Los fanáticos de los Beatles ya saben que John Lennon era el rebelde del grupo, el de las provocaciones, el incorrecto transgresor. Y era de sospechar que en sus años de escolar no era el ejemplo universal.
“No puedo ser lo que no soy. Yo era el que todos los padres de los otros chicos, incluyendo el padre de Paul, decían ‘Mantente alejado de él’. Los padres instintivamente reconocieron que yo era un alborotador, lo que significaba que no me conformaba e influenciaba a sus hijos, lo cual hice”, contó en un reportaje de 1980 el artista que revolucionó la música popular en los años 60.
Nacido en Liverpool en una familia de clase trabajadora, John Lennon nunca estuvo interesado en ser el mejor de la clase en una institución que le decía cómo debía comportarse “para ser aceptado por todas las facetas de la sociedad”.
Y su boletín escolar de septiembre de 1956, divulgado por Far Out Magazine, muestra cómo era su personalidad a los 15 años y su actitud frente a los docentes que intentaron amoldarlo, incluso con golpes de varas de madera si no respondía del modo esperado.
“Tiene demasiadas ambiciones equivocadas y su energía está a menudo fuera de lugar”, escribó el director de la Quarry Bank High School, donde Lennon terminó de estudiar en 1957 para ser aceptado en el Liverpool College of Art e intentar una educación universitaria hasta que fue expulsado antes del ultimo año de cursada.
El boletín de 1956 muestra que Lennon pudo terminar el secundario sin esforzarse realmente. “Un niño inteligente que podría ser mucho mejor con un poco de concentración en clase”. Así lo definió su profesor de francés.
Años después, ya consagrado como uno de los músicos más influyentes de la cultura popular, reconoció que estaba decidido a causar daño dondequiera que fuera: “Hice lo mejor que pude para perturbar el hogar de cada amigo. En parte por envidia de no tener ese supuesto hogar, pero lo hice. Podía decir ‘Los padres no son dioses porque no vivo con los míos y, por lo tanto, lo sé’”.
Estaba convencido que su camino era ser un agitador y comenzó a marcarlo a una edad muy temprana. El informe de la escuela señala esto y lo equivocados que estaban sus maestros.
Las notas:
Profesor de matemáticas: “Ciertamente está camino al fracaso si esto continúa”.
Profesor de física: “Su trabajo siempre carece de esfuerzo. Está contento con ‘desviarse’ en lugar de usar sus habilidades”.
Profesor de religión: “Actitud en clase más insatisfactoria”.
Profesor de francés: “Un niño inteligente que podría ser mucho mejor con un poco de concentración en clase”.
Director: “Tiene demasiadas ambiciones equivocadas y su energía está a menudo fuera de lugar”.
Sólo un docente destacó algo positivo en el adolescente: el profesor de arte. “Buen trabajo en este periodo”, escribió.
Y un punto curioso es que el reporte de la clase de canto está en blanco, lo que tal vez signifique que ni siquiera se presentó.
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