No le gustaba ser recordada como la mujer que le dijo “no” al legendario Federico Fellini, y es que detrás de la historia de Mónica Miguel con el cineasta no todo se trató de un rechazo intempestivo.
La actriz, directora de escena y cantante -fallecida este 12 de agosto- contó en una entrevista de 2012 en el programa Conversando con Cristina Pacheco qué fue lo que ocurrió con Fellini, en los años que pasó en Italia.
Antes de ser actriz en Televisa, Mónica Miguel viajó a Italia, nación en la que pasaría ocho años estudiando, buscando oportunidades en cine y también cantando en un bar detrás de Vía Véneto para poder sostenerse económicamente.
“Yo estaba allá cuando el famoso Spaghetti Western”, recordó sobre aquellos años 60 en los que Italia se alzaba como una industria del cine, con Cinecittá como su gran factoría.
Miguel tuvo oportunidad de conocer los legendarios estudios y también al mítico Fellini, que en aquel entonces ya había triunfado a nivel mundial gracias a películas como La Strada, Las Noches de Cabiria y el hit de taquilla La Dolce Vita.
Gracias a su trabajo como cantante, Mónica Miguel tenía un agente que le avisó de un casting que Fellini preparaba para su siguiente película.
“Fellini está buscando actrices ¿por qué no vas?”, le dijo su representante musical, que también la ayudaba a conseguir trabajos como actriz.
En un principio Mónica lo dudó porque pensó que solo acudirían a la convocatoria reconocidas actrices en Italia, pero su representante la convenció, así que hizo que le tomaran unas fotos y se presentó en el lugar indicado.
La recibió una persona del staff de Fellini, quien le pidió que esperara.
La sorpresa de Mónica no fue menor cuando escuchó a Fellini decir “dov'é questa bella messicana?” (¿en dónde está esta bella mexicana?) y lo vio frente a ella.
“Fue un encuentro casi al inicio de que llegué a Roma, hablaba yo menos italiano”, dijo la actriz sobre el día que conoció a Fellini. “Nos entendimos y me dijo cuánto tiempo pensaba permanecer, le dije que yo me esperaría”.
El proyecto se retrasaba y Mónica volvió a coincidir con el cineasta tiempo después cuando él filmaba otra película en el barrio de Trastevere.
“Me dijo ‘mira Mónica, yo sigo pensando en el proyecto para que estés en la película. Si tú quieres te puedo dar un personaje aquí, pero no es lo mismo porque transformaría tu rostro que me gusta’. Entonces fue cuando le dije que no aceptaba hacer ese personaje en espera de otra oportunidad”, relató la originaria de Nayarit.
“Dije, a lo mejor se le pasa el entusiasmo si me ve en otro personaje. Yo, tonta o inteligente, como lo quieras llamar dije me espero, fue por eso que le dije un no, pero no porque no quisiera trabajar sino porque yo estaba a la espera”, detalló.
La vida llevó entonces a Mónica Miguel a Japón, como cantante de una gran orquesta, país en donde se nutrió de la espiritualidad y la disciplina de su gente, así como de su tradición teatral como el kabuki y Takarazuka.
A su regreso a Europa la actriz trabajó en teatro junto al hijo de Tito Schippa, pudo disfrutar de la interpretación de Anna Magnani en La Lupa y conoció a Giulietta Masina (la esposa de Fellini), pero del proyec con el cineasta, nada.
La película que preparaba Fellini era El Viaje de G. Mastorna, que sería protagonizada por Marcello Mastroianni, pero que el cineasta nunca filmó.
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