Hace más de un año que la pandemia estalló en gran parte del mundo y significó para todas las poblaciones un cambio repentino de paradigma, pues la amenaza de un nuevo virus significó para muchos el enfrentamiento a lo desconocido y a la incertidumbre que genera “una nueva normalidad”.
Esta crisis sanitaria global afectó a millones de seres humanos en distintos sentidos, generando aspectos psicoemocionales que ya han sido estudiados, con efectos adversos en la salud mental de las personas, tales como depresión, ansiedad, pánico y trastornos del sueño.
Estas repercusiones en la salud fueron vividas también por Yuri, pues ante el desconcierto de los primeros meses de la pandemia del virus SARS-COv-2, la cantante veracruzana padeció crisis nerviosas que la condujeron a buscar un alivio en los medicamentos ansiolíticos para controlar sus pensamientos y poder dormir.
En una charla con la revista People en español, la cantante de Detrás de mi ventana reveló que tras haber sido una de las millones de personas en el mundo que han sufrido el contagio de la enfermedad de COVID-19, su ánimo quedó mermado y las secuelas nerviosas se manifestaron pronto.
“[Fue] horrible porque yo soy una mujer súper activa. Me dio de todo, como a todos. Nadie ha vivido ileso. Todos hemos vivido en algún momento, algo que esta pandemia nos ha provocado”, contó.
Y es que pese a haber podido salir avante del padecimiento que ha cobrado la vida de millones de personas alrededor del mundo, la también conductora de televisión reveló que las ansiedades le provocaron pérdida de peso y un estado nervioso permanentemente alterado.
“Tuve que ir al médico. Cuando me dio COVID tuve que ver a un doctor para que me diera pastillas para las ansiedades porque sí lo necesitaba, porque era una cosa terrible que no podía controlar. Eran ataques de ansiedad demasiado fuertes, sobre todo por las madrugadas. No dormía bien, no comía bien, bajé mucho de peso”, compartió.
La veterana cantante admitió haber desarrollado una dependencia a los ansiolíticos, sin embargo pronto encontró la solución a su padecimiento: acercarse a la fe que profesa desde hace más de 20 años y por la que en su momento fue señalada.
“Meterme mucho con Dios me ayudó cualquier cantidad. Como que Dios, mis emociones las ponía en su lugar. A través de la oración fui dejando los ansiolíticos… Yo me metí con Dios, [la solución] es meterse con Dios, tener un tiempo de meditación, con la palabra, escuchar, leer, orar. Definitivamente, tú no puedes andar en este mundo sin Dios, porque Dios es más grande que un ansiolítico, más grande que lo que pueda haber, más grande que tu problema”, expresó.
La también “investigadora” del reality show Quién es la máscara reveló que ahora muchas personas la buscan, en medio del desasosiego generado por la pandemia y la incertidumbre, para que les comparta la fe cristiana, y recordó el momento en que muchos le pedían que se guardara sus creencias ante el público.
“La gente está ávida de eso ahora. Desgraciadamente tenemos que estar casi casi al borde de la muerte para recibir las cosas de Dios. He recibido cualquier cantidad de mensajes de amigos míos famosos y no famosos, que me dicen: ‘Yuri, ¿cómo busco a Dios, cómo llego a él? Quiero escuchar tus pláticas’… Antes que me decían que me callara [que no hablara de Dios], ahora quieren que no me calle y es fantástico”, compartió.
“No soy la salvadora, no vengo a salvar el mundo. El único salvador se llama Jesucristo de Nazaret, pero sí definitivamente como artista, uno influencia mucho en la gente”, puntualizó.
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