Yolanda Andrade, actriz y conductora, es muy querida entre el público mexicano. Antes por sus interpretaciones en algunas telenovelas, como aquella que protagonizó con su ex-pareja, Cristian Castro, Las secretas intenciones. Sin embargo, ganó todavía más aceptación por parte de los televidentes cuando en 2002 participó en Big Brother VIP.
Ahora, casi 20 años después de que la conductora fuera una de las finalistas del reality show, recordó cómo fue vivir en aislamiento total en compañía de otras celebridades. En su programa Monste & Joe, junto con sus invitados especiales, Poncho De Nigris y Azalea Ojeda, respondió si volvería a afamada casa.
“No volvería”, comentó directamente y con seguridad. Su compañera y amiga, Monsterrat Oliver, junto con el resto de los invitados rápidamente preguntaron por qué. A lo que primero Yolanda reiteró: “O sea, no volvería ni por la vacuna”.
Las razones por las que Andrade no quisiera participar de nuevo tiene que ver, especialmente, con la gente con la que tenía que convivir dentro de la casa y por los hábitos que tuvieron que modificarse. “(Me costó trabajo) dormir, convivir de pronto, tener como esa paciencia y tolerancia que de pronto no tienes. Las tienes que buscar porque te hartas”.
En cuanto a las cosas que hacían sus compañeros dentro del reality, admitió que algunas de sus costumbres le parecían molestas e incómodas. “Me molesta cómo come la gente, de pronto”, dijo. “El baño era un tema importante. Bañarte ahí era tan incómodo”.
No hay que olvidar que en aquella segunda edición de Big Brother VIP, Andrade quedó en segundo lugar dentro de la casa, pero la corona la perdió en contra de Omar Chaparro. Yolanda recordó la victoria de su antiguo contrincante como algo justo, a lo que Azalea la contrarió diciendo que en realidad la conductora merecía ganar: “Yo creo que te ganaron la corona, amiga”.
Sin embargo, Yolanda admitió que no tenía problema con haber perdido, pues en realidad estaba un poco desconectada con la dinámica del programa: “Es que yo no entendía el juego”. Pero, aun así, al preguntarle si en algo le ayudó Big Brother, admitió que le ayudó a apreciar su convivencia con su familia y a otras cosas: “Me dejó mucha gente. Me dejó mucho cariño”, comentó. “Yo no entendía, ¿sabes cómo? Sales ya de ahí destruida y no entiendes qué pasó”.
Aparentemente, Big Brother VIP también ayudó mucho para reforzar su carácter, especialmente con relación a sus problemas de alcoholismo: “Yo estuve en rehabilitación en tres clínicas y me la pelaron. Porque dije ‘Ya viví lo más cabr*n que es Big Brother’”.
A ello, De Nigris coincidió con la conductora y añadió que estar en aquella casa es toda una experiencia. “Sí, es como algo muy espiritual”, comentó De Nigris. “Es como algo para encontrarte mentalmente estando ahí tú mismo. O sea, estuve 120 días en el primero y en el segundo dos meses”.
De hecho, tanto Yolanda, como Poncho y Azalea hablaron de las secuelas que podrían dejar estar en aquel encierro. Azalia mencionó la ocasión en que salió de la casa y le ofrecieron ir a terapia: “Yo cuando salí de Big Brother, a mí me dijo Pedro ‘Negra, ¿ocupas un psicólogo?’. Y yo como ‘¿Cómo para...?’. ‘No pues es que la China va al psicólogo, Vero va al psicólogo, la que ganó va al psicólogo...’”.
Incluso pareció que se enteraron de varios casos de ex-miembros del programa que tuvieron que empezar a medicarse para la ansiedad. Quizá no tanto por el encierro total en el que estuvieron (que, como ocurrió muchos años antes de la actual situación de la pandemia, era todo un reto), sino por el recibimiento que tenían por parte del público. Podían ser queridos, como odiados; recibidos entre aplausos o incluso con jitomatazos (como Azalea recordó que le hicieron a Verónica Payró).
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