El escultor Nacho Palau y el cantante Miguel Bosé se reencontraron este lunes en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, para el inicio del juicio por la filiación de los cuatro hijos que tuvieron durante su relación de más de dos décadas.
Bosé evitó a los medios de comunicación al ingresar directamente por el garaje del juzgado, privilegio con el que no contó Palau, quien alrededor de las 9 de la mañana (hora local) llegó a su cita.
Ambos permanecieron en el lugar unas cuatro horas y a su salida, el escultor ofreció algunas declaraciones a la prensa.
Palau insistió en que su único propósito con el juicio es que sus hijos “estén juntos y crezcan como hermanos” y que “confía en que se haga justicia” ante este caso que podría sentar jurisprudencia. El objetivo es que a los cuatro niños se les declare hermanos con los mismos derechos e hijos iguales del cantante y el escultor.
“Yo estoy ahora mejor, más tranquilo”, añadió Palau ante la prensa. “Ya ha pasado todo”.
De manera irónica, el escultor comentó que “también hubiera querido hacerlo así”, acerca de la forma en que Bosé logró evitar a los medios.
Horas antes del inicio del juicio, Palau publicó en su cuenta de Instagram una fotografía de sus cuatro hijos de espaldas y escribió “Hermanos para siempre”, confirmando así la postura que lo llevó a interponer el juicio contra Bosé.
Durante sus 26 años de romance, Bosé y Palau se convirtieron en padres de cuatro hijos vía subrogación.
Dos de los mellizos fueron concebidos con el esperma de Bosé y tienen sus apellidos, mientras que los otros tienen los genes y apellidos de Palau.
En 2012 Bosé anunció que se había convertido en padre de dos niños y en 2014 confesó que en realidad tenía cuatro hijos.
Según la agencia EFE, cuando se le preguntó por qué había esperado hasta la madurez para estrenarse como padre, Bosé declaró: “Primero, porque una carrera como la mía me exigía entregarme durante un periodo a full time. Segundo, porque no quería hacerlo con una pareja. Así tengo a dos hijos maravillosos que llevan mis apellidos y que nadie me puede quitar. Estoy harto de ver cómo se utiliza a los niños en las separaciones, cómo pagan los platos rotos y sufren las consecuencias de una relación que se rompe”.
Palau y Bosé criaron a sus hijos como hermanos, pero al romper su relación amorosa los pequeños quedaron separados.
Bosé se instaló en México con Tadeo y Diego, sus hijos biológicos, mientras que Palau se quedó en Valencia con Ivo y Telmo.
En noviembre del año pasado se supo que se admitió una demanda de Palau contra Bosé “en defensa de los derechos e intereses de sus hijos”, pues el escultor considera que los pequeños son hermanos aunque no compartan los mismos genes ni apellidos, pues se criaron como iguales y existe una “filiación afectiva e intencional”.
“Esos niños tienen que verse, tienen que convivir, mantener un contacto más completo. La distancia es olvido, como dice la canción. Si se ven solamente 15 días en verano, eso no es”, comentó Palau hace unos días al periódico El Mundo.
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