Cuando Adele lanzó su último álbum “25” hace cinco años, todavía vivía en Londres con su novio Simon Konecki y su pequeño hijo Angelo. La cantante se prepara para lanzar su tan esperado cuarto disco en septiembre, pero en ese tiempo fuera de la luz pública la vida de la estrella ha pasado por su peor momento.
Cuando celebró sus 31 años, en mayo pasado, la cantante británica compartió un poderoso y honesto mensaje con todos sus seguidores, en el que hizo referencia al año más difícil de su vida y de cómo planeaba salir adelante."Los 30 me trataron muy duro y me han puesto a prueba, pero lo he superado", decía al inicio de sus palabras, las cuales acompañó de algunas fotografías de su costosa fiesta de cumpleaños en la icónica mansión de “El Padrino” en Beverly Hills.
“No importa cuánto tiempo estemos aquí, la vida es constante y complicada algunas veces. He cambiado drásticamente en los últimos dos años y aún lo estoy haciendo, y eso está bien”, continuó la ganadora del Oscar. Al final de su mensaje, Adele aseguraba que este nuevo ciclo en su vida lo dedicaría completamente para ella. “Los 31 van a ser grandes y los gastaré en mi. Por primera vez en una década estoy preparada para sentir el mundo a mi alrededor y para admirarlo".
La intérprete de “Rolling On the Deep” también le habló a sus fans y compartió sus experiencias con ellos. “Sean buenos con ustedes mismos, solo somos humanos, vayan despacio, dejen el móvil y ríanse a carcajadas. Se trata de aprender a amarte a ti mismo y yo he aprendido que solo eso es más que suficiente”.
Adele tomó sus palabras seriamente y emprendió una transformación personal.
Cuando terminó su gira en junio de 2017, se había casado en secreto con Konecki y se retiró de la vida pública para ser una madre full time de su hijo Angelo. En abril de 2019 anunciaba sorpresivamente su divorcio de quien fue su pareja por siete años y aparecía en un club drug en la ciudad de Nueva York con su mejor amiga, Jennifer Lawrence. Una divertida noche de chicas que se volvió viral en Twiiter.
Para estar cerca de sus nuevas amistades de Hollywood, Adele se compró una mansión de USD 10 millones en un exclusivo suburbio de Beverly Hills, donde tiene a su amiga Lawrence y Katy Perry entre sus vecinos. Aprovechando al máximo su lujosa propiedad, le regaló una boda al comediante Alan Carr y su compañero Paul Drayton en su extenso jardín, e incluso fue ella quien oficializó el enlace. Las flores que formaron parte del altar fueron diseñadas por el florista favorito de las hermanas Kardashians, Jeff Leathamfor, y se cree costaron cerca de USD 10.000.
Pero para la Navidad de 2018, corrían rumores de que su propio matrimonio estaba en picada. Ella y Simon viven “vidas separadas”, decían los tabloides. Su aparición en solitario en los BRIT Awards en febrero solo hizo que las especulaciones sobre una separación se acrecentaran. Dos meses más tarde se confirmaba la ruptura. Se supo que solo unos meses antes, Adele le dejó su casa matrimonial a Simon, y en cambio ella compró una propiedad de USD 9,5 millones justo al otro lado de la calle.
Pero casi un año después de su anuncio de divorcio, la artista parece estar bastante bien con una vida lejos de los escenarios y de los medios. Su calendario social parece estar lleno de salidas y fiestas llenas de celebridades.
Y detrás de las puertas de su casa de soltera en Los Ángeles, se dice que la ganadora de 15 premios Grammy decidió reinventarse, empezando con una gran trasformación física, que la obligó a cambiar sus hábitos alimenticios con un duro entrenamiento bajo las órdenes de la famosa gurú de pilates, Camila Goodis.
“Antes prefería llorar, ahora elijo transpirar", escribía la británica nacida en Tottenham en un posteo de Instagram, en octubre pasado, en el cual daba a conocer su nueva figura. La artista de 31 años decidió hacer un rotundo cambio de vida y bajó cerca de 70 kilos. Hoy prepara su nuevo trabajo discográfico, vive entre Los Ángeles y Nueva York, y se rodea con grandes personalidades del cine y la música.
Al preferir hacer ejercicio en la privacidad de su propia casa, Adele recurrió a sus amigas famosas del cine y contrató a los mejores del rubro: los entrenadores Joe Wicks y Dalton Wong, que también pone en forma a Jennifer Lawrence.
En sus días como toda una celebridad de Beverly Hills, Adele se apoya en sus amigos de siempre y en su nuevo círculo del mundo del espectáculo, incluida la esposa de Robbie Williams, Ayda Field, James Corden y Emma Stone.
Su nueva figura le valió críticas ya que la estrella mundial se había convertido en inspiración para muchas mujeres por ser una “chica con curvas" que logró el éxito sin obsesionarse con su peso. Ella siempre dejó en claro que hace música para los oídos no para los ojos. "Nunca he querido parecerme a modelos de portadas de revistas. Represento a la mayoría de mujeres y estoy orgullosa de eso”.
Sus más cercanos señalan que para la cantante su pérdida de peso representa mucho más que eso. Ha cambiado en su vida personal en relación a su autoestima y al miedo constante a ser juzgada. Pero su principal razón, dicen, fue su hijo.
Lo cierto es la que cantante está muy lejos de Adele Laurie Blue Adkins, del barrio londinense de Tottenham. Disfruta de la vida de lujos que se ganó con arduo trabajo, siempre está lista para una noche de diversión en Nueva York y celebra su gran momento personal en fiestas de Beyoncé o del raperomDrake. Pero también cumple sus sueños en su Reino Unido natal. Uno de ellos fue conocer a las Spice Girls durante un concierto en junio de 2019. “¡La última vez que vi a las Spice Girls en Wembley fue hace 21 años!. Esta noche con mis más cercanos lloré, me reí, grité, bailé, recordé y me enamoré de mi cuando tenía 10 años”.
En cuanto a su vida personal se rumorea, o más bien el periódico británico The Sun lo afirma, ya está siendo cortejada por el rapero británico Skepta, un vecino de Tottenham, con quien tiene una relación cercana desde hace años.