Enfundado en un traje y con ese aire seductor, Jon Hamm conquistó a millones de espectadores con su interpretación del publicista Don Draper, un trabajo con el que alcanzó el éxito mundial. Su papel en “Mad Men” le sirvió para impulsar su carrera como actor a los 37 años. Al igual que su famoso personaje en la aclamada ficción que llegó a su final en 2015, Hamm tuvo que lidiar con sus problemas con el alcohol. También tuvo que hacerle frente a un duro y doloroso pasado que le pasó factura en un momento de gran exposición.
La infancia del dos veces ganador del Globo de Oro estuvo marcada por la desgracia. Su niñez no fue sencilla y pudo tener que ver en su rebeldía de juventud.
Ya de grande, y en la cima de su carrera, su vida se desmoronó por segunda vez.
Ahora, a los 49 años disfruta de un buen presente laboral y sentimental junto a una joven actriz a quien conoció en la ficción que lo convirtió en un galán indiscutible.
Una niñez triste y problemática
En una entrevista para la revista Esquire en 2018, Hamm reveló detalles de su dura infancia. Sus padres se separaron cuando sólo tenía dos años, aunque lo más duro llegaría después. En 1980, “un cáncer de colon invasivo, agresivo y fatal”, mató a su madre a los 36 años. Tenía diez años y se vio obligado a vivir con su padre, que tenía un negocio de camiones, dos hijas de un matrimonio anterior y pocas herramientas para tratar con un hijo dolorido al que ofreció el silencio como respuesta. Para el intérprete nacido en Misuri, esa transición fue difícil. El dolor lo llevó a guardar en su interior todos sus sentimientos.
“Mi padre había perdido dos esposas (su anterior mujer también falleció); era un hombre muy triste. Tenía sus propios problemas. No me ayudó a lidiar con el dolor, por culpa de esta mentalidad del medio oeste americano en el que, cuando uno no sabe qué decir, es mejor no decir nada. Me dieron un libro titulado Qué hacer cuando muere un padre, y pensé: ‘Está bien, leo este libro y supongo que estoy arreglado’”, relató Hamm, hoy de 49 años.
Las tristezas del actor se incrementaron en su juventud y lo metieron en problemas con la ley. En 1991, once años después de la muerte de su madre, tuvo que enfrentarse a otra pérdida importante: el fallecimiento de su padre a causa de la diabetes.
Inicios en el cine érótico y un pasado que lo persigue
Sus inicios en la gran pantalla fueron en la industria XXX. La oportunidad le llegó a través de una amiga que le ofreció un puesto en el departamento de diseño de producción en un estudio que realizaba películas de porno blando, en el que nunca se llegan a ver escenas sexuales explícitas. La falta de dinero fue lo que le hizo aceptar el trabajo. “Había perdido mi trabajo en un catering y necesitaba otro”. Al principio dudó - reconoció- pero luego aceptó el puesto al constatar que solo se trataba de “mover cosas” en el set.
Hamm tardó varios años en conseguir una carrera decente como actor y de hecho no fue hasta 2007 que consiguió destacar con su papel protagonista como Don Draper en la exitosa serie “Mad Men”, con la que ganó dos Globos de oro y un Emmy.
El popular actor de Hollywood tuvo serios problemas con la ley durante su época como universitario. La supuesta participación del actor en un caso de novatada de fraternidad de 1990 salió a la luz en abril de 2015, año en que “Mad Men” llegaba a su final tras siete temporadas. En la demanda, el intérprete y algunos de sus compañeros de la Universidad de Texas fueron acusados de participar de una violenta iniciación contra Mark Allen Sanders. La víctima dijo que Hamm participó “hasta el final” de la golpiza. El actor se enojaba cada vez que la prensa le consultaba al respecto y cuando, finalmente, abordó el tema le restó importancia. “Todo sobre eso fue puro sensacionalismo. Fui absuelto. Era un niño estúpido en una situación estúpida. Salí de allí. No fui condenado por nada”.
Hamm dejó la universidad en su segundo año después de que su padre murió y regresó a casa. “Tuve que convertirme en una mejor persona, y estoy feliz de haberlo conseguido”, reconoció tiempo después.
Sus problemas con el alcohol
“Es duro convertirse en el centro de atención, tanto profesional como personalmente”, respondió cuando le preguntaron por su llegada relativamente tardía al estrellato. Hamm tenía ya 37 años cuando “Mad Men” se estrenó en 2008. Ese mismo año el actor ganaría su primer Globo de Oro y recibiría su primera nominación al Emmy, premio que finalmente obtendría en 2015, tras ocho frustrados intentos. Pero Hamm no era un hombre feliz. “Tenía muchas más cosas de las que preocuparme que de si ganaba o no el Emmy”, admitió. Días más tarde, su representante daba a conocer que el sex symbol de la pantalla chica que pasó horas fumando y tomando whisky ante millones de espectadores había cumplido un programa de rehabilitación por una recaída en su adicción al alcohol.
Hamm hizo un tratamiento de 30 días en la clínica Silver Hill de Connecticut. “A veces la vida te bombardea con muchas cosas y hay que tratar de lidiar con ella con lo que se pueda”, explicaba el actor. “Entiendo que ahora mismo es noticia, pero es algo entre mi familia y yo, y no es nada para el público”, señalaba el artista, que también confesaba: “Soy muy afortunado. Muchos amigos, familiares y compañeros de trabajo me han apoyado”.
Divorcio y romance con una compañera de “Mad Men”
El actor mantuvo una larga relación con la actriz y guionista Jennifer Westfeldt entre 1997 y 2015. “Puede que no tengamos un documento que diga que somos marido y mujer, pero después de 10 años, Jennifer es más que una simple novia”, afirmaba él. Ambos fueron siempre una pareja discreta. “Lo que tenemos es mucho más profundo y ambos lo sabemos. Para mí, las personas se casan cuando están listas para tener hijos, lo cual no excluyo”, continuó. Pero 2015 significó para Jon Hamm el fin del exitoso drama, su ingreso en un centro de desintoxicación y la ruptura de su relación con Westfeldt tras casi dos décadas. “Con gran tristeza hemos decidido separarnos después de 18 años de amor y de una historia compartida”, decía el comunicado de la separación; la pareja no tuvo hijos.
Cinco años después de que concluyera “Mad Men”, Hamm mantiene una relación con una compañera de elenco. Se trata de Anna Osceola, de 32 años, que apareció brevemente en la serie de Matthew Weiner. Los actores pasaron juntos la pandemia en Los Ángeles.
La pareja fue vista por primera vez juntos en 2017, pero fue recién este año cuando decidieron formalizar su relación. En “Mad Men” ella interpretó a Clementina, una recepcionista de hotel que apenas interactuó unos segundos con Don Draper (Hamm) en pantalla, en el último capítulo de la galardonada ficción.
En 2018 a Hamm se lo relacionó con la productora de “Saturday Night Live” Lindsay Shookus, quien fue pareja de Ben Affleck, pero ese rumor nunca llegó a confirmarse.
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