Luego de un mes desde que se diera a conocer la trágica noticia de la muerte de Naya Rivera, la estrella de Glee que murió a los 33 años ahogada en el Lago Piru de California, su familia continúa en duelo y sin dar crédito a lo ocurrido aquella tarde del 8 de julio.
Cuando se reportó su desaparición con las autoridades, tras tres horas de haberse embarcado con su pequeño hijo Josey Hollis de cuatro años, una búsqueda arrojó el fatídico resultado: se encontró el bote sin ella a bordo y con el pequeño dormido.
Josey se encontraba solo y únicamente pudo decirle a la policía que su mamá “saltó y ya no volvió” al bote. Tras casi seis días de búsqueda, fue hasta el 13 de julio cuando el cuerpo de la actriz y cantante de ascendencia puertorriqueña fue encontrado en las inmediaciones del lago: la autopsia había revelado que su muerte fue provocada por un ahogamiento accidental.
Tras la tragedia y luego de varios días de mantenerse en el ojo público, se supo que el pequeño quedaría bajo la custodia de su papá, el actor Ryan Dorsey, quien lo procreó cuando aún se encontraba unido en matrimonio a la actriz que dio vida a Santana Lopez en la serie musical juvenil.
En los últimos días, una fuente reveló a ET Online cómo transcurre la vida del niño, y cómo se adapta a una nueva realidad sin su madre y ahora al lado de su padre, con quien antes de la tragedia se le veía convivir muy contento.
“El mundo entero de Ryan es Josey en este momento (…) Se mantiene fuera de la vista del público para poder concentrarse por completo en Josey e intentar descubrir cómo navegar en esta nueva normalidad. Josey es un chico muy fuerte y Naya estaría muy orgullosa de él”, dijo el informante al portal de noticias estadounidense, quien también reveló que Dorsey y el pequeño hablan de Naya todos los días.
Tanto la familia de la fallecida artista como el mismo Ryan Dorsey buscan asegurarse de que el pequeño Josey tenga buenos recuerdos de su madre, por lo que la mantienen presente en su día a día, platicando sobre ella y teniéndola siempre presente, a fin de ayudar al niño a construir y preservar una imagen positiva de Naya que mantenga durante toda su vida.
El informante en cuestión también dio a conocer que tanto el actor como la familia Rivera responden abiertamente y sin tapujos a cualquier pregunta que el pequeño Josey hace respecto a su madre.
Se sabe que en esta etapa que comienza al lado de su hijo, el actor no se encuentra solo, pues de acuerdo a la fuente, la hermana de Naya, Nickayla, pasa mucho tiempo con su sobrino y se involucra en su educación, cuidado y desarrollo, a fin de hacer su pérdida más llevadera.
El informante dio a conocer que “Josey se las arregla bien y algunos días parece un niño normal y despreocupado”, además que el pequeño de cuatro años “entiende que su madre se ha ido y comprende la finalidad de la muerte”.
El servicio funerario de la actriz boricua se llevó a cabo el pasado 24 de julio y fue un evento íntimo y privado ocurrido en Forest Lawn Memorial Park, en Los Angeles, al que sólo asistieron alrededor de 25 personas: familiares cercanos y algunos ex compañeros de Glee, la serie que catapultó a Naya Rivera a la fama y que la posicionó en el corazón de los espectadores del mundo.
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