La angustia pronto se transformó en tragedia. Algunos pedían que se tratara de una broma de mal gusto o de un mensaje que no iría más allá, pero Armando Vega-Gil, el integrante de Botellita de Jerez señalado en el movimiento #MeToo, estaba decidido a quitarse la vida. Y así lo hizo.
Fue en la madrugada del 1 de abril de 2019, poco después de que su nombre surgiera en la cuenta de Twitter Me Too Músicos Mexicanos, que Vega Gil compartió en la misma red social un mensaje donde revelaba sus intenciones de suicidarse.
“No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal”, así iniciaba el músico su último mensaje, donde vislumbraba un panorama muy oscuro para su carrera dada la acusación de la que era objeto.
En la mencionada cuenta de Me Too, se hizo público el testimonio de una mujer que dijo haber conocido a Vega-Gil cuando ella tenía 13 años y él, 50.
Según su relato, tras conocerse en el Tianguis del Chopo, la entonces adolescente tuvo oportunidad de visitar a Vega-Gil un par de veces en su casa, siempre acompañada por amigas.
Pero, recordó, en una de aquellas visitas Vega-Gil le tomó fotos que la hicieron sentir incómoda y después le hizo comentarios con implicaciones sexuales. Finalmente, la adolescente cortó el contacto con el músico.
Su mensaje caló hondo en el integrante de Botellita de Jerez, quien fue firme en descartar la veracidad del señalamiento.
“Una chica me acusa de abuso y acoso. Ella narra que el episodio ocurrió cuando tenía 13 años, lo cual hace que esto se vuelva grave, muy grave. Bien, lo afirmo categóricamente, dicha acusación es falsa”.
Sin embargo, más adelante en su texto de despedida, el músico expresó:
"En fin, es un hecho que perderé mis trabajos, pues todos ellos se construyen sobre mi credibilidad pública. Mi vida está detenida, no hay salida. Sé que en redes no tengo manera de abogar por mí, cualquier cosa que diga será usada en mi contra…Sólo quiero dejar limpio el camino que transite mi hijo en el futuro".
Vega-Gil también fue claro para cerrar su texto: “No se culpe, pues, a nadie de mi muerte: esta- el suicidio– es una decisión consciente, voluntaria, libre y personal. Hasta pronto”.
La tragedia se consumó horas después. El cuerpo de Armando Vega-Gil fue encontrado colgando de un árbol con un alambre, afuera de su domicilio en la colonia Narvarte de la capital mexicana.
Poco después, a través de sus redes sociales, Botellita de Jerez confirmó el deceso de uno de los fundadores de la agrupación mexicana que se hizo popular en los años 80 como creadores del “guacarrock”.
El mundo del entretenimiento en México sufrió una fuerte sacudida. Inició el duelo de los músicos que lo conocieron, que fueron sus amigos y también de la gente que lamentó el curso que tomó la acusación en la cuenta de Twitter.
Tal como lo tenían pactado desde un inicio, Francisco Barrios "El Mastuerzo" y Sergio Arau, los otros integrantes de Botellita, anunciaron el fin de la agrupación. No podrían seguir si alguno faltaba.
Actualmente aún está activa la cuenta de Twitter de Vega-Gil, quien también fue escritor.
En su último mensaje, el de su despedida, hay más de 3,000 comentarios, la mayoría de aquel fatídico día, que defendían al músico o bien, lo atacaban y señalaban.
Terminó así la historia del hombre que dijo en una de sus últimas entrevistas: “Estoy en un momento muy frágil, vivo al día, como que voy acercándome al vacío, espero que no se desplome todo”.
Información y ayuda sobre suicidio en México: Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono (SAPTEL ) ofrece atención telefónica las 24 horas del día en el número: 0155 5259-8121.
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