Rafael Amaya regresó a la vida pública, tras pasar una gran cantidad de tiempo internado debido a un problema con sustancias ilícitas que le habrían afectado de tal manera que podía despegarse del personaje de Amado Carrillo, a quién dio vida en la serie “El Señor de los Cielos”.
Este suceso lo habría metido en tantos problemas que hasta sus amigos le habrían recomendado que se moderara en sus consumos, pues inclusive llegaba a actuar como “El Señor de los Cielos” en su vida diaria y terminaba por tener comportamientos violentos como el personaje.
Fue precisamente uno de sus más cercanos quien decidió tomarse el papel de la recuperación de Amaya como una misión personal, Roberto Tapia, su compadre, quien lo llevó a los tratamientos para rehabilitarse, afortunadamente su condición económica le permitió internarse en la clínica para atender las adicciones de Julio César Chávez.
Como la mayoría de los tratamientos contra las adicciones, Amaya está recibiendo ayuda psicológica constantemente y tiene contacto recurrente con compañeros con el mismo problema, con el fin de que sea su humanidad y el cálido trato lo que les ayude a razonar su problema con las sustancias. Además, también recibe asesorías religiosas y se ha convertido en un ávido lector de la Biblia, mientras que ha vuelto a retomar sus rutinas de ejercicio.
Así lo dijo Roberto Tapia al programa de espectáculos Sale El Sol:
Subió algo de peso mi compadre porque había dejado de hacer ejercicio y no, pues andaba mal mi compadre. (Ahora) está haciendo ejercicio, está con su psicóloga, creo que casi todos los días platicando, no sé si es media hora o una hora de sesión. Está con los demás compañeros, platican acerca de sus experiencias cuando suben al escenario, por así decir, leyendo la biblia también está
Según las palabras de Tapia, Rafael Amaya ya es consciente de que su situación era muy peligrosa y que busca regresar a los escenarios lo mejor que se pueda, pues tiene pensado seguir avanzando en su carrera como actor y además de que tiene en mente que para disfrutar su vida tiene que alejarse de las drogas y el alcohol, además del compromiso de regresar con sus padres y formar su propia familia:
Tiene muchas ganas de regresar, él está muy contento con lo que está viviendo, él no quiere que lo dejemos solo ya, él dice ‘yo no quiero que me dejen solo porque ahorita yo estoy vulnerable, ya no quiero regresar a esa vida’, sí anda temeroso mi compadre, dice: ‘ya no quiero más esa vida, yo quiero disfrutar mi vida, quiero formar una familia, quiero estar con mis padres, quiero trabajar, estar con la gente que quiero y la que me quiere
De acuerdo con Roberto, Rafael es consciente que se encontraba en un ritmo de vida que eventualmente le podría costar la vida y que fue algo que pudo reflexionar a través del tratamiento en la clínica, gracias a ayudarse a encontrarse a sí mismo y que fue eso lo que más le ayudó. Ahora que parece que encontró de vuelta su motivación para vivir, se siente muy feliz de haber parado a tiempo:
Me lo contó, me dice ‘compadre, más de un año tomando todos los días, drogándome todos los días’, entonces ya era demasiado pues, él sabía que, si no paraba, él se iba a ir. Vivió muchas situaciones muy fuertes, él sabía obviamente que, si seguía así, él podía perder la vida
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