La cantante Rihanna dejó atrás su retiro de la música cuando estrenó “PARTYNEXTDOOR” la semana pasada, y también le describió a sus fans cómo y en dónde ha estado en los últimos meses. Uno de esos lugares, es México.
En una entrevista para la revista Vogue, la cantante reveló que su vida es muy nómada, es por eso ha vivido en cuatro lugares a lo largo de este año. Londres, en donde están sus negocios y en donde se siente más creativa; París, en donde su sentido de la moda se desarrolla mejor; en Barbados es donde está más cerca de su familia y finalmente en México, en donde se siente más relajada.
“Simplemente amo México, creo que en verdad debo hacerme una prueba de ADN”, explicó la empresaria a su entrevistadora, quien le preguntó que si creía que fue mexicana en una vida pasada. “Sí, creo que fui una planta de agave. Me gusta mucho el tequila”, bromeó la mujer de 32 años.
Pero no solamente es por esta razón que la cantante se siente conectada con la gente de este país, sino que esa empatía llega a un pasado un poco más oscuro de lo que el público se imaginaba.
Esto se debe a que, aunque la también actriz nació en Barbados, su madre, Monica, era una inmigrante originaria de la isla de Guyana (solía ser una colonia de los ingleses en el sur del continente americano). Esto, no era bien visto dentro del país caribeño, durante los años formativos de la cantante.
“Los guyaneses son como los mexicanos de Barbados, así que me identifico. Y creo que esa es la razón por la que en verdad puedo empatizar y relacionar con la gente mexicana o latina, quienes son discriminados en Estados Unidos. Sé lo que es que la gente de inmigración venga a tu casa a la mitad de la noche y saque a la gente por la fuerza”, explicó la intérprete de “Umbrella”.
Aunque la cantante expresó que no fue el caso de su mamá, experimentó desde la vista de una pequeña de ocho años el impacto de una situación de esa índole.
“No fue mi madre, mi madre era legal pero digamos que sé cómo es esa pelea. Lo he presenciado. He estado en eso. Probablemente tenía ocho años cuando experimenté eso en medio de la noche. Así que sé lo desalentador que es para un niño, y si ese hubiese sido alguno de mis padres los que hubieras sido arrastrado fuera de mi casa, puedo garantizar que mi vida habría sido un desastre”, aseveró la empresaria.
Y no solamente lo ha presenciado en el continente americano, sino que al otro lado del mundo, en Londres las cosas también son muy difíciles para la gente que no es blanca.
“Creo que la brutalidad policial es probablemente extremadamente severa en Estados Unidos, pero el racismo está vivo en todas partes. Es lo mismo [en el Reino Unido], es evidente, lo que se está convirtiendo cada vez más en una norma, o es subyacente, donde las personas ni siquiera saben que están siendo obvias al respecto. Ya sabes, es solo una capa subconsciente que está incrustada en todo su núcleo”, declaró.
“Entonces, cuando veo que ocurren estas injusticias, es difícil hacer la vista gorda. Es difícil fingir que no está sucediendo. Las cosas en las que me niego a guardar silencio, son cosas en las que realmente creo”, aseguró.
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