Lyn May era reconocida como una gran bailarina que llegó a ser actriz para varias películas como Tívoli, Noches de cabaret y Las cabareteras. Liliana Mendiola, que es su nombre real, llegó a arrancar varios suspiros por su gran belleza y por la figura llena de curvas que hasta la fecha intenta mantener. Sin embargo, tampoco es secreto que ha sido víctima de las cirugías plásticas.
Fue hace años cuando se sometió a un tratamiento de la cara. De acuerdo con una entrevista que tuvo hace tiempo con Gustavo Adolfo Infante, mencionó que seguía siendo muy joven, que todavía trabajaba en Acapulco, su ciudad de origen, cuando la abordó una señora que intentó convencerla de meterse algo: “Según ella me iba a ver muy guapa si me ponía un poquito aquí, un poquito allá, y como una es ignorante...”.
Según lo que relató en aquella ocasión, esa mujer trataba de convencerla de que, una vez que terminara el procedimiento, se parecería a nada más y nada menos que a la gran actriz de la Época de Oro, María Félix. No obstante, no pasó mucho tiempo antes de que notara que había problemas, y es que lo que le inyectaron a Lyn May en la cara le dejó la piel inflamada y tiempo después, a pesar de que intentó revertir el procedimiento, su rostro aumentó de volumen.
Esta vez, para Ventaneando, recordó aquel doloroso episodio de su vida y cómo la afectó en los años posteriores. Tiempo después de que tuviera las consecuencias de aquel procedimiento, Lyn May supo que lo que le colocaron en el cara no fue colágeno: “Me inyectaron aceite, te digo”, explicó. “Me inyectaron aceite de comer, aceite de guisar, ¡de bebé! Te dicen que es colágeno, ¡pero no es colágeno!”.
Lamentó la realidad de varias ofertas que hay cuando de operaciones estéticas se trata, y eso es que muchas veces se encuentra a personas que estafan a gente ingenua con tal de obtener dinero. Al respecto dijo: “Abusan porque uno es joven o porque uno es inexperto”, hay que reiterar que Lyn May todavía era muy joven cuando empezó a usar estas inyecciones. “Por sacarte dinero, te dicen que es de lo mejor, ¡pero no es!”.
Explicó, a su vez, cómo experimentó las reacciones de su organismo ante la presencia de aceite de cocina dentro de su piel. Mencionó que fue aproximadamente un año después que comenzó a tener malestares: “Empiezas a sentir esas cositas que te pican, que te dan comezón. Empiezas a sentir la bolita y ya te sale una por acá y otra por allá. Son canicas y, además, duras-duras”.
A su vez, advirtió que no es nada sencillo quitarse dichas bolas de la cara, porque traen consigo otra consecuencia. “Cuando te quitan una bolita y te queda una cicatriz. O sea, cambias una bolita por una cicatriz. Así vas. Entonces nunca acabas, ¡es cosa de nunca acabar!”.
Ha sido difícil para ella no sólo lidiar con lo que le pasó en la cara, sino para siquiera encontrar doctores que pudieran ayudarla. De ahí que se sintiera tan desesperada como para tener tendencias suicidas. “Me la he pasado en muchos consultorios buscando la solución para mi problema. He sufrido mucho, yo ya quería suicidarme, ya no quería salir... De todo lo que me ha pasado en mi carrera y en mi vida, esto es una de las cosas más feas que he pasado”.
Por suerte no todo es negativo para la vedette de ascendencia china. En la actualidad es tratada por el cirujano José Hachar que, con paciencia y dedicación, ha removido varias de esas “bolitas” que Lyn May tiene en la cara. De hecho, en 2020 la actriz se presentó en televisión para mostrar su nuevo rostro, mismo que su cirujano logró disminuir notablemente de volumen. Dijo: “Conocí a un doctor que me ha ayudado muchísimo a quitarme bolita por bolita... Me operó y me dejó mi carita (mejor)”.
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