El entretenimiento familiar y su oferta en las plataformas de reproducción vía streaming constituyen un mercado que ha visto un crecimiento exponencial durante los últimos meses, especialmente por la necesidad en gran parte del mundo por permanecer en casa, donde la búsqueda por opciones de divertimento no cesa.
En pos de la adaptación a los tiempos que corren, a los cambios sociales y a los discursos que plantean una nueva realidad, algunas de las producciones destinadas al entretenimiento de este público se han visto modificadas parcialmente para no herir susceptibilidades, caer en contradicciones o generar polémica con contenidos provocadores.
¿Qué hay de nuevo, viejo?
Tras el anuncio a finales de mayo donde la plataforma de streaming HBO Max dio a conocer el lanzamiento de una nueva entrega de la clásica serie animada Looney Tunes, la producción dio de qué hablar en las redes sociales, pues en este esperado regreso de Bugs Bunny y compañía no habrá armas de fuego ni (muchos) explosivos.
Con el argumento de evitar la promoción de la violencia en los dibujos animados, el servicio de streaming expuso que ante la constante problemática que se vive en Estados Unidos con las armas de fuego y los recurrentes tiroteos en sitios públicos y escuelas, se reservará el derecho de mostrar en animación un comportamiento susceptible de ser imitado por los niños.
La respuesta del público ha sido variada, pues mientras una facción aplaudió la noticia, otro notable sector apunta a que los personajes emblemáticos que debutaron en 1930 se caracterizan precisamente por el uso de armas y explosivos.
En esta renovada saga de Looney Tunes, a Sam Bigotes no se le ve con sus características pistolas, Elmer Gruñón no persigue a Bugs con su clásica escopeta de caza ni el público puede ver a Marvin el Marciano con sus pistolas de rayo láser espacial.
Pero no es que se haya eliminado el espíritu original de la serie, sino que la dinámica es la misma, y los instrumentos son los que cambian: Elmer ahora usa una afilada guadaña.
“No estamos haciendo armas”, dijo el productor ejecutivo y showrunner del reboot de Looney Tunes, Peter Browngardt al New York Times, “Pero podemos hacer violencia de dibujos animados: TNT, el material de Acme. Todo eso fue algo así como un derecho".
En ese sentido, Browngardt destacó que los productos de venta por catálogo marca ACME y el TNT que por décadas han sido las herramientas de Will E. Coyote en su afán por atrapar al Correcaminos, se mantendrán en esta nueva entrega.
Yunques cayendo del cielo, pianos y cajas fuertes que se precipitan sobre un desprevenido personaje, cartuchos de dinamita explotando en la carretera y cañones a corta distancia seguirán formando parte de las aventuras de los personajes emblema de Warner Bros.
Respecto a la dinámica hasta cierto punto violenta que caracteriza a varios segmentos de la animación, el productor dijo que continuarán en el mismo tenor.
Estamos atravesando esta ola de anti-bullying, ‘Todos deben ser amigos’, ‘Todos deben llevarse bien’. Looney Tunes es más o menos la antítesis de eso. Son dos personajes en conflicto, a veces volviéndose bastante violentos
El reebot de Looney Tunes se estrenó el 27 de mayo HBO Max, consta de 80 episodios de 11 minutos cada uno, compuesto por cortos animados que varían en duración e incluyen historias adaptadas para la audiencia de hoy, además de los próximos especiales de vacaciones. Con el ingreso de este clásico la empresa busca darle competencia a Netflix y Amazon Prime.
De Springfield a Neverland: el rey quedó fuera
Para evitar polémicas innecesarias, la casa del ratón en su flamante estreno en plataformas, Disney Plus, también se ha sumado a la censura.
Para no romper con lo estándares de “corrección política” que pudieran incomodar a la audiencia de un producto familiar, el emporio ha decidido hacer algunas modificaciones en su catálogo.
En el primer episodio de la tercera temporada de Los Simpson Star Raving Dad aparece un invitado que pudiera ser non grato. Entre la cada vez más extensa lista de cameos y estrellas que han visitado Springfield en más de 30 años, no ha habido nadie tan polémico como Michael Jackson, cuya participación con la familia más longeva al aire, se mantenía como una leyenda urbana.
Este rumor fue confirmado después de su muerte, en medio de las acusaciones contra el rey del pop por abuso de menores en su mansión Neverland. Ante estas nueva avalancha mediática y la aparición de un documental que lo inculpa, la casa productora Fox decidió retirar de la emisión el capítulo donde Jackson presta su voz, aunque no su imagen, a un excéntrico personaje recluido en un sanatorio mental. El capítulo por su puesto tampoco llegó a Disney Plus, por lo que la plataforma de los herederos de Walt Disney ofrece una tercera temporada simpsoniana con un episodio menos.
A Mickey Mouse no le gustan las historias escandalosas relacionadas con música pop y niños/adultos que creen en Peter Pan, pero tampoco es entusiasta de mostrar la anatomía femenina en la pantalla.
Para evitar un momento de incomodidad familiar en el sofá, Disney Plus aplicó un zoom al momento en el que la sirena Madison sale a la superficie, en la estatua de la Libertad, en la película Splash, protagonizada por Daryl Hannah y Tom Hanks en 1984.
En aquella escena, en su versión original se podía apreciar el cuerpo de Hannah desnudo de espaldas, pero en esta modificación sólo vemos sus hombros y su largo y rizado pelo rubio. En marzo un usuario intentó reclamar a Disney Plus en Twitter, pero su queja no fue válida pues la plataforma advierte que “esta película ha sido modificada de su versión original. Ha sido editada por motivos de contenido”.
Hablando de animación, Pixar se ha caracterizado por sus escenas post créditos, donde en la saga de Toy Story suelen aparecer bloopers de sus “actores”.
En la segunda entrega, Toy Story 2, se podía ver a Woody hablando con el Apestoso Pete desde su empaque, pero el veterano alguacil no le presta atención al vaquero porque se encuentra con dos Barbies a quienes les está prometiendo “un papel en una película”, en un tono seductor que podría tener connotaciones no adecuadas para la audiencia infantil.
En 1999 el público simplemente se divirtió, pero en pleno 2020 y tras la aparición del movimiento MeToo, y la condena a Harvey Weinstein por sus abusos de poder y violencia de género contra decenas de actrices, simplemente es una secuencia prescindible, por lo que Disney Plus la eliminó de su oferta.
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