Han habido muchas batallas muy contra el coronavirus muy inspiradoras, pero tal vez ninguna tan pública como la del actor de Broadway, Nick Cordero, quien ha sufrido una larga pelea contra el COVID-19 desde sus primeros síntomas, el 20 de marzo.
El actor de 41 años ingresó al Centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles, California, el pasado 31 de marzo después de haber sido diagnosticado con neumonía. Sin embargo, al día siguiente dio positivo a la prueba de coronavirus, y ya se encontraba inconsciente en la Unidad de Cuidados Intensivos.
A lo largo del todo el mes, su esposa Amanda Kloots de 38 años, documentó su difícil camino en redes sociales.
“[Nick] Está asustado, en la UCI y ahora inconsciente para que su cuerpo pueda obtener suficiente oxígeno. Todos estamos tratando de mantenernos positivos y fuertes sabiendo que él está en la mejor atención. Lo extraño muchísimo. No se me permite visitar allí, por supuesto, y no puedo hacer nada para ayudarlo. Nick también está asustado, esto ha ido de mal en peor. No se le permite comer ni beber, está muy débil y tiene dificultades para respirar”, escribió Kloots el 1 de abril.
Tras dos semanas de hospitalización, las cosas empeoraban de manera drástica, pues no solamente Cordero estaba inconsciente, peor la circulación de la sangre a su pierna derecha se vio comprometida.
Los doctores le administraron anticoagulantes, no obstante, estos también causaron una respuesta negativa dentro de su cuerpo pues tuvo una hemorragia interna en su intestino, por lo que le quitaron el medicamento. Desafortunadamente, esto causó de nuevo problemas con su pierna, por lo que Kloots tomó la decisión de que la pierna de su esposo fuera amputada.
“Lo quitamos de los anticoagulantes, pero eso nuevamente causaría algo de coagulación en la pierna derecha. Entonces la pierna derecha será amputada hoy”, compartió Kloots.
Las cosas parecían mejorar, pues para el 24 de abril, se le aplicaron dos pruebas más de coronavirus, las cuales fueron negativas, lo que significaba que el virus ya estaba fuera de su sistema.
Pero ese mismo día Cordero tuvo que ser sometido a una cirugía para obtener un marcapasos temporal, pues su corazón tuvo irregularidades que obligaron a los doctores a llegar a esta medida.
Las cosas empeoraron todavía más cuando le explicaron a la entrenadora que a su esposo no le podría ser retirado el respirador artificial, debido a que tuvo una fiebre que causó que su presión arterial bajara. Los doctores tuvieron que encontrar el origen de la fiebre y dejar las ilusiones de retirar el respirador, a un lado.
El 30 de abril, otra vez llegaron malas noticias, pues Kloots informó que su esposo tenía los pulmones tan dañados, que parecían los de una “persona que ha fumado por 50 años”.
Nuevo mes, nuevas señales
Pero todo cambió con el nuevo mes que comenzaba, pues el 1 de mayo por fin le pudieron quitar a Cordero el respirador artificial, para el 4 de mayo ya comenzaba a tratar de abrir los ojos y para el 6 ya podía hacer seguimientos con estos.
Finalmente, el 12 de mayo fue el día: Nick Cordero despertó de su coma, y aunque aún está muy débil y por mucho camino por recorrer, este fue uno de los pasos más importantes que pudo dar.
“Es un verdadero superhéroe. Quiero decir, recorrimos un gran camino. Él está allí y todo se ve bien. Es como si no quisieras emocionarte demasiado porque ha sido un camino así. Pero por eso digo que todavía es un camino muy largo. Todavía estamos en un camino muy largo, pero estamos en los comienzos de la recuperación”, compartió Kloots muy emocionada.
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