Hollywood no es fácil. Un día lo tienes todo, al otro día nada. Estrellas como Rob Lowe o Winona Ryder cometieron errores personales que casi le cuestan sus carreras tras años gran éxito. Estuvieron alejados de las cámaras y cuando decidieron regresar se la pusieron difícil en un industria que te pone en la cima en un instante y te baja con la misma velocidad. Algunas estrellas abandonan el mundo del entretenimiento por su propia voluntad y algunas se desvanecen tras escándalos. Cuando eso sucede, volver al centro de atención no siempre es fácil. Algunos nunca lo hacen. Pero eso no significa que no sea posible. Michael Keaton o Mickey Rourke son dos ejemplos de actores que revivieron sus carreras muertas y enterradas con buenos papeles que los ubicaron nuevamente en la agenda de los grades estudios.
Michael Keaton
Michael Keaton es uno de los actores que más sabe sobre los vaivenes en Hollywood. Después de protagonizar “Beetlejuice” y las dos entregas del Batman de Tim Burton realizó alguna que otra película olvidable como “Herbie a Toda Marcha” y desapareció del mapa fílmico. Apenas apareció en “Need For Speed” o “RoboCop”, pero nada destacable en la pantalla grande. Hasta que el director mexicano Alejandro González Iñárritu le dio el papel de Riggan Thomson en la aclamada “Birdman” y resucitó su carrera. No ganó el Oscar pero se llevó el Globo de Oro por una brillante actuación que le valió elogios de la critica que se reiteraría un año más tarde con “Spotlight”, la biopic que también alzó el Oscar al mejor filme. En 2016 recibió una estrella del Paseo de la Fama de Hollywood. Unos años antes, en 2010, sufrió un duro golpe con la muerte de su ex esposa, Caroline McWilliams. En una entrevista con la revista Elle, Keaton habló sobre ese fallecimiento, un momento trágico, especialmente para la vida de su hijo, un compositor exitoso y nominado al Grammy, con quien tiene un lazo inquebrantable. “Siempre fuimos muy unidos, pero cuando murió Caroline nos unimos mucho más. Ahora la familia somos nosotros”.
Robert Downey Jr.
Durante la década del 80 fue la promesa de Hollywood, en 1992 interpretó a Charles Chaplin, papel por el cual fue nominado al Oscar. Luego su carrera se fue al tacho cuando el alcohol y las drogas dominaron su vida, alternando entre la prisión y centros de rehabilitación. “Es como tener un arma cargada, en la boca y el dedo en el gatillo, sabes que en cualquier momento se va a disparar pero te gusta el sabor del metal del arma”. Con estas palabras, Robert Downey Jr. confesó su adicción a las drogas ante un juez en 1999. Ya había sido condenado a tres años de libertad condicional tras ser arrestado por conducir a velocidad excesiva por las calles de Los Ángeles, y por posesión de marihuana, cocaína, heroína y crack. Prácticamente nadie, salvo sus amigos más fieles, quería darle trabajo. Durante un periodo largo de cinco años, su vida personal se desmadró. Le costó conseguir de nuevo algún papel en la gran pantalla. Se lo consideraba un actor conflictivo y poco fiable. Así que probó en la televisión. En pleno tratamiento para conseguir su sobriedad, en 2001, se alzó con un Globo de Oro por su participación en la serie “Ally McBeal”.
Recibió elogios de la crítica por su papel en “Tropic Thunder”, actuación por la cual sería nuevamente nominado a los premios Oscar. También fue reconocido por su papel en “Sherlock Holmes”, con el cual ganó un tercer Globo de Oro. Estas oportunidades pavimentaron su camino hasta el papel que, en 2008, cambiaría definitivamente el rumbo de su carrera: Jon Favreu lo contrató para interpretar a Tony Stark/Iron Man en el universo cinematográfico de Marvel.
Desde entonces ha aparecido en unas ocho películas de la franquicia, que se convirtieron en grandes éxitos en la taquilla. Dicho papel lo catapultó de nuevo a la fama, tanto es así que llegó a ser el actor mejor pagado en la industria del cine, con la revista Forbes estimando ganancias de más de USD 250 millones solo con su participación en estas producciones. De ser un desahuciado de Hollywood, un joven prometedor que derivó en oveja negra, Downey Jr. ahora es todo un hombre de negocios en la industria. Tiene previsto interpretar nuevamente a Iron Man en “Black Widow”, película programada para estrenarse en 2021.
Mickey Rourke
En los ochenta era uno de los galanes indiscutidos de Hollywood. Por su papel en “Nueva semanas y media” junto a Kim Basinger se convirtió en el más deseado por el público y por los estudios. Pero en los noventa se convirtió en un enemigo de los estudios por su adicción a las drogas, alcohol y problemas de violencia. A eso hay que sumarle que su carrera como boxeador le destrozó la cara, dejándolo prácticamente irreconocible; su adicción a las cirugías plásticas tampoco lo ayudaron. Si bien en el 2005 participó en “Sin City”, no fue hasta el 2008 cuando el director Darren Aronofsky lo puso como la estrella principal en “El Luchador”, que ganó el León de Oro en el 65º Festival Internacional de Cine de Venecia. Se llevó varios premios al Mejor Actor por su actuación en la película, incluidos un Globo de Oro y un BAFTA. “Ha sido un camino muy largo para mi (...) pero bueno, hace varios años, estaba prácticamente fuera de este negocio, pero un joven se aproximó a mi para ofrecerse a ser mi representante, e hizo un brutal trabajo”, dijo el actor ante sus colegas al recibir el Globo de Oro. Además le agradeció a sus perros. “A veces estás solo, y todo lo que tienes es tu perro, significan el mundo para mi” . Ese mismo año, obtuvo su primera nominación al Oscar, y le permitió revivir su carrera.
Winona Ryder
Winona Ryder era la chica rara que lo había logrado en Hollywood. Su actuación en “La casa de los espíritus”, junto a Meryl Streep, Antonio Banderas y Jeremy Irons, y en “Generación X” junto a Ben Stiller y Ethan Hawke la terminó de posicionar en Hollywood. Para el final de la década en 1999, filmó “Inocencia interrumpida” con Angelina Jolie, que se llevó un Oscar por esa actuación. Pero su etiqueta de excelente actriz cayó con su fama de inestable. Lo logró con aquel incidente en 2001, en el que fue capturada robando ropa y accesorios por un valor exacto de 4.760 dólares de una tienda Saks Fifth Avenue de Beverly Hills. Este evento marcó su carrera y su vida: pasó de ser una de las mejores pagadas de Hollywood a desvanecerse por completo de la vida pública. Un año después, en diciembre de 2002, fue sentenciada a tres años de libertad condicional y se sometió a terapia por cleptomanía. “La atención mediática que recibí me avergonzó muchísimo. Yo preferí no decir ni una palabra al respecto. No publiqué un comunicado No hice absolutamente nada. Simplemente esperé a que la gente lo olvidase”, dijo tiempo después. La actriz, que en ese entonces tenía 30 años, fue tachada de “loca” y prácticamente desapareció de las pantallas. Se mudó a San Francisco para estar cerca de sus padres y tomó la decisión “consciente de no trabajar".
Además, comentó que muchos de sus colegas le recomendaron que no se aleje del cine. “La gente me decía: ‘No deberías hacerlo, tienes que seguir trabajando porque si no todo el mundo se olvidará de ti’". Regresó al set en 2007 y probó suerte con películas como “Black Swan” o “Homefront” pero no fue hasta el gran éxito de Netflix “Stranger Things” (2016) que la estrella nacida en Minnesota volvió a la cima. Logró una nueva nominación a los Globos de Oro y la participación en nuevos proyectos como la serie de HBO, “The plot against America”.
Drew Barrymore
Drew Barrymore consiguió la fama de pequeña por "E.T”, pero su adolescencia no fue nada fácil. Pasó dos períodos en rehabilitación, uno por abuso de drogas y alcohol y el otro por un intento de suicidio, todo antes de los 15 años. Debido a su reputación, luchó por encontrar trabajo en el cine. En una entrevista cuando tenía 17 años, la actriz dijo: "Tuve dos, tres años con directores de casting diciéndome que nunca volvería a trabajar en esta ciudad ... Eso sólo me enfureció más, me hizo poner mucho más en mi trabajo ... Y, por pura ambición, les mostré a esos hijos de puta que puedo hacerlo. El éxito es la mejor venganza del mundo. Y estoy de regreso ". Drew continuó actuando, pero fue la película “The Wedding Singer” de 1998 lo que la trajo de vuelta a las ligas mayores. Con “Los ángeles de Charlie” y “50 primeras citas” se posicionó más fuerte. Ahora es la estrella de la “Dieta Santa Clarita” de Netflix y acaba de lanzar su propio programa de entrevistas, al estilo Ellen DeGeneres, y además es dueña de una exitosa marca de cosméticos.
Christian Slater
Christian Slater dominó la década de los 80 y principios de los 90. Fue una estrella en “Heathers” y un DJ de radio en “Pump Up the Volume”. Apareció en “Robin Hood: Príncipe de los ladrones” (1991)y “Entrevista con el vampiro” (1994) junto a Tom Cruise, Brad Pitt y Antonio Banderas. Pero tuvo múltiples problemas con la ley que lo llevaron a algunos meses en la cárcel: condujo en estado de ebriedad, intentó abordar un avión con un arma en su equipaje, fue arrestado por atacar a su novia y a un agente de policía cuando estaba bajo los efectos de la cocaína y acosó a una mujer en la calle. Mientras tanto, participó en series de televisión y películas que se cancelaron rápidamente. Su carrera parecía terminada. Afortunadamente, se recuperó con la serie “Mr. Robot” en 2015 junto al ganador del Oscar, Rami Malek, y ganó su primer Globo de Oro. Se lo puede ver en la recién estrenada segunda parte de la serie “Dirty John” en Netflix, junto a Amanda Peet, y se prepara para una nueva serie criminal llamada "Dr. Death” junto a Jamie Dornan y Alec Baldwin.
Rob Lowe
Rob Lowe estalló como actor adolescente en películas exitosas como “The Outsiders”, junto a Tom Cruise, y “St. Elmo’s Fire” y fue miembro del llamado grupo Brat Pack. Pero luego un escándalo sexual sacudió su carrera. En 1989, cuando solo tenía 25 años y era uno de los intérpretes más prometedores, se filtraron un par de videos suyos manteniendo relaciones sexuales con dos mujeres, una de las cuales era menor de edad. Pero debido a que sucedió en Georgia, la edad de consentimiento fue de 16 años, por lo que no enfrentó ningún cargo. No obstante, la madre de la joven lo denunció. Al final, los abogados del actor llegaron a un acuerdo con la menor y su familia para que retiraran los cargos, aunque nunca se supo cuánto tuvo que pagar. “Fue una de las mejores cosas que me han pasado”, contó Lowe a Oprah Winfrey sobre este escándalo, ya que le llevó a echar el freno a su loco ritmo de vida. El actor tuvo que lavar su imagen ya que el material en cuestión se vendió de forma ilegal y fue durante un tiempo la comidilla de la prensa sensacionalista. Lowe entró en rehabilitación poco después.
No cosechó ningún éxito de crítica en ninguna película durante la década de los 90 excepto su pequeña aparición en títulos como la miniserie “Apocalipsis”, basada en la novela homónima de Stephen King o “Contact”, de Robert Zemeckis. Por suerte, su carrera se recuperó una vez más cuando fue elegido para la serie de tintes políticos “The West Wing” (1999), que le valió una nominación al Emmy. Siguió con un papel en “Brothers and Sisters” y fue Chris Trager en la exitosa comedia “Parks and Recreation”. Y cuando todo parecía perfecto y en calma, estalló un nuevo escándalo. En 2008, una niñera que había trabajado durante siete años para la familia, acusó al actor de acoso sexual. Él aseguró que había sido víctima de un chantaje y la demandó. La batalla legal se resolvió un año después cuando ambas partes retiraron sus acusaciones. Aunque no haya despuntado en el cine, el actor de 56 años consiguió salir del fondo del pozo y continua activo en Hollywood.