Durante la cuarentena, Britney Spears se convirtió en una persona a la que le encanta presumir sus rutinas de baile en su cuenta de Instagram. Esta vez, la intérprete creó una coreografía al ritmo de una de las canciones más populares de J Balvin.
Spears compartió un video en el que se le puede observar vestida con unos shorts a cuadros, una blusa blanca y el pelo atado. Dentro de su coreografía, mezcló diferentes tipos de movimientos, como piruetas, y hasta un poco de perreo. Esto mientras la canción de “Mi Gente” de J Balvin y Willy William sonaba de fondo.
“A veces solo tienes que divertirte un poco y para mí, ¡es divertido bailar así! Se lo recomiendo a cualquiera que necesite agregar algo más de mojo en su día… o como lo llamen”, escribió en la descripción del clip.
Pero esta publicación no fue la única que Spears hizo durante la noche, pues en un video previo, la intérprete de “Toxic” bailó con una canción de su ex novio, Justin Timberlake. En esta grabación, ella utilizó una blusa de cuello de tortuga negra, y unos shorts negros.
De fondo se podía apreciar la canción “Holy Grail” de Jay Z, junto con Timberlake. “¡La semana pasada bailé con mi cuello de tortuga al ritmo de HOLY GRAIL! LO SÉ ... los cuellos de tortuga son TAN YO”, escribió Spears y etiquetó a su ex pareja.
En confinamiento y bajo tutela
La cantante se encuentra dentro de una batalla legal en contra de su padre desde hace unos meses. En noviembre del año pasado, la cantante no consiguió liberarse de Jamie Spears, después de que una jueza en Los Ángeles rechazara su demanda para que este deje de ser su gestor y administrador de sus más de 60 millones de dólares.
Los representantes de Spears alegaron que su progenitor despidió al gerente de negocios de su hija y contrató a uno nuevo sin avisarle. Ante la negativa de la jueza, el equipo legal de la artista ha declarado que “Britney tiene miedo de su padre y no volverá a actuar si él sigue a cargo de su carrera”.
A pesar de esta advertencia, la jueza Brenda Pennyse ha negado a suspender al padre de Spears, aunque se ha mostrado partidaria de escuchar los argumentos futuros para su suspensión o expulsión, que Samuel D. Ingham III, el abogado de Britney, planea presentar.
La estrella pop, de 38 años, se encuentra en una pausa indefinida de su carrera, pero trabaja activamente en su intento por recuperar el control de su vida y su dinero tras 12 años de una tutela judicial ejecutada principalmente por su padre.
La tutela comenzó en 2008, cuando la cantante atravesaba un periodo de inestabilidad emocional y perdió la custodia de sus dos hijos. Los arreglos normalmente se limitan a personas con capacidad severamente reducida de tomar decisiones por sí mismos, y se supone que son temporales. Pero la cantante ha permanecido bajo control judicial mucho más tiempo de lo que cualquiera anticipaba.
La artista ha reconocido que el arreglo era necesario cuando se estableció y que probablemente salvó su carrera, y se mantuvo en silencio a lo largo de casi todos estos años.
Pero en agosto empezó a indagar públicamente quién supervisaba su vida y dinero, pidiendo mayor transparencia en solicitudes en la corte a menudo secretas, e incluso declarando su solidaridad con los fanáticos que han exigido en manifestaciones y posts en línea para que se termine el control sobre ella: #FreeBritney.
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