Tras sufrir los estragos de la enfermedad de COVID-19, de la que sólo presentó síntomas moderados como dolor de cabeza y cansancio, Maribel Guardia compartió que por fin pudo reencontrarse en su natal Costa Rica con quien considera su segunda madre, su hermana Vilma Chacón, a quien la actriz y ex reina de belleza reconoce como si fuera su progenitora. Con mucha emoción y felicidad, Maribel compartió su reencuentro en una emotiva postal que colgó en su cuenta de Instagram.
Y es que la esperada visita se prolongó un año debido a la crisis sanitaria por coronavirus que se vive en gran parte del mundo y que ya ha cobrado millones de vidas, así lo escribió la también conductora de televisión de 61 años:
“Después de un año vuelvo a ver a mi mamá, Dios me regaló esa licencia de poder abrazarla y disfrutar de su magia, amor y consejos. Mi maestra de vida y mi mejor amiga. Les mando bendiciones en la distancia”, puso la ex esposa del fallecido compositor Joan Sebastian, padre de su único hijo, Julián Figueroa.
Y es que Vilma Chacón casi siempre fue la figura materna de la artista que ha desarrollado su carrera en México, pues con la muerte de doña Rita, quedó huérfana a muy temprana edad, razón por la que quedó a cargo de su hermana mayor.
En julio pasado, la actriz recordó el amargo trago en una entrevista para El minuto que cambió mi destino, donde habló de lo que significó perder a su mamá a consecuencia del cáncer cuando tenía sólo nueve años.
La actriz reveló que no convivía con su padre, quien no se hizo cargo de ella, así que su principal apoyo fue su mamá, fallecida a los 46 años. “Mis papás nunca se casaron, entonces yo fui hija natural. Mi mamá me crio, fue una mamá extraordinaria. La recuerdo con mucho amor, pero yo me quedé huérfana a los nueve años”, contó.
“Me quedé solita a los nueve... Siempre que recuerdo a mi mamá, que tengo un ratito, no puedo evitar llorar, a pesar de que son tantos años”, reconoció y contó que la señora le enseñaba canciones tradicionales de su natal Costa Rica, y si Maribel quería comer en el techo de su casa, doña Rita usaba unas escaleras para poder hacerlo. También le montaba shows para entretenerla. “Ese tipo de cosas hacía mi madre”.
Guardia contó que como era tan pequeña en el momento en que quedó huérfana, no logró entender bien lo que estaba ocurriendo en su vida. “Cuando la vi muerta en la caja yo no entendía por qué ella estaba tan seria. Entonces entré como en una especie de juego. Era un lugar muy grande donde la velaron, con un jardín muy grande, entonces yo salía corriendo y jugaba con ella y le hablaba y le decía ‘mamá esa que está allá arriba no eres tú’ y entonces jugaba. Todo el mundo lloraba y yo entraba corriendo y juraba que mi mamá estaba conmigo, pero en el momento que ya la fuimos a enterrar, cuando echaron la tierra, ahí fue donde yo reaccioné”, recordó.
“Estuve soñando 9 noches con ella que volábamos y que nos sentábamos al lado de un río y platicábamos vestidas de blanco y ya después no la volví a ver más”. Según Maribel, en un principio “tenía como un resentimiento de que ella se hubiera ido, como si lo hubiera podido elegir”.
Una vez que entendió la situación, comenzó a sufrir insomnio, algo que hasta la fecha sigue padeciendo. Con su mamá muerta y un padre ausente, Guardia quedó a cargo de su hermana mayor, Mima (Vilma), a quien considera una segunda madre.
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