En la madrugada del lunes, el nombre de Irma Serrano se viralizó en redes sociales, después de que se difundiera la versión del supuesto fallecimiento de la actriz. Sin embargo, según pudo confirmar el programa Ventaneando, se trató de una noticia falsa.
“Desmiente Luis Felipe García, sobrino de Irma Serrano, La Tigresa, que la actriz haya fallecido, el rumor circula desde ayer en redes sociales”, aclaró en su cuenta oficial de Twitter el espacio televisivo.
Solo minutos después, la periodista y conductora de Ventaneando, Pati Chapoy, reiteró la información y aseguró en su perfil de Twitter que la vedete de 87 años está viva.
“Desmiente Luis Felipe García, sobrino de Irma Serrano, que la actriz haya fallecido”, agregó.
Además, Rosario Murrieta, jefa de información del programa de espectáculos, reveló que La Tigresa se encuentra en buenas condiciones de salud.
“Buenos días. Atención con esto. La actriz goza de buena salud en su natal estado de Chiapas, rodeada de su familia. Acabo de hablar justamente con Luis Felipe. Buena semana para todos”, escribió.
Las versiones sobre el supuesto deceso de la legendaria actriz surgieron un mes y medio después de que su sobrino se contagiara de COVID-19. A finales de octubre, Luis Felipe García confesó que había contraído la enfermedad, y que tenía miedo de poner en riesgo a su tía.
“Resulta que se contagia mi muchacha y no sé cómo, me contagia a mí. Me da mucho terror, mi papá es vulnerable, mi tía ya es mayor. Hay puro adulto mayor, hay que tener mucho cuidado. Fue terrible el haberme despedido de mis papás y de Irma de lejos, o sea es terrible, espantoso como chamaquito porque me daba pavor haberlos contagiado y que esta cosa se saliera de control”.
“Yo creo que es el temor más fuerte que he tenido en mi vida, los días en el lapso que ellos se hacían los estudios y entregaban los resultados, sin temor a equivocarme te puedo decir el miedo más grande que tenido en mi vida”, agregó.
Irma Consuelo Cielo Serrano Castro, conocida como Irma Serrano, La Tigresa, nació en el estado mexicano de Chiapas, un 9 de diciembre de 1933. En la década de los sesenta logró popularidad como intérprete de música ranchera y desarrolló una carrera cinematográfica, como vedette de cabaret y productora de teatro.
La Tigresa tenía una belleza inigualable y una mirada intensa y penetrante, con la que revelaba el carácter fuerte y decidido. “Yo me sabía bonita y había que sacarle provecho a aquello”, declaró en La Oreja, un programa de televisión. Conquistó a empresarios, hombres adinerados y al presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz.
En 1969 corría una versión incesante. El mandatario y la actriz sostenían un intenso romance, un amor prohibido. Había pasado casi un año de la matanza en Tlatelolco y el mandatario mexicano recibía amenazas y rechiflas por doquier. El país estaba enojado. En su libro “La Suerte de la Consorte, Sara Sefchovich” relata que mientras Guadalupe Borja se aislaba de su marido porque no podía soportar las presiones que surgieron tras la masacre estudiantil, Díaz Ordaz inició una historia de amor con Irma Serrano.
Lo sucedido en 1968 hizo que la salud de la primera dama se deteriorara, “se le veía temblorosa e inestable” y su hija empezó a aparecer en actos oficiales, “como primera dama sustituta”, detalla el libro que vio la luz en 1999.
En cambio, el affaire entre la actriz y el presidente iba de viento en popa. Irma Serrano reveló en sus memorias que lo conoció “en una de tantas reuniones de políticos. Aquel personaje era un don nadie pero llegó a ser el gusano mayor para regir los destinos del país durante seis años. Descubrí que era más atractivo de lo que me imaginaba, no de su físico del cual han hecho tantas bromas, sino por su intelecto. Tiene una personalidad un tanto especial: es simpático, duro a veces, determinante y necio igual que yo”.
Cinco años después, terminó el tórrido romance. De acuerdo a la versión de la actriz y política chiapaneca, la primera dama fue la responsable y a través del secretario de Gobernación, Luis Echeverría, Doña Guadalupe intervino para boicotear sus proyectos cinematográficos, discográficos y hasta sus apariciones en televisión.
En la década de los 90, Irma Serrano desapareció del mundo del espectáculo para incursionar en la política. Fue diputada y senadora por el estado de Chiapas; primero a través del Partido Revolucionario Institucional (PRI), luego a través del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y después de forma independiente.
En años recientes, ha estado envuelta en escándalos diversos, por sus relaciones de noviazgo con jóvenes actores, como Patricio El Pato Zambrano; así como por problemas legales y acusaciones de fraude, relacionados con propiedades como el Teatro Fru-Fru.
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