el respaldo de asociaciones y movimientos que las empujan a levantar la voz frente a actitudes misóginas y cobardes de los hombres. Pero eso no era así hace más de 20 años, de ahí que el coraje y la valentía de Nevenka en estos días se valoran muchísimo más. Ojalá su caso sirva como ejemplo para que más mujeres se animen a romper el silencio y a denunciar la violencia machista que tanto mal le hace a la sociedad.
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