El fotógrafo estadounidense David Alan Harvey, que ilustró numerosas portadas de la revista National Geographic y se hizo célebre por haber inspirado al personaje encarnado por Clint Eastwood en la película “Los puentes de Madison” (1995), fue suspendido por la agencia Magnum tras haber sido acusado de acoso sexual por al menos once mujeres.
Hasta ahora, Harvey, que trabaja en Magnum desde hace 30 años, tenía una reputación profesional impoluta, construida en los cientos de viajes que realizó por el mundo para radiografiar paisajes inhóspitos y desconocidos. Su leyenda se popularizó con la afamada película, en la que Eastwood decidió retratarlo como el fotógrafo Robert Kincaid, quien en una de sus expediciones entabla una fugaz pero inolvidable relación con Francesca, una ama de casa de origen italiano que tiene una existencia monótona junto un granjero de Iowa, con el que se casó cuarenta años atrás.
Toda esa fachada de prestigio y reconocimiento se derrumbó por estos días a partir de la denuncia de once mujeres, que lo acusaron de haberlas acosado de distintas maneras: desde instarlas a participar en videoconferencias donde él terminaba masturbándose, a convocarlas a su loft de Nueva York. Si bien les aseguraba en este último caso que sería un encuentro profesional -revisarían el trabajo de las fotógrafas jóvenes- una vez allí las presionaba para tener sexo.
Según informó la periodista Kristen Chick en una investigación publicada en la Columbia Journalism Review, la agencia Magnum recibió la primera denuncia de esta conducta de Harvey en 2009, pero sus autoridades no actuaron hasta agosto de 2020.
Inicialmente la agencia retiró de su archivo unas fotografías explícitas de menores prostituidas en Tailandia que habían sido tomadas por el fotógrafo en 1989, pero hasta estos días no había reaccionado a las acusaciones de acoso.
La periodista Amanda Mustard publicó luego un hilo en Twitter en el que denunciaba al fotógrafo, algo que generó una reacción en cadena de otras mujeres que realizaron denuncias propias.
El grupo de mujeres, identificadas con nombre y apellido, habló con la publicación Columbia Journalism Review y describió por separado patrones de comportamiento similares: Harvey a menudo ofrecía constituirse como mentor de jóvenes fotógrafas o les ofrecía su ayuda, a veces pagando vuelos internacionales para ellas.
“Algunas de las mujeres dijeron que siempre elegía a mujeres de color o que no eran de Estados Unidos -escribe Chick-. Dos mujeres a las que ofreció ser sus ayudantes dicen que se masturbó en videollamadas con ellas sin su consentimiento. Otras dos mujeres describieron casos de abuso físico. Cuatro mujeres describieron ocsaiones donde Harvey las tocó sin su consentimiento y situaciones que las hacían sentir incómodas. Una ex asistente dijo que él la presionó para fotografiarla en contra de su voluntad y luego la amenazó con publicar las fotografías”.
Hace tres años, Magnum presentó un nuevo código de conducta: contrató a más fotógrafas y puso al frente a dos mujeres, una como CEO y la otra como presidenta. Sin embargo, recién ahora decidió dar crédito a la acusación de acoso de uno de sus fotógrafos más reconocidos y, tras confirmar por votación unánime su suspensión por un año, emprendió su propia investigación sobre estas acusaciones.
Los testimonios que hicieron las denunciantes “describen un patrón de comportamiento inaceptable y contrario a los valores a los que aspiramos como colectivo. Sabemos que es difícil hablar y que la sociedad no siempre cree a las mujeres. Si bien nos entristece que estas personas no se sintieran capaces de acudir a nosotros, reconocemos su valentía por dejar constancia”, según aseguró Olivia Arthur, presidenta de Magnum Photos.
(Con información de Télam)
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