El último fin de semana con múltiples eventos musicales en México fue el sábado 14 y domingo 15 de marzo, cuando eventos como el Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino, el Hell and Heaven Metal Fest o la presentación del pianista Yanni amotinaron a miles de personas en el Autódromo Hermanos Rodríguez, el Foro Pegaso y la Arena Ciudad de México, a pesar de las múltiples cancelaciones por la pandemia de COVID-19.
Para entonces, países europeos, asiáticos y Estados Unidos comenzaron con las medidas preventivas contra el coronavirus más fuertes como encierros en el hogar, restricciones de viajes o cierres de fronteras con sus respectivas cancelaciones de vuelos no esenciales. Por lo anterior, decenas de músicos estelares desistieron de venir a nuestro país.
Entre la población se pidió a gritos la cancelación o postergación de los eventos masivos como la jornada de la liga mexicana de futbol, conciertos y los festivales ya mencionados. A pesar del peligro inminente que se pronosticaba, ni el Vive Latino ni el Hell and Heaven fueron focos de transmisión del virus que permanecía en su fase de contagios por exportaciones, a pesar de las deficiencias en sus medidas de salud contra el coronavirus.
Desde entonces, el silencio comenzó a llegar a todos los auditorios, teatros, foros, bares o espacios públicos donde la música es el alma de las fiestas, pero sobre todo, la forma de vida para músicos, managers, organizadores, representantes de prensa, ingenieros de audio, de luces, de audiovisuales, staff, meseros, bartenders, fotógrafos, diseñadores y periodistas en la fuente de cultura/entretenimiento.
En el terreno del underground, por su parte, los artistas independientes tuvieron que cancelar las tocadas con la esperanza de que una crisis sanitaria y económica no terminara con su público, con los lugares donde presentan o donde graban canciones ni con sus carreras. La agenda, por lo menos hasta principios de julio, está completamente vacía.
Los intérpretes, principales afectados de la medida preventiva sanitaria, entienden las circunstancias, pero también recuerdan que gran parte de los artistas del mundo son los que sostienen la cordura de la gente en momentos de encierro y le piden al público no olvidarse de ellos cuando todo vuelva a la normalidad.
Alfredo Ramírez, guitarrista de la banda mexicana de metal progresivo Obesity, describió la situación como algo “desesperante” y confiesa que ya empezó a golpear las carteras y el espíritu de los integrantes luego de la cancelación de su gira, además del freno que pusieron a la producción del nuevo disco por el cierre de los estudios.
“Yo me dedico a otras cosas y por suerte doy clases en una escuela que sigue trabajando en línea, pero otros chicos de la banda que únicamente se dedican a la música, ha bajado hasta un 80% su ingreso. También en Obesity, todo lo invertido en mercancía y producción ya está perdido. Anímicamente está un poco difícil. Los primeros días eran un descanso, pero llega un punto en que nos pensamos a desesperar porque no avanza, no hay fechas para volver a la normalidad. Tampoco hemos podido ensayar en conjunto. Yo sigo practicando y ellos también, supongo, pero sí es difícil”, dijo a Infobae México.
“Estoy ganando aproximadamente un tercio de lo que gano normalmente. Creo que soy privilegiada, puedo solventar mis necesidades, pero es una gran, gran diferencia. En la vida “normal” menos del 10% de mis ingresos corresponden a streaming y ventas digitales. Vivo completamente de la música, las clases de música son mi ingreso más estable y los conciertos y venta de mercancía, mis ingresos más significativos. También suelo hacer trabajo de sesionista en vivo, que por el momento también está totalmente fuera de la mesa”, nos dijo la intérprete mexicana Carla Rivarola.
Y junto a ellos, no menos importantes, destaca el desempleo que viven ingenieros de sonido, de luces, staff o rodies, quienes hacen posible que un concierto sea la mejor experiencia de tu vida. Pero, sin importar la fecha del regreso a las actividades diarias, ellos continuarán fuera del mercado, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de Zeke Emanuel, el bioeticista y profesor de gestión sanitaria, aseguró que las reuniones multitudinarias como los conciertos o festivales podrán volver hasta el otoño de 2021, de acuerdo con The New York Times.
México no tiene una postura ni una agenda al respecto. Dentro del Plan de la nueva normalidad del gobierno federal se contemplan actividades como la minería, la construcción y el sector automotriz, así como las actividades escolares, laborales y económicas, pero no el arte ni el entretenimiento.
La Propuesta de Plan de Reapertura de la CDMX, por su parte, introduce los Centros Comerciales, Cines, Teatros o Deportes (a puerta cerrada) en las reactivaciones con restricción de salud pública y medidas preventivas, pero los antros, foros y bares continuarán cerrados indefinidamente.
Juan Serna tiene cerca de 11 años dedicados al audio como operador de sala y monitores, técnico y asistente de producción para bandas o como roadie. Sus ganancias en estos tres meses fueron completamente mermados, al grado de ponerlo a reflexionar sobre dedicarse a otras actividades.
“Para mí, el ingreso de esta actividad representaba el 100%. Estás de lleno en el trabajo. De pronto tienes un fin de semana un festival y al otro operas una banda y al otro sales de viaje porque vas a Guadalajara, Tijuana, Monterrey. Es muy absorbente. A mí me golpeó el 100%. Después del Hell and Heaven no tuve absolutamente nada. Todo lo que tenía programado se canceló. Obviamente tengo ya la preocupación de querer ya trabajar, de ser productivo, de generar”, reveló.
Sin embargo, opina que hay en juego mucho dinero y estabilidad para la industria del entretenimiento, incluidos los deportes, razón por la que van a regresar mucho antes las actividades, aunque los procesos sanitarios necesariamente cambiarán.
“Entiendo que a lo que me dedico no somos una actividad esencial, hay que ser conscientes, primero está la salud. Yo creo que se va a reactivar mucho antes (la industria), septiembre u octubre porque hay mucho dinero en juego. Poco a poco se irá regresando a eso. Creo que se va a modificar la forma en que interactuamos en estos espacios al cien por ciento. No vamos a regresar a la normalidad, sino a la nueva normalidad”, dijo.
Detrás de un concierto también destacan las personas que se dedican a las relaciones públicas (PR), pues gracias a su trabajo y sus contactos no se benefician solamente las bandas o artistas, también los medios de comunicación (radio, impreso, internet) que los entrevistan tienen likes, acumulan views e incrementan su fanbase, sin olvidar que los foros venden más y el material que sale de cada exclusiva es invaluable para los seguidores.
Fresale lleva tiempo en el mercado y en su particular modo de ver las cosas, aseguró a Infobae México que no es difícil que un artista considere invertir en marketing, pero tampoco es fácil convencerlos de pagar lo justo. No es una percepción que haya cambiado con la pandemia, pues aseguró que se abrieron oportunidades en otros ámbitos lejos de la promoción de conciertos, además de tener en la web uno de sus más grandes aliados; sin embargo, también sufrió los estragos en la economía.
“Yo creo que (me afectó) un 50% o 60% porque la mayoría de las personas con las que trabajo son independientes y no hay shows, eso era un gran porcentaje de su actividad de promoción. Los que hay ahora son por redes sociales y muchos no están monetizados pues, siendo sinceros, el público de un artista independiente no va a pagar por eso y menos habiendo tantos otro gratis. Lo que he aplicado es crear un modelo diferente de trabajo para que podamos generar algún ingreso por los tres lados y que ganemos, talento, público y Relaciones Pública”, dijo.
Y aunque percibe un escenario desolador a corto plazo, aseguró que los cambios que sucedan tanto en la industria como en los conciertos en vivo y el desempeño de su trabajo serán para el bien común, no un simple capricho.
De la mano con los representantes de prensa trabajan los periodistas especializados y fotógrafos, estos últimos normalmente alojados en la independencia, dedicados a la documentación de conciertos, además de la grabación de videoclips o sesiones de estudio para el arte de discos, material de redes sociales, etcétera.
Gustavo Abdiel Torres, uno de los fotógrafos más destacados de la escena regiomontana, aseguró que para su trabajo, las medidas de la Jornada Nacional de la Sana Distancia representaron una caída del 50% en sus ganancias, pero encontró nuevas formas de salir a flote “mientras pasa esto”.
“El que te diga que no le ha afectado, claramente miente. Sigo tomando fotos, sólo cambié un poco de giro, siempre pienso en dedicarme en cosas paralelas a la fotografía. Además está la opción de dar talleres online”, reveló.
Mayra Ortiz, fotógrafa independiente de la capital mexicana, genera solamente el 50% de lo que ganaba previo a la pandemia y perdió su agenda de trabajo para los próximos meses, pero contrarresta su pérdida con el community management (redes sociales) de artistas. Su visión del futuro, sin embargo, se mantiene positiva:
“Sí creo que mi trabajo será más valorado y que yo también voy a valorar muchas cosas de mi trabajo o de las personas que me rodean. Será algo a nivel comunidad lo de apreciar más los aportes de las otras personas. Estos meses me he demostrado que se puede luchar por sobrellevar este golpe tan fuerte, por esa parte creo que ya estoy mentalizada”, explicó.
Irina Gradenko Saldívar, fine art music photographer, perdió el 75% de sus ingresos cuando las medidas de prevención sanitaria suspendieron los conciertos. Además, ha tenido episodios de ansiedad y otras crisis a raíz del encierro, aunque todavía no piensa en claudicar para dedicarse a otra cosa. Además, encontró en actividades como la postproducción o el diseño una nueva forma de vida y en la red una oportunidad de crecimiento intelectual.
“Estoy tomando cursos en línea. Algunos son publicados gratuitamente, otros tienen descuentos muy buenos y salen muy baratos. Si de plano no hay manera de acceder a ellos, en YouTube hay infinidad de tutoriales de la materia. Muchos otros fotógrafos han compartido por estos medios sus conocimientos, se han hecho streams con clases o con el fin de echarnos ánimos entre todos. Es un buen momento de solidarización en este rubro”, contó.
El rumbo de la música independiente
Las opciones alternativas para el músico independiente no son bastas, pero comienzan a consolidarse también fuera de la industria. La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México dio un primer chispazo de creatividad con una adaptación digital de la “Noche de primavera” en streaming, siguiendo así el modelo de otras productoras a nivel mundial.
Ely Guerra, Chetes, Fobia y La Gusana Ciega tocaron dentro del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris completamente vacío, pero dirigidos a la fanaticada que pudo disfrutar del concierto en la comodidad de sus casas en su dispositivo electrónico.
A partir de ahí se creó el movimiento Capital Cultural en Nuestra Casa que terminó arriba de una plataforma en línea donde puedes disfrutar de museos, conciertos, libros, teatro, radio, sección infantil y un largo etcétera.
Muchísimas bandas también se animaron a probar esta fórmula, aunque con menos presupuesto y en formatos acústicos o desde sus estudios. También se organizaron importantes reuniones de músicos por toda la república gracias al Coachentena Fest y al No voy a salir de casa Fest.
Empresas internacionales de la talla de OCESA, organizan showcases en vivo con cantantes de todos los géneros, así como especiales musicales junto a periodistas especializados.
Empresas internacionales para la difusión de música independiente y alternativa como bandcamp renunciaron a sus porcentajes o cancelaron los costos de entrega con el objetivo de elevar la venta de discos o de merchandising en favor del artista. Compositores como Carla Rivarola aprovecharon la oportunidad para vender su disco “Médula Silvestre” en apenas 50.00 pesos con el objetivo de financiar un material nuevo.
“No considero que nadie tenga la obligación de rescatar a nadie, de igual forma es incomparable con ir a un show o comprar merch y por lo mismo es insostenible, porque pagar por una descarga digital es básicamente un acto político. Lo mejor que podemos hacer, yo creo, es consciencia como público de ejercer el mismo apoyo que buscamos; y como artistas, buscar maneras de darle constantemente al público propuestas nuevas de valor por las que estén dispuestos a pagar. Mi compromiso con lo de Bandcamp fue usar el dinero recaudado para cubrir gastos del disco que estoy produciendo actualmente, no resolver mis problemas económicos personales. Por eso creo que tuvo la proyección que tuvo”, nos dijo Carla Rivarola.
Por otra parte, bandas como The Guadaloops, Chino y su Gala, Festival Hipnosis o Hello Seahorse organizaron los primeros conciertos de pago por evento en línea con costos que no rebasan los 50.00 pesos; sin embargo, muchos fanáticos musicales se opusieron a la idea.
“Está oleada de haters que se suma a las críticas para MÚSICOS que piden una retribución hasta vía números de cuenta en pantalla, sólo muestra que mucha, muchísima gente ve en nuestra profesión un hobbie sin valor”, publicó Héctor, de Chino y su Gala.
Hugo Aguilar Olvera tiene 39 años y desde su adolescencia ha pagado por tocadas en todos los niveles, festivales o shows íntimos. “Es mi gran afición, mi deporte favorito. Es como una obligación estar en un concierto”, dijo a Infobae México.
Considera, además, que para la gente ya es difícil pagar un espectáculo en vivo, así que no le sorprende que mucho menos piensan en gastar el dinero en algo entre comillas gratuito como el internet, aunque de eso dependa el futuro de sus músicos favoritos.
Él, por su parte, está de acuerdo en brindarle su apoyo a las bandas a través de la compra de sus presentaciones en streaming, siempre y cuando tengan la infraestructura correcta y otorguen beneficios extra.
“Si lo ves como un apoyo, pues claro, porque esa es finalidad cuando disfrutas de espectáculo planeado con todas las garantías que contrae. En cuestión de beneficios, me gustaría que si ya pagaste, te lo lleves a casa. Como antes se hacía en los conciertos de Pearl Jam que terminaba el concierto y tenias ese concierto al cual habías asistido”.
Aunque internet pudiera sonar como el futuro de la industria, el fotógrafo Alfredo Alvarado (Cultura Colectiva|Summa Inferno), también abogado de profesión y asesor de bandas en materia de derechos de autor, ve al público mexicano como uno de los principales obstáculos de la monetización online.
“El arte no se detiene, hay gente escribiendo, componiendo, haciendo videos desde distintas plataformas, se adaptan, aprovechan la tecnología. El problema de la escena independiente será monetizar en tiempos de cuarentena, pero la pregunta es si el público mexicano está dispuesto a pagar por contenido digital, por transmisiones... recordemos, tenemos un problema de piratería y no nos gusta pagar por nada. El artista podrá dar su mejor trabajo en las vías posibles, pero el público es quien puede levantar a la industria”.
Sin embargo, reconoce que la gente también se ve afectada y sufre de manera directa las consecuencias económicas, sociales o de salud que ha dejado la pandemia no sólo en México, sino también alrededor del mundo.
Andre Dulche, periodista mexicano de la fuente rockera desde hace más de 10 años, fundador del sitio Pólvora, es también uno de los más ávidos coleccionistas de discos y no daría por muerto el objeto por los factores “pertenencia” y “nostalgia”, pero tampoco considera que la piratería sea un problema cuando “la sabes usar a tu favor”.
“La calidad de muchos artistas ha bajado, así como antes todos querían hacer música disco ahora muchos quieren ser indie o trap. Así que ¿por qué debería yo arriesgar mi dinero en un álbum con una o dos canciones medianamente buenas? Si sabes usar la piratería, es mejor modelo de promoción. Al final, si el disco vale la pena, tu fan te lo comprará de alguna u otra forma, pero sobretodo irá a verte, ahí es dónde”, aseguró.
Tampoco considera que la música digital sea un ingreso real para las bandas, pues hay tanta oferta que llegan a perderse en playlist interminables estilo “la nueva oleada punk en América Latina”, además de mantenerse realista y asegurar que en México todavía es una minoría la gente que tiene acceso a internet.
“No daría de muerto los formatos físicos por lo digital, al menos no hasta que la generación de principios de los años 2,000 muera, todavía son consumistas de sus bandas o artistas favoritos. Ahora, aunque el internet lo tenga casi toda la clase alta y media, eso no quiere decir que todos tengan ese servicio y estén con una tarjeta de crédito haciendo su carrito de rolas en iTunes. Todavía hay quienes van a este público, el que no pasa horas en el internet y lleva su música consigo”, apuntó.
El internet como el futuro inmediato
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), por su parte, reveló en su Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) en 2017 que más del 50% de los mexicanos (71.3 millones de usuarios) cuentan con conexión a internet.
El internet podría ser, entonces, la herramienta más poderosa para todos los involucrados en la industria. Es la manera en que podrán seguir con las creaciones, pues las facilidades para grabar desde casa lo hacen mucho más simple. Además, es la opción más eficaz de conectarse con la gente que los admira de manera multitudinaria y con la única necesidad de un dispositivo que se pueda conectar a internet, así como su respectiva conexión.
No obstante, los procesos de monetización suelen ser tardados, tediosos y mal pagados (menos del 10%), por lo que no representaría un verdadero ingreso. Pero las opciones comerciales también son múltiples. Servicios como Kichink, Amazon o la tienda personalizable de Facebook tienen la infraestructura para enviar paquetes a domicilio donde pueden incluir discos, playeras, stickers, pines y toda clase de parafernalia.
También existen diversas tiendas de pequeños emprendedores mexicanos que maquilan y envían productos a domicilio, lo que fomentaría, además, la reactivación de la economía local, pues en el proceso se ven involucrados también diseñadores gráficos o gente ligada al ramo de los textiles.
“Hay días que (el panorama) me parece una tragedia, y otros días que me parece una oportunidad como ninguna para crear desde el lugar más sincero, sin expectativas. Creo que los retos para la escena independiente van a ser muchos, que seguramente mucha gente se verá disuadida de perseguir la música, que pasaremos por momentos económicos complicados y que la sed de la magia irreemplazable de los shows en vivo nos carcomerá a veces; pero que del otro lado de esto habrá una explosión tremenda de trabajos artísticos de calidad y corazón como después de cualquier crisis que haya vivido Latinoamérica. Sé que a pesar de no saber cuándo volveré a pisar un escenario, sigo amando la música de igual manera y tengo la misma necesidad de hacer discos. Eso me tranquiliza y me reafirma que este siempre ha sido y será mi camino; tendré que atravesarlo. Sólo hace falta un poco de creatividad y proactividad para encontrar formas de reactivar los ingresos y potenciar la relación con el público a la vez”, dijo Carla Rivarola.
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