Harvey Weinstein tiene todo un piso para él solo en Rikers Island, donde está bajo vigilancia las 24 horas para protegerlo de otros reclusos. El productor de Hollywood hallado culpable el pasado 24 de febrero de agresión sexual y violación abandonó el Hospital Bellevue, de Nueva York, y fue trasladado a la prisión de máxima seguridad.
Ahora se encuentra recluido en la unidad médica del penal que puede alojar a 416 reclusos, en compartimentos vigilados.
Rikers es una de las cárceles más famosas de los Estados Unidos por el alto perfil de sus reclusos. El enorme complejo carcelario, conocido por episodios violentos contra presos y guardias, será clausurado en 2026 por el gobierno municipal y reemplazado por cárceles más pequeñas en diferentes barrios de la ciudad.
Weinstein no es el único reo famoso que ha pasado por Riker’s Island, donde han cumplido condena también Sid Vicious, líder de los Sex Pistols, el rapero Tupac Shakur y Dominique Strauss-Kahn, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional.
Rikers Island está ubicada en un trozo de tierra que emerge del East River. La única vía de acceso al enorme correccional es un puente desde el barrio neoyorquino de Queens. Abrió en 1932 como un centro de detención temporal para las personas que esperan juicio o para convictos que cumplían una condena corta. Tiene capacidad para acoger a 14.000 presos, aunque durante la crisis del crack, hace tres décadas, llegaron a contarse más de 20.000 reclusos.El 60% de los reclusos esperan juicio por crímenes violentos.
De acuerdo con el sitio TMZ, Weinstein está bajo la atenta mirada de los médicos, y los guardias lo controlan regularmente en medio de preocupaciones de que pueda quitarse la vida. Al parecer, también disfruta de los privilegios regulares de los reclusos, que incluyen una hora de recreación, acceso a la biblioteca y tres comidas al día.
Weinstein fue hallado culpable de agresión sexual en primer grado a la ex asistente de producción Mimi Haley en 2006 y de violación en tercer grado de la ex actriz Jessica Mann en 2013, tras un mediático proceso que duró casi un mes. El veredicto fue considerado histórico para el movimiento #MeToo contra el acoso y la agresión sexual.
El productor, cuyas películas ganaron 81 premios Oscar, fue denunciado por acoso, agresión sexual o violación por más de 80 mujeres, pero solo fue juzgado por estos dos casos, que no habían prescrito.
Sus abogados anunciaron que apelarán la sentencia.
El jueves pasado fue trasladado a la unidad médica de la prisión de Rikers Island tras haber sido sometido a una operación cardíaca en el Hospital Bellevue.
Está programado para ser sentenciado el miércoles. Los fiscales de Nueva York dijeron en una presentación ante el tribunal el viernes que debería recibir una sentencia que refleje no solo su condena por agredir sexualmente a dos mujeres, sino por “una vida de abusos hacia otras personas”. Weinstein se enfrenta a un máximo de 29 años de cárcel.
A lo largo de su vida adulta, Weinstein ha mostrado una “asombrosa falta de empatía, tratando a los demás con desdén e inhumanidad”, dijo la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, en una carta al juez James Burke. “Ha promovido constantemente sus propios deseos y fijaciones sórdidas sobre el bienestar de los demás”, alegaron los fiscales. “Ha destruido las vidas y los medios de vida de las personas o ha amenazado con hacerlo por capricho”.
Los fiscales dijeron que Weinstein tuvo patrón que perpetuó por décadas: hacía que las mujeres jóvenes estuvieran solas en habitaciones de hotel y otros entornos antes de atacarlas sexualmente.
El productor aún debe responder a una inculpación en Los Ángeles por la presunta violación de una modelo italiana en febrero de 2013 y la agresión sexual a la ex modelo Lauren Young a la noche siguiente en un baño de un hotel en Beverly Hillls.
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