Desde los inicios de su carrera, la cantante Britney Spears tuvo que atravesar episodios que marcaron para siempre su vida y su carrera. La estrepitosa relación que entabló con Justin Timberlake, integrante de Nsync, fue uno de ellos, pues, por mucho tiempo, la hizo objeto de ataques y críticas públicas.
Aunque se sabe que el noviazgo dejó fuertes secuelas en la cantante, el tema retomó fuerza luego de la publicación de Farming Britney Spears, producido por The New York Times. Una fuente anónima declaró a Life&Style que “el documental enmarca en una luz completamente nueva lo que realmente sucedió con Justinina”.
La historia entre Britney y Justine comenzó en 1999. Al inicio parecían la pareja perfecta, estaban encaprichados el uno con el otro. “Britney era joven, ingenua y estaba fuertemente influenciada por su equipo cuando salía con Justin”, aseguró la fuente.
Los perfiles de ambos artistas tenían una fuerza descomunal en los 2000′s, lo que significaba beneficios económicos para sus marcas. Sus gerentes, agentes y publicistas no dejaron pasar esa oportunidad y aprovecharon al máximo el noviazgo de los cantantes. Tanto Justin como Britney pensaron que se habían enamorado “pero nunca pudieron ser una pareja normal”, recalcó.
Con el tiempo comenzaron las peleas, los choques de egos y las escenas de celos. En entrevista con Life&Style Reg Jones, quién asegura haber sido el primer novio de Spears a los 14 años, declaró que lo que Timberlake y Britney estaban “viviendo una mentira”.
Desmintió que el integrante de Nsync haya sido la primer pareja sexual de la estadounidense, tal como Timberlake lo mencionó sin recato en una entrevista de aquel entonces. “Su gerente la hizo mentir al respecto. Cuando empezó a hacer giras con Nsync, comenzó a negarme”, contó a la revista de entretenimiento. Agregó que la relación entre ambas estrellas juveniles había sido por publicidad en un principio.
El momento más crudo de la relación llegó en 2002, cuando Justin Timberlake utilizó a una actriz bastante parecida a Britney para su video musical “Cry Me River” y dio a entender que ella le había sido infiel. El público, entonces, se le fue encima a Spears.
Wesley Morris, crítico del New York Times declaró durante el documental que la gente comenzó a tratar a la cantante “como si fuera la puta de la escuela y a él como el mariscal de campo. Esencialmente armó el video de para incriminarla de la muerte de la relación”.
La fuente de Life&Style aseguró que tras el video, Britney quedó destrozada con la forma en la que Timberlake la representó en el video y con las declaraciones de la entrevista. Pero “Justin no era ningún ángel. Tenía un ojo errante, pero convenientemente olvidó mencionarlo”.
Para calmar el dolor, comentó, la cantante comenzó a mezclarse “con personas equivocadas”. Luego de la ruptura con el integrante de Nsync, el sueño de Britney era tener una familia. Lo consiguió poco más adelante, en el año 2004, tras casarse con el bailarín Kevin Federline y tener a sus dos hijos, Sean y Jayden.
En 2006 se presentó el evento que la hizo tocar fondo. Solicitó su divorcio y comenzó la pelea campal por la custodia de los niños. “Ella quería verlos. Él no la dejó”, contó la fuente. Los siguientes dos años protagonizó episodios que marcaron su imagen pública: se afeitó la cabeza, atacó a un paparazzi con un paraguas, perdió la custodia de sus hijos y fue detenida dos veces.
Ante el caos, Britney Spears se comprometió con su tratamiento psiquiátrico, otorgó el control de su dinero y carrera a su padre, de quien ahora exige desatarse ante jueces federales. Su abogado informó que hasta que su padre deje de estar a cargo del control de su dinero y carrera, la cantante no volverá actuar.
Actualmente, contó la fuente, Spears se siente contenta de que la gente ya no se burle de ella. Tiene una relación con el entrenador y modelo de fitness San Asghari que ha durado cuatro años, quién la alienta y apoya en su camino a recobrar una vida normal.
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