La mañana de este miércoles una noticia cimbró al mundo de la cultura y el entretenimiento en Latinoamércia, pues falleció Joaquín Salvador Lavado, conocido como Quino y famoso por ser el genio creador detrás de Mafalda entre otros tantos proyectos gráficos.
Originario de Argentina, el humorista y dibujante murió a los 88 años y así lo dio a conocer la cuenta de redes sociales oficial de Mafalda: "Familiares y amigos, informamos que esta mañana falleció nuestro querido maestro Quino; asimismo su ex editor, Daniel Divinsky anunció el deceso así: “Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo lo llorará”.
El nacido el 17 de julio de 1932 llegó a Buenos Aires a los 18 años con la firme intención de convertirse en dibujante profesional tras su paso por la escuela de Bellas Artes de Mendoza. Luego de una exitosa carrera y de la publicación de su obra en múltiples países, el autor se había mudado en 2017 de Mendoza a Buenos Aires, donde a últimas fechas padecía de problemas de salud, no obstante había continuado acudiendo a los homenajes que le seguían rindiendo a su obra, fundamental para la historieta argentina y latinoamericana.
Principalmente las aventuras de Mafalda y sus amigos fueron conocidos en toda la región, incluido México, país de procedencia de otra popular figura en el imaginario popular: Chespirito. Más allá de retratar las vivencias de un grupo de niños, según Roberto Gómez Fernández, hijo del humorista fallecido en 2015, los paralelismos entre la obra de Quino y Chespirito tienen que ver con la condición humana de sus personajes.
“Yo siempre he dicho que si Mafalda y El chavo se encontraran harían una gran amistad”, contó el heredero del comediante para el diario El Universal. “Mafalda bastante más inteligente y profunda que El Chavo, pero siempre reconociendo la condición humana, y la que tenía El Chavo era fabulosa”, dijo el también productor de televisión.
Gómez Fernández recordó la admiración que existió entre Chespirito y Quino y narró cómo, pese a las distancias y al carácter reservado de ambos personajes, entre ellos hubo cordialidad y reconocimiento mutuo:
“Tenían cierto parecido en algunas cosas, como por ejemplo en lo reservados, en lo tímidos, y en no querer ser muy públicos. En mi padre era inevitable porque salía en pantalla, pero se veía identificado”, narró.
El heredero del emporio Chespirito recordó cómo su padre lo acercó desde muy joven a la obra del aclamado caricaturista ganador de premios como el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
“Mi padre empezó a introducir la obra de Quino a la familia desde muy temprano y con certeza puedo decir que era gran, gran admirador de él y su obra, reconocía en él un talento fantástico desde la concepción de la humanidad desde el punto de vista del humor, siendo tan profundo y a la vez tan efectivo en la comedia, que es siempre una combinación complicada. Lo admiraba y respetaba”, expresó al diario mexicano el actual presidente de Grupo Chespirito.
El día en que se le hizo un homenaje a Roberto Gómez Bolaños por haber cumplido 30 años de su programa al aire, Quino fue invitado, y aunque no acudió, sí envió un regalo que sorprendió e hizo muy feliz al creador de El Chavo del 8. Así lo dijo su hijo:
“Se le hizo un homenaje a mi padre –que entre otras cosas no le gustaba tener- en el año 2000 que cumplía 30 años su programa Chespirito, y yo busqué a Quino. Creo que estaba en Madrid y se le complicaba venir, pero mandó un pequeño dibujo de Mafalda donde está saludando y felicitando a Chespirito por sus 30 años y ese evento llenó de felicidad a mi padre. Fue de los momentos más emotivos para él”, recordó el productor de melodramas.
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