La mañana de este lunes fue la presentadora Galilea Montijo quien dio la noticia de que su compañera de emisión Andrea Legarreta había dado positivo a la prueba de COVID-19 luego de presentar síntomas como cansancio y fiebre.
“Gracias a Dios, todo bien. Hay que pensar positivos”, dijo la presentadora del programa matutino Hoy, mientras que Legarreta en un principio sólo se limitó a compartir una imagen con un pensamiento reflexivo: “Cada mañana recuerda agradecer por despertar, bendecir el día que comienza, hacer afirmaciones positivas, pensar en positivo y pedir protección y compañía divina”.
A media mañana fue Legarreta quien a través de un enlace contó a la emisión algunos detalles de su salud y recordó que escuchó decir a alguien que “en algún momento a todos nos iba a alcanzar el COVID”.
“Ahora me tocó a mí, a enfrentarlo con la mejor actitud”, dijo la también actriz para explicar que un síntoma que tuvo fue un resfriado “quizás un poquito más fuerte”, después sintió dolores en el cuerpo similares a los causados por la influenza, es decir, fuertes y “dolor de cabeza y fiebre”.
Legarreta estaba tomando un medicamento que le permitió sobrellevar esos malestares, pero el sábado por la mañana “la temperatura empezó a elevarse”, así que acudió a un hospital.
“Fui a que me hicieran la prueba y me entregaron los resultados ayer por la tarde, ya casi en la noche”. Andrea reveló que su marido, Erik Rubín, “no tiene ningún síntoma, gracias a Dios”, y aunque sus hijas también se encuentran bien, Mía le comentó que se había sentido más cansada de lo común al hacer ejercicio.
Para cuidar su salud, mantenerse a salvo y asegurarse de no contribuir a la propagación del virus, Legarreta deberá permanecer en aislamiento en su domicilio, donde se resguardará hasta haber dado negativo en un nuevo análisis.
La familia Rubín Legarreta habita una espaciosa propiedad al sur de la Ciudad de México, donde la conductora se mantendrá resguardada. Entre vídeos y capturas de su día a día, el público ha sido partícipe de algunos espacios que conforman la casa que Andrea comparte con su esposo, el cantante y ex Timbiriche Erik Rubín y sus dos hijas Mía y Nina.
Los integrantes de la familia han mostrado aspectos del hogar que habitan y que se ubica en la exclusiva zona de Fuentes del Pedregal, al sur de la Ciudad de México.
Mía celebró sus XV años en abril de este año con una sesión de fotos que tuvo como locación la planta baja de la propiedad, por lo que el público pudo apreciar cómo luce el comedor y la sala, y a un costado de ésta se acondicionó una pista de baile para que la quinceañera pudiera bailar el vals con su famoso papá.
Cerrada y bastante amplia, la cocina cuenta con un desayunador con la capacidad ideal para los cuatro miembros de la familia. Con un mueble blanco en forma de “ele”, y las cajoneras en el extremo contrario y contiguo al refrigerador, es en este espacio de la casa donde la familia se reúne todos los días para desayunar.
Abierta y con una mesa amplia y cuadrada con espacio para 12 comensales, la habitación del comedor está iluminada por la luz natural que entra durante buena parte del día; decorado con cuadros, espejos y un ventanal enorme desde donde se puede admirar el jardín de la casa, el comedor cuenta con detalles en madera que le dan un toque cálido para compartir en familia, como se pudo apreciar en la reciente celebración por el aniversario número 20 del matrimonio.
Junto al comedor y bajando un escalón, se puede apreciar la sala de la casa dividida en dos espacios: sala principal y sala de estar, la cual comprende de cuatro sillones individuales en color gris, y uno blanco con capacidad para tres personas, además de un voluminoso espejo que abarca toda la pared. La sala principal, en color chocolate, tiene forma de “ele” y está decorada con una figura budista.
En el amplio jardín con césped y plantas de bambú, con una mesa redonda de madera al centro con espacio para ocho personas, es donde la familia se reúne al aire libre sin salir de casa.
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