A Michael J. Fox se le manifestaron los primeros síntomas del Parkinson a principios de 1990, al poco tiempo de estrenarse la tercera parte de “Volver al Futuro”. Hasta ese día, y tras haber acumulado varios éxitos en cine y TV, Fox era un actor de 29 años con un futuro prometedor en Hollywood. La noticia de su enfermedad fue devastadora en un principio.
El intérprete canadiense hizo público su diagnóstico en 1998, durante la tercera temporada de la exitosa serie de televisión “Spin City”. A medida que su condición empeoraba, anunció su retiro en 2000, pero luego logró reinventarse. Tuvo breves reapariciones con actuaciones en “Boston Legal”, “Rescue Me” y, con mayor frecuencia, en “The Good Wife”, en la que interpretó a Louis Canning durante 26 episodios. Hoy está dedicado a la escritura: la semana pasada publicó su cuarto libro de memorias.
Al presentar “No Time Like the Future” (”No hay tiempo como el futuro”), Fox habló de su rol como escritor: “Mi habilidad con la guitarra no es buena. Mi dibujo ya no es bueno, mi baile nunca fue bueno y actuar se está volviendo más difícil. Así que todo se reduce a escribir. Afortunadamente, realmente lo disfruto”.
El día en el que expuso su drama personal se convirtió en un ejemplo a seguir. No fue un camino fácil para él. Sin embargo, lo logró. Superó su momento más oscuro y recuperó su optimismo innato.
Según la revista Forbes, es el segundo mayor donante para la investigación del Parkinson en los Estados Unidos. En 2007 la revista Time le nombró una de las 100 personas “cuyo poder, talento o ejemplo moral está transformando el mundo”. En 2010 recibió un doctorado honorario en medicina del Instituto Karolinska de Suecia por su contribución a las investigaciones sobre la enfermedad.
Cerca ya de los sesenta años, Fox vive un momento plácido rodeado de sus cuatro hijos y su esposa Tracy. “Mi vida es tranquila, paso por un buen momento”, confiesa el intérprete. “La gente no me cree, pero amo la vida. Amo no tener que hacer un montón de cosas inservibles que solía hacer, porque no tengo tiempo ni energía”.
El actor, que se convirtió en una estrella gracias a interpretación de Marty McFly, dio a conocer la semana pasada que su condición había comenzado a afectar seriamente su capacidad para hablar con claridad y aprender sus líneas. “Mi memoria a corto plazo está destruida”, reconoció a la revista People. Y anunció que el avance de la enfermedad en su cuerpo lo obligaba a alejarse nuevamente de los set de rodaje: “Si este es el final de mi carrera como actor, que así sea”.
La historia detrás de la inicial “J”
Incluir una inicial del segundo nombre en el nombre artístico es algo bastante habitual entre los miembros de Hollywood. Uno de los actores más famosos que recurrió a esa opción fue Michael J. Fox. Sin embargo, inicialmente no tenía la intención de ir por ese camino, pero cuando comenzó a tener sus primeros trabajos como actor y pudo unirse al Screen Actors Guild (el sindicato de actores de EEUU), que requiere una lista de nombres únicos para cada integrante, descubrió que ya había un actor llamado Michael Fox. La solución habitual para los actores en esa situación es poner una inicial del segundo nombre o un nombre, por lo que Fox estaba entre Michael Andrew Fox y Michael A. Fox. Así es, su verdadero segundo nombre ni siquiera comienza con una “J”. Sin embargo, no le gustaba como sonaban, por lo que se decantó por usar la “J” en honor a Michael J. Pollard, actor cuyo trabajo le gustó en la famosa película de 1967 “Bonnie and Clyde”.
No lo querían para el papel que lo llevó a la fama
Michael J. Fox encontró la fama, y tres premios Emmy, por su trabajo como Alex P. Keaton en “Family Ties”. Los productores inicialmente querían al ídolo adolescente de los 80, Matthew Broderick, para el papel, pero no funcionó, así que Fox consiguió el trabajo. Sin embargo, el presidente de NBC, Brandon Tartikoff, no creía que Fox fuera adecuado para el papel. Le dijo al creador de “Family Ties”, Gary David Goldberg, que Fox no tenía el tipo de rostro que uno vería en una lonchera, una de las principales preocupaciones de marketing de los programas para niños a principios de la década de 1980. Goldberg resistió a las quejas de su jefe y eligió a Fox de todos modos. Después de que Fox se convirtió en una superestrella, le envió a Tartikoff una lonchera con su cara y una nota que decía: “Brandon, querían que pusiera un cuervo aquí, pero ... amor y besos, Michael J”.
Casi se pierde la oportunidad de interpretar a Marty McFly
Para cuando “Volver al futuro” entró en preproducción a mediados de la década de 1980, Michael J. Fox era una gran estrella de televisión gracias a su papel en la exitosa sitcom de NBC. Y los productores pensaron que Fox sería perfecto para interpretar al personaje principal de su película, el adolescente Marty McFly.
El productor Bob Gale y el director Robert Zemeckis, quienes coescribieron el guión, colocaron a Fox en la parte superior de su lista de Marty McFly, y se acercaron a él para ofrecerle el papel, pero el actor tuvo que rechazar el trabajo.
El productor ejecutivo de “Family Ties”, Gary David Goldberg, se negó a darle el tiempo libre necesario para filmar la película. Entonces, los realizadores tuvieron que seguir adelante y eligieron a Ralph Maccio, la estrella de “Karate Kid”. Devolvió el guión desilusionado: “Va a ser un fracaso”. John Cusack fue otro de los candidatos. Finalmente el papel fue para Eric Stoltz, con quien llegaron a filmar algunas escenas antes de darse cuenta de que habían cometido un error y que él no era el adecuado para el rol.
La producción se detuvo temporalmente. Esta vez, Goldberg le permitió aceptar el trabajo pero con la condición de que cumpliera los horarios de grabación del programa televisivo. Zemeckis citó a Stoltz y lo despidió. Fox filmó ambas ficciones simultáneamente, a menudo dejando un set para ir directamente al otro.
El gran secreto que ocultaba en los 80 para cuidar su imagen
Como ídolo adolescente en la relativamente conservadora década de 1980, Michael J. Fox proyectaba una imagen de bienestar y era un ejemplo para muchos jóvenes. El actor de baja estatura y cara de bebé siempre parecía mucho más joven de la edad que tenía y sus personajes rara vez se involucraban en una pelea o en una escena de sexo en la pantalla. Sin embargo, lejos de las miradas indiscretas, Fox era un adulto que tenía un comportamiento de esa edad, como fumar cigarrillos.
En 1987, posó para Rolling Stone y se mostró fumando por primera vez. “Había confianza entre él y yo”, dijo la fotógrafa Deborah Feingold al diario Chicago Tribune. “Creo que sabía que la audiencia de Rolling Stone podía aceptar esa parte de él. Mostró una gran preocupación por la imagen que tenían de él”. Según dicha publicación, Fox fumaba en el set todo el día. Los de utilería de “Volver al futuro” construyeron un cenicero que se iluminaba, y la entrada a la cocina en “Family Ties” estaba cubierta de colillas de cigarrillos, justo fuera de cámara, todo cortesía de Fox.
La ex prometida de Kevin Bacon
Michael J. Fox se casó en 1988 con la actriz Tracy Pollan. Ambos disfrutan de un inusual y longevo matrimonios para los parámetros de Hollywood. Su romance de la vida real llegó después de uno en la ficción, pero no fue de inmediato. En 1985, Pollan había conseguido un papel en “Family Ties” como Ellen Reed, que cortejaba al personaje de Fox. Pero en aquellos años, Pollan estaba en una larga relación con Kevin Bacon, y Fox se había comprometido con la estrella de “The Facts of Life”, Nancy McKeon.
Pero a finales de 1987, las cosas cambiaron. Después de que Bacon conoció a su futura esposa, Kyra Sedgwick, en la película para televisión “Lemon Sky”, él y Pollan se separaron, y Pollan tomó un papel en la película “Bright Lights, Big City”, que la juntó nuevamente con Fox. Y pronto, se enamoraron. Cuando el filme llegó a los cines en 1988, Fox y Pollan estaban comprometidos. La pareja tiene cuatro hijos: Sam, de 31 años, los gemelos Aquinnah y Schuyler, ambos de 25, y Esmé, de 19.
Depresión y alcohol: la larga batalla contra la enfermedad de Parkinson
A los 29 años y en pleno éxito, Michael J. Fox recibió la devastadora noticia de que tenía Parkinson en 1991. “Honestamente, mi primera reacción fue: ‘Cometiste un error, no eres consciente de quién soy’”, admitió el intérprete en una entrevista a la revista Closer Weekly. “Simplemente pensé: ‘Esto es absurdo’”.
La estrella hizo frente a la dura noticia recurriendo al alcohol. “Respondí bebiendo demasiado”, recordó. “Bebí para borrarlo, para que se desapareciera”. Comenzó a aislarse y escondía las botellas para que su esposa no lo supiese. Su estado de abandono y profunda tristeza le generó problemas en su vida personal: “Causó tensión en mi matrimonio, que siempre había sido asombroso”.
Fox relató que se dio cuenta por primera vez de que algo estaba mal en 1990 cuando se despertó una mañana y notó que su dedo meñique de su mano izquierda se movía incontrolablemente. No le dio importancia.
No sería hasta 1991 cuando un neurólogo le informó que tenía Parkinson, un trastorno neurodegenerativo que puede causar problemas cognitivos graves.
Luego, en 1992, Pollan y su entonces hijo de 3 años, Sam, encontraron a Fox desmayado en el sofá de la sala de estar con una lata de cerveza derramándose sobre la alfombra junto a él. Esa bebida sería la última para el actor que recurrió a un terapeuta para enfrentar su dolor de una forma más sana y menos dañina tanta para él como para sus seres queridos.
Aún así, siguió trabajando en películas y televisión, sin revelar públicamente su diagnóstico de Parkinson hasta 1998. En 2000, sus síntomas lo obligaron a renunciar a la exitosa comedia de ABC, “Spin City”.
La estrella se asustó inicialmente por conocer su enfermedad, pero a los 59 años se niega a permitir que le impida disfrutar la vida. En estos días, prefiere vivir el momento y tener una actitud optimista. “Hago lo que necesito hacer pero no lo hago para que mañana sea mejor. Lo hago para estar bien hoy”.
“El Parkinson tiene sus momentos, pero te deja libres otros. Es ahí donde puedes hacer una vida más o menos normal”, dijo en más de una ocasión.
Con la fundación que lleva su nombre, recauda fondos para la búsqueda de una cura para esta enfermedad y ha logrado visibilizar esta afección. En gran medida, también ha contribuido con ello con los cuatro libros que ha publicado en todo este tiempo.
Su último y frustrante gran regreso a la televisión
Con “Family Ties” y “Spin City” en su curriculum, cualquier regreso de Michael J. Fox a la pantalla chica estaba destinado a ser un gran éxito. Fue particularmente agitado a principios de la década de 2010, cuando Fox decidió volver a la rutina de hacer un programa de televisión cada semana después de dejar “Spin City” en 2000, cuando los síntomas de su enfermedad hicieron que ese trabajo fuera demasiado agotador físicamente. En 2012, Fox se asoció con el escritor de Easy A, Will Gluck, para desarrollar una sitcom. Según Vulture, se produjo una guerra de ofertas entre ABC y NBC. El primero le ofreció el primetime, mientras que NBC le dijo a Fox que podía filmar el programa en Nueva York donde vivía (no en Los Ángeles), y que le harían un pedido completo de 22 episodios de inmediato, sin grabar un piloto. Fox se fue con NBC, y en septiembre de 2013, debutó con “The Michael J. Fox”.
Fox interpretó a Mike Henry, una versión de sí mismo en el sentido de que el personaje era un padre exitoso que se enfrentaba a la enfermedad de Parkinson. ¿La respuesta del público? Tibia. El primer episodio obtuvo 7,5 millones de espectadores, la mayoría nunca regresó. La audiencia cayó de forma precipitosa, y el episodio 14 atrajo a menos de 2 millones de personas. Después de que se emitieron 15 de los 22 episodios contratados, NBC canceló el programa.
Un segundo retiro
En sus nuevas memorias, “No Time Like the Future”, que salieron a la venta 17 de noviembre, Michael J. Fox reveló que tiene la intención de retirarse de la actuación una vez más. La enfermedad le está pasando factura.“Mi memoria a corto plazo está destruida y actuar se está volviendo más difícil”, se sinceró.
Su condición comenzó a afectar seriamente su capacidad para hablar con claridad y aprender sus líneas. “Hay un tiempo para todo, y mi tiempo de dedicar una jornada laboral de doce horas y memorizar siete páginas de diálogo es mejor dejarlos atrás”, escribió Fox. “Al menos por ahora… entro en un segundo retiro. Eso podría cambiar, porque todo cambia. Pero si este es el final de mi carrera como actor, que así sea”.
Además de padecer Parkinson, recientemente el artista contó que hace dos años un tumor en la médula y un accidente doméstico le hicieron caer en una profunda tristeza. “Fue definitivamente mi momento más oscuro”, se sinceró. En el tiempo que tardó en recuperarse físicamente, Fox llegó a comprender que “el optimismo está arraigado en la gratitud”.
“El último par de años han sido los más difíciles. Pero tengo cosas con las que he sido bendecido que son simplemente increíbles. La vida es buena”, sentenció.
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