Meghan Markle y el príncipe Harry nuevamente van contra la prensa y los paparazzi. Cansados del acoso que reciben, incluso en su casa, decidieron emprender acciones en contra de quien resulte responsable de fotografiar de manera ilegal a su hijo Archie en un lugar privado y venderlas fingiendo que fueron capturadas en un lugar público.
La pareja ha tomado diversas medidas para reforzar la seguridad y mantener su privacidad desde que abandonaron sus obligaciones dentro de la familia real en Londres, pero a pesar de esto han notado la invasión de objetos voladores no tripulados dentro de su propiedad en Los Ángeles para captar momentos íntimos entre ellos y su hijo.
Para frenar este tipo de conductas y evitar la comercialización de unas fotografías del pequeño Archie, Meghan y el príncipe Harry iniciaron un nuevo proceso legal promovido por la intromisión a su intimidad, aunque no tienen un acusado identificado.
La nueva demanda fue impulsada después de que la ex actriz y su esposo supieron de la existencia de varias fotografías de su hijo de 14 meses tomadas en el patio de su casa, pero las ofrecen a la venta como si hubieran sido capturadas en un espacio público en Malibú.
Buscan alertar a los posibles compradores sobre la falsedad de estas fotos y que la Corte estadounidense ordene la entrega de todo el material, así como prohibir toda conducta ilegal y acoso.
“Los Demandantes han hecho todo lo posible para mantenerse fuera del centro de atención excepto en relación con su trabajo, que libremente admiten que es noticia. Pero las fotos en cuestión no son noticias. No son de interés público. Son acoso. El único punto para tomar y / o vender esas fotos invasivas es sacar provecho de un niño”, se lee en un documento presentado por el abogado Michael Kump de Kinsella Weitzman ante el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles y en poder de The Hollywood Reporter.
“Algunos paparazzi y medios de comunicación han volado aviones no tripulados a solo 20 pies de altura de la casa, tres veces al día, para obtener fotografías de la pareja y su hijo pequeño en su residencia privada. Otros han volado helicópteros sobre el patio trasero de la residencia, tan temprano como a las 5:30 a.m. y tan tarde como a las 7:00 p.m., despertando a los vecinos y a su hijo, día tras día. Y otros incluso han hecho agujeros en la valla de seguridad. mirar a través de él“, argumentó el defensor.
“Ningún dron, helicóptero o teleobjetivo puede quitar ese derecho. El duque y la duquesa de Sussex están presentando esta demanda para proteger el derecho de su hijo a la privacidad en su hogar sin la intrusión de los fotógrafos, y para descubrir y detener a aquellos que buscan obtener ganancias de estas acciones ilegales”, se especifica en el documento.
Fue en mayo de este año cuando comenzaron a ser acosados por drones dentro de la propiedad que ocupan en Los Ángeles y que es propiedad del productor Tyler Perry.
“Harry y Meghan ven a los drones acercándose a ellos y suponen que están operados por fotógrafos intentando captar imágenes de su intimidad. Aunque no pueden estar seguros de que sea solo eso”, declaró una fuente cercana del matrimonio en The Daily Beast.
“Es como si la gente olvidara que son personas reales. No están pidiendo un tratamiento especial, solo están pidiendo la seguridad que todos queremos para nosotros mismos”, mencionó la misma fuente.
Fue justo el acoso de la prensa el que los a emprender acciones legales en contra de varios rotativos británicos después de que renunciaron a sus labores reales.
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