De la trayectoria artística de Luis Miguel se ha hablado mucho, son numerosos sus éxitos musicales, los premios y logros obtenidos a través de las décadas en la carrera de quien es considerado el cantante hispanoamericano más importante de los últimos tiempos. Pero de lo que no pocos hablan es de su enigmática y turbulenta vida personal, aspectos sombríos que hoy aún no han quedado esclarecidos del todo.
Y es que desde su infancia la leyenda artística ha estado vinculada con la tragedia familiar. Luis Miguel Gallego Basteri nació en San Juan, Puerto Rico, el 19 de abril de 1970, su padre fue el cantante español Luis Rey, y su madre, la italiana Marcela Basteri. Asentados en México en 1980, y ante la falta de recursos, resultado de una carrera musical poco exitosa, Luisito se empecinó en impulsar la carrera de su hijo, con el apoyo del actor Andrés García y del entonces jefe de la policía capitalina Antonio Durazo Moreno.
“Durazo fue quien lo apoyó en su carrera artística. Consiguió que el presidente López Portillo invitara a Luis Miguel para que cantara en la boda de su hija Paulina. Luis Rey era un gran negociante, pidió boletos para invitar a los ejecutivos de la disquera y que vieran cómo cantaba su hijo”, contó el periodista César Hernández en el programa En sus batallas.
Con once años, Luis Miguel se convirtió en un ídolo al aparecer en el emblemático programa Siempre de domingo, gracias al apoyo de El negro Durazo, sin embargo, su historia artística desde un inicio estuvo plagada de mentiras, pues el mismo Luis Rey ocultó su nacionalidad y el origen de su familia.
“Sabemos que sus papás nunca se casaron, es muy difícil tener una estabilidad familiar cuando no es algo que él haya visto en casa. Para él era muy difícil tener una vida normal, su padre era el que decidía todo, el dominante; su mamá solamente tenía que obedecer”, mencionó la periodista Jessica Sáenz en la emisión.
Y es que se dice que Luis Miguel no pudo generar ningún vínculo familiar desde pequeño porque “no lo aprendió en casa”, patrón de conducta que sigue perviviendo en su vida adulta. “La fama lo ha llevado a estar rodeado de gente físicamente, pero a tener el corazón vacío”, expresó la periodista Rocío Maldonado. “Se ha blindado de tal manera que hasta sus empleados no lo pueden ver a los ojos, porque no quiere generar empatía con nadie”.
Según los especialistas en su carrera, Luis Miguel no ha podido ser un buen padre debido a que “repite el patrón” de Luis Rey. “El haber luchado contra ese papá opresor, pero al mismo tiempo ahora ser un papá que no es un buen padre, pareciera que no le interesa después de que tuvo un pésimo papá”, dijo Maldonado.
Bajo la tutela de su papá durante siete años, el joven Luis Miguel grabó nueve álbumes de estudio y logró presentarse en los importantes festivales de Viña del Mar, en Chile y San Remo, en Italia. Según los críticos, este éxito temprano se debió a la ambición de Luis Rey, quien a través de su hijo quiso vivir su propio sueño de fama: “La frustración de no ser más que una estrella de un solo éxito y quiso proyectar, desahogar todo éxito que él no logró a través de su hijo, y después encontró que no sólo iba a lograr el éxito que él no había podido sino que iba a conseguir el dinero que jamás había imaginado”, expresó Maldonado.
Se sabe que Luisito Rey cobraba y administraba a su parecer las ganancias de su hijo, y los críticos coinciden en que lo gastó “en vicios y mujeres”, lo que generó una relación familiar ríspida y desgastada.
Al cumplir 18 años y tras descubrir los malos manejos financieros como consecuencia de su padre, Luis Miguel se independizó poniendo su carrera en manos del argentino Hugo López, con quien “empezó de cero”.
“Me da una entrevista en su casa para decirme que él acaba de cumplir 18 años, que a partir de ese momento él iba a empezar a manejar su carrera, de repente me empezó a contar cosas muy privadas, muy de lo que él estaba pasando, incluso estaba llorando, y él y en ese momento me dice: ‘Daría toda mi carrera, todo esto por tener a mi familia en una cena de Navidad, con mis papás, con mis hermanos’, se me salieron las lágrimas”, recordó por su parte el periodista Víctor Hugo Sánchez.
Actualmente, Luis Miguel tiene 50 años y tres hijos “reconocidos”: Michelle Salas, fruto de un fugaz amorío con la actriz Stephanie Salas; y Miguel y Daniel, a quienes procreó con Aracely Arámbula. Sin embargo, se sabe que con ninguno de ellos convive ni funge como figura paterna, lo que lo ha llevado a ser considerado un “mal padre”, que sus críticos atribuyen a la falta de unión familiar que el cantante vivió en primera persona desde sus primeros años.
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