Después de alejarse de los reflectores y con los rumores sobre sus excesos más fuertes que nunca, el actor Rafael Amaya reapareció con un semblante mejorado y ya rehabilitado de las adicciones que lo aquejaron desde que abandonó la exitosa serie El Señor de los Cielos, pero detrás de este regreso están el cantante Roberto Tapia, su hermana Fátima, su mánager Karem Guedimin y el ex boxeador Julio César Chávez.
El histrión de 43 años estuvo ausente durante varios meses en los que tocó fondo, y aunque no pidió ayuda, sus seres queridos le tendieron la mano para salir de la crisis mental y de la salud a la que se enfrentó este año en Acapulco, Guerrero, a causa de su adicción a las drogas.
Pasada la tormenta, el mismo Rafael Amaya se dejó ver de a apoco en diferentes reuniones en las que presumía su franca mejoría, pero fue esta semana cuando él y el boxeador Julio César Chávez confirmaron que estuvo una clínica de rehabilitación.
“Perdí mi paz interior, el amor que le tenía a mi familia, a mi trabajo. Poco a poco me fui sumergiendo en el fango oscuro del alcohol y las drogas, viviendo todos los excesos posibles habidos y por haber”, recordó en una entrevista en exclusiva publicada por People en Español.
La publicación destacó que cuando Amaya llegó a la clínica Baja del Sol, del ex púgil Julio César Chávez, aún estaba psicótico y creyéndose el Señor de los Cielos, pero en unos meses logró una evolución notable.
“Soy un ser humano, no soy un robot. Me dejé llevar por el alcohol, las banalidades. Estaba cegado por el manto oscuro de la drogadicción”, comentó para la revista.
Otra persona que dio su testimonio sobre la rehabilitación de Rafael Amaya fue el cantante de regional mexicano, Roberto Tapia, compadre del actor y quien lo rescató de sus días más oscuros antes de padecer los síntomas más intensos del COVID-19.
El intérprete de Las edades o No fue fácil confirmó que Amaya sí se dejó influenciar por su personaje de “Aurelio Casillas” en El Señor de los Cielos.
“Es una persona que nunca está pensando en hacerle un daño a nadie, lo que sí es que se perdió en el personaje y eso fue lo que terminó afectándole su carrera en ese momento”, contó Tapia a People en Español.
Ambos famosos se conocieron en los foros de grabación de El Señor de los Cielos y desde entonces han continuado con una estrecha relación, por lo que el cantante no dudó en ayudar al padrino de su hija contra todos los pronósticos.
“(Recibí) una llamada de (Rafael) y me dijo: ‘Compadre, necesito ayuda, necesito que me ayudes. Ya no puedo’”, reveló Tapia a la publicación.
El cantante se encontraba en Culiacán cuando emprendió un viaje por carretera hacia Acapulco, Guerrero, donde finalmente encontró a su amigo “en malas condiciones, pero deseando que alguien lo ayudara. Agarramos sus cosas y las subimos al carro y nos arrancamos de vuelta”.
Tapia confesó que él ya no pudo acompañar a Amaya a la clínica de rehabilitación de Julio César Chávez porque enfermó de COVID-19, pero otro de sus cercanos fue el encargado de obligarlo a ingresar el centro médico donde finalmente permaneció durante los últimos meses.
En la clínica fue recibido por el ex pugilista, quien también ofreció un crudo relato de cómo vio a Amaya: “No se lo quisimos decir, pero sí llegó un poco psicótico, todavía creyéndose El señor de los cielos. Pero pasaron los días y ahora meses y la evolución de Rafa ha sido increíble”.
Ya desde febrero de 2019 circulaban versiones sobre el estado de Amaya, quien a mediados de 2018 dejó de aparecer en El Señor de los Cielos.
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