El actor Pablo Lyle no sabía que aquella tarde del 31 de marzo de 2019, mientras se dirigía al aeropuerto de Miami, su vida cambiaría de una manera dramática.
Viajaba con su familia a bordo de la camioneta de su cuñado, quien se metió en el trayecto del vehículo que conducía Juan Ricardo Hernández, un hombre de 63 años.
Hernández se bajó de su auto y se acercó al del cuñado de Lyle para golpear violentamente la ventanilla.
El hombre, furioso, regresó a su vehículo, pero Lyle no dejó el incidente ahí. Salió corriendo de la camioneta y se dirigió a Hernández. Una vez frente a él le dio un puñetazo que dejó en el suelo al sujeto. Ese golpe habría de transformar la vida del actor de Mirreyes vs Godínez.
Lyle cooperó con las autoridades de Estados Unidos y se presentó como responsable de la agresión, pero su caso dio un giro dramático cuando, días después, Juan Ricardo Hernández falleció.
Lo que inició con un cargo de agresión (un delito en tercer grado) fue cambiado por la fiscalía por una acusación de homicidio involuntario que implica una pena de hasta 15 años en prisión.
Desde el 8 de abril del año pasado, Lyle no puede salir de Estados Unidos. Un juez le fijó una fianza de USD 50,000 y un arresto domiciliario.
Si bien en el asunto del arresto se le han concedido algunas libertades al actor, quien vive en el departamento de su hermana, pues ahora puede andar por todo Miami sin restricción de horario aunque sí con monitoreo electrónico, lo que no ha ocurrido es que se le permita regresar a México para trabajar.
Desde el inicio del caso, Lyle ha insistido en que actuó en defensa propia, pues no sabía si Hernández pensaba sacar un arma para atacarlo cuando volvió a su vehículo.
El anterior juez del caso, Alan Fine, negó a la defensa de Lyle la posibilidad de usar la figura legal conocida como “Stand Your Grand”, pero sus abogados apelaron. Es así que el caso del actor está por una parte en la corte de Miami y por otro lado hay un proceso en la corte federal de apelaciones.
El proceso de Lyle, que aún podría desembocar o no en juicio, se ha prolongado durante un año, tiempo en que no ha podido trabajar.
De ahí la petición incesante de sus abogados para que se le permita viajar a México.
"Pablo Lyle es presunto inocente. Ha hecho todas las apariciones en la corte. Antes de que la fiscalía pueda atraparlo, tienen que pasar por mí. No va a pasar. Se le debe permitir regresar a casa para trabajar y estar con su familia", explicó Philip Reyzenstein, uno de los abogados del actor.
Reyzenstein reaccionó así luego de que la nueva juez del caso, Marlene Fernandez-Karavetsos, no le concediera la posibilidad de regresar a su país, el pasado enero.
La pandemia del coronavirus tampoco ha favorecido el proceso de Lyle, pues una audiencia programada para el pasado 20 de marzo se canceló como medida preventiva.
Su nueva audiencia tendrá lugar el próximo 29 de abril, un mes más en el que Lyle no saldrá de Estados Unidos y aún en espera de saber lo que resolverá la corte de apelaciones.
Como dijo su abogado Bruce Lehr, hace algunos días: “(Pablo) Está ansioso de dejar esto atrás, está ansioso de que esto termine”.
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