El actor Rodrigo Mejía perdió la batalla contra el COVID-19 y su historia ha impactado a más de uno en México. El histrión de 45 años ya había superado a la temida enfermedad, pero las secuelas no le permitieron superar la prueba sanitaria, lo que llenó de profundo dolor a la farándula mexicana, especialmente a su esposa, la conductora de TV Azteca, Gaby Crassus.
Tras el sentido deceso, surgieron los testimonios sobre la personalidad del intérprete de “Nelson Acuña” en la telenovela Cuidado con el Ángel y resaltaron la calidad humana, la sonrisa siempre presente y el profundo amor que profesó hacia la presentadora de Al Extremo, pero detrás también existía una profunda preocupación derivada de la situación sanitaria.
El actor usó sus redes sociales para hablar de sus problemas de salud mental. En más de una ocasión evidenció que el confinamiento le incrementó los cuadros de ansiedad, los ataques de pánico y lo llevó a una depresión.
“Ayer fue un día malo... son muchos meses muchas presiones y llega un punto en que siente que el pecho va a explotar y sientes que te quieres morir... ayer fue uno de esos días donde sabes que vas a tener una crisis y nos sabes qué hacer. Tratas de estar bien con tu familia, pero tu cabeza dice NO ES POSIBLE, por otro lado no quieres que te vean mal. Pero saben estoy CANSADO de sentirme así, de sufrir en silencio, de no poder gritar o llorar de guardarme todo como una caja fuerte”, escribió en una publicación hecha en su cuenta de Instagram en octubre del año pasado.
Mejía aprovechó para sensibilizar a sus seguidores con respecto a los problemas de salud mental en plena pandemia: “Sabes, quizás el que está al lado tuyo necesita un abrazo, un beso, unas palabras o simplemente que lo escuchen. Por favor, AYÚDALO, somos tercos y NO nos gusta hablar, pero es lo único bueno que podemos hacer”.
El actor también resaltó que siempre contó con el apoyo de su familia, su esposa y sus amigos para superar las adversidades que se le presentaron durante el confinamiento, que realizó en Mérida, Yucatán, donde se estableció desde hace varios meses con la esperanza de echar a andar un nuevo negocio.
“Gracias por sus muestras de cariño, todos sabemos que fue un año diferente y que debemos tomar lo mejor de las situaciones más adversas. Tuve fuertes depresiones y ataques de ansiedad, mucha gente me apoyó y hoy puedo decir que gracias a mi familia y a mis amigos vamos cada día mejor...”, comentó en otra de sus publicaciones.
A pesar de las batallas internas de Rodrigo Mejía, el actor jamás perdió el entusiasmo para buscar nuevos proyectos y así se mudó hace casi un año a Mérida, Yucatán, donde buscaba establecer una mejor vida al lado de su esposa e hijos, Gaby Crassus y Matías y Mauro.
“Una gran familia que tengo la fortuna de conocer desde hace muchos años. Rodrigo siempre buscando estar bien de salud, por eso decide irse a vivir a Mérida y lamentablemente le pega con todo esta enfermedad (COVID-19)”, reveló Daniel Bisogno durante la última emisión de Ventaneando.
En el programa Venga la Alegría explicaron que el actor Rodrigo Mejía se estableció desde hace meses con su familia en Mérida, Yucatán, donde lo encontró la muerte como una consecuencia del COVID-19.
“Me tocó muchas veces platicar con Gaby (Crassus) sobre lo emocionada que estaba de irse a vivir a Mérida. Ella dejó su trabajo en TV Azteca por seguir al amor de su vida, por seguir ese sueño, porque Rodrigo iba con varios socios para hacer una compañía y así termina esta historia”, comentó la periodista Flor Rubio en el programa matutino de la televisora del Ajusco.
Rodrigo Mejía falleció la noche del pasado jueves como una consecuencia del COVID-19 que contrajo a finales de enero pasado, al igual que su padre, don Salvador Mejía.
Salvador Mejía, director de Asimetrics y colaborador de MVS, compartió la triste noticia a través de su cuenta de Twitter, donde documentó el proceso de la enfermedad que le arrebató la vida a su hermano, el histrión de 45 años.
MÁS SOBRE ESTE TEMA