Esta cuarentena ha sido el pretexto ideal para que Lyn May haga evidente su creatividad y sensualidad, pues recientemente compartió un erótico baile en el tronco de un árbol, danza que le generó gran cantidad de comentarios, elogios y también críticas, ya que una buena parte del público que no se pierde sus movimientos en las redes sociales consideró que “ya no está en edad” de dar de qué hablar por esos motivos.
Pero en esta ocasión, la vedette de ascendencia china y origen acapulqueño no llamó la atención por su rostro, su aspecto o sus escandalosas declaraciones con connotaciones generalmente sexuales, sino por una imagen que compartió y generó el debate en sus redes sociales.
La bailarina subió a su feed de Instagram una ilustración que hizo en 2017 un artista de apellido Sáinz en honor a ella, donde aparece representada como San Juan Diego, el santo mexicano que, según la tradición católica, presenció en el cerro del Tepeyac la aparición de la Virgen de Guadalupe, cuya imagen sostiene en el ayate en el que se manifestó.
Ante esta peculiar obra de arte, las críticas no se hicieron esperar, pues la advocación azteca de la virgen María es el objeto de culto históricamente más arraigado en México y parte de su identidad, manteniéndose presente en el desarrollo del país desde el siglo XVI, y a la fecha cuenta con millones de fieles, entre quienes incluso se proclaman “guadalupanos” sin necesariamente pertenecer a las filas del catolicismo.
Con la imagen presentada por la actriz de películas de ficheras, una parte del público se mostró ofendida por lo que consideraron un agravio al máximo símbolo del sincretismo nacional, “la morenita del Tepeyac”.
“Qué falta de respeto hacia la virgen de Guadalupe con sus tonteras, respete a la Virgen”, “Me caía bien usted, pero qué falta de respeto”, “Jamás volveré a ver a la virgen de Guadalupe igual”, “No le veo lo malo a la pintura. Para mí simboliza que lleva la imagen de la virgen y la fe católica muy dentro de su ser”, “Y para que lo sepan, Lyn May es Lupita, nació un 12 de diciembre. Bravo mi Lyn”, son algunos de los mensajes que se pueden leer al pie de la imagen.
Ante los duros señalamientos y críticas por parte de algunos de sus más de 100,000 seguidores, la vedette de 68 años fue contundente al responder algunos de ellos: “No conoces nada de arte, mi reina, es una pintura y el pintor puso su firma”.
La bailarina exótica, famosa también por sus reveladores atuendos, agregó una historia en la red social donde al respecto afirmó: “Así como me gusta abrir las piernas, me gusta abrir la boca cuando es necesario”, dejando claro que cuando se trata de defender el arte, como lo considera, nada la detiene y menos cuando ella lo protagoniza en un estilo muy religioso.
No todos los usuarios se manifestaron inconformes con la presunta falta de respeto a la fe católica de millones de mexicanos, pues también hubo quienes preguntaron si el artista vende más réplicas, interesados en saber más de su obra y la posibilidad de agregar la pieza a su colección.
Ya en un tono menos controversial, Lyn May publicó en la misma serie de imágenes una representación que de ella hizo el mismo artista ahora emulando El nacimiento de Venus, obra del pintor renacentista Sandro Botticelli realizada entre 1485 y 1486 y considerada una de las pinturas más emblemáticas de la historia del arte mundial.
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