La propagación del coronavirus también impone restricciones a la familia real británica. Así, durante la ceremonia en la Abadía de Westminster para el Día de la Commonwealth el 9 de marzo, el último acto oficial en el que los Windsor estuvieron todos juntos antes del Megxit, para evitar cualquier contagio se implementó una nueva regla: prohibido saludarse con un apretón de manos.
“La Abadía de Westminster es muy consciente de los riesgos que plantea la propagación del nuevo coronavirus. En las últimas semanas, hemos aconsejado a los miembros de nuestra congregación que eviten darse la mano”, dijo un portavoz de la abadía.
Uno de los saludos alternativos más originales fue el elegido por el príncipe Harry. Cuando se encontró frente al cantante Craig David, se saludaron con un “choque de brazos” (o codo contra codo). El gesto fue captado por las cámaras y publicado en las redes sociales de la familia real, donde los usuarios lo celebraron.
Rechazar una mano tendida -sin pasar por grosero-, evitar el beso y el abrazo, o saludarse con los pies, como hizo el presidente de Tanzania, John Magufuli, para despedirse del líder de la oposición, Maalim Seif Sharif Hamad, son los nuevos comportamientos sociales que se están adoptando en varios países del mundo frente a la epidemia del nuevo coronavirus.
En Westminster, sin embargo, no todos adoptaron esta estrategia. La reina Isabel y Camila Parker-Bowles, esposa del príncipe Carlos, optaron por presentarse con guantes.
Kate Middleton, en cambio, olvidó las recomendaciones y a la salida de la iglesia tomó las flores del puño de una niña que la estaba esperando en la puerta.
Los duques de Sussex y de Cambridge llegaron por separado a la Abadía de Westminster para el Servicio de la Commonwealth, por delante de la reina Isabel II. Para el príncipe Harry y Meghan Markle fue el último deber real público antes de alejarse de la monarquía.
El Servicio de la Commonwealth fue el primer acto público en el que el duque y la duquesa de Sussex aparecieron junto con el resto de la familia real desde el anuncio del Megxit en enero. La tradición dicta que Harry, que no es un futuro rey, se siente con Meghan en la segunda fila detrás de la Reina, Carlos, Camilla, William y Kate durante el servicio.
En vivo y en directo se pudo ver a Meghan saludar y sonreír a William y Kate, mientras los Cambridge tomaban asiento en el Altar Mayor en la fila frente a los Sussex. Harry también dijo “hola” con una gran sonrisa a su hermano. Pero todo se volvió incómodo entre ellos tras la fría respuesta de William, que solo asintió con la cabeza y tomó su lugar.
A partir del 31 de marzo, el nieto menor del monarca, de 35 años, y la ex actriz estadounidense, de 38, ya no usarán sus títulos de RHS (Alteza Real) mientras persiguen una nueva vida de libertad personal y financiera, principalmente en América del Norte. Meghan abandonará la vida real solo un año, 10 meses y 12 días, o 682 días.
Se espera que los Sussex -que viajaron sin su bebé- regresen a Canadá la próxima semana, y su nueva vida lejos de la Corona comenzará oficialmente el 1 de abril. Harry seguirá siendo sexto en la línea al trono, a pesar de renunciar como un miembro de la realeza.
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