Samantha Jones era la mujer abierta y despreocupada que vivía su sexualidad libremente entre el final de los años 90 y el inicio del nuevo siglo. La picardía de sus coqueteos y encuentros sexuales pronto le dio gran protagonismo en Sex and the City, la serie en donde la estrella era Carrie Bradshaw.
En la ficción de HBO, Jones y Bradshaw tenían una sólida amistad y sus escenas suelen ser de las más recordadas por el encanto y la química que parecían tener, pero sólo se trataba de su profesionalismo. Detrás de cámaras Kim Cattrall y Sarah Jessica Parker, las actrices a cargo de los personajes, enfrentaban una especie de guerra fría.
La serie terminó en 2004 y después se filmaron dos películas para satisfacer la curiosidad de los seguidores sobre el destino que habían tenido los personajes, pero cuando se habló de realizar una tercera cinta estalló el escándalo.
Cattrall se negó por completo a interpretar de nueva cuenta a Samantha Jones e hizo evidente la fractura que existía con el resto de sus compañeras (Cynthia Nixon y Kristin Davis), y especialmente con Sarah Jessica.
“Nunca”, respondió sin dudar Kim cuando le preguntaron sobre la posibilidad de hacer una tercera película. “Aprendes lecciones en la vida y mi aprendizaje es trabajar con buenas personas”.
Ya se sabía que Cattrall y Sarah Jessica no eran amigas porque Kim expresó su furia luego de que Parker le enviara un mensaje tras la muerte de su hermano.
“Tú no eres mi familia. No eres mi amiga. Así que te escribo para decirte por última vez que dejes de explotar nuestra tragedia para restaurar tu personaje de ‘chica buena’”, escribió Kim en Instagram, ante los ojos de millones de personas.
Y es que, parece, el conflicto entre ambas era antiguo y profundo. Ya desde 1999 se hablaba de problemas al interior del elenco. Después sólo se confirmó que Kim nunca fue parte del grupo de Sarah, Kristin y Cynthia.
A Catrall no le agradaba la idea de que Sarah Jessica recibiera un mayor pago que el resto del elenco.
"Kim no estaba en el apogeo de su carrera, Kristin estaba debajo de ella en términos de notabilidad, Cynthia era una actriz de teatro, y sus contratos reflejaban ese estado", explicó Michael Patrick King, productor ejecutivo de la serie.
Así que la enemistad entre las actrices impedirá que haya una tercera entrega de Sex and the City o al menos una en la que aparezca Samantha Jones.
Entre Beverly Hills 90210 y Charmed
Shannen Doherty integraba un grupo de amigas junto a Tori Spelling y Jennie Garth en Beverly Hills 90210, la serie que marcó a la generación de jóvenes de los años 90, pero en la vida real estaban lejos de tener una relación tan profunda y sólida como la de sus personajes de Brenda, Donna y Kelly.
Según Jennie Garth la diferencia de sueldos tuvo mucho que ver en la tensión al interior de la serie así como la juventud de los participantes.
“Fui catapultada a eso (la fama) cuando era adolescente y realmente sin tener un folleto de instrucciones de cómo lidiar con eso. Estábamos encerradas de 14 a 16 horas al día. Había momentos en que nos amábamos y otros en donde queríamos sacarnos los ojos", reconoció Jennie.
Garth cree que sus constantes conflictos con Shannen eran causados por el fuerte temperamento y la independencia de ambas.
Se dijo que los problemas de Doherty con sus compañeras y sus indisciplinas cansaron al productor Aaron Spelling (padre de Tori) y decidió correr a la actriz en la cuarta temporada.
En su lugar fue traída Tiffani Amber Thiessen (de Salvados por la campana), pero la salida de Brenda afectó a la audiencia del programa.
“No es que yo fuese un día y dijera ‘Me voy’. Dejar la serie fue un proceso muy largo. Aaron se cansó tanto de mí como yo me cansé de la serie, y creo que fue porque la notoriedad era demasiada. La gente empezó a odiar al personaje y yo no pude soportar aquel maltrato. Nadie separaba a la actriz del personaje. Me harté de la gente y asumí que yo era tan malcriada y tan mala como Brenda. Fue todo muy doloroso”, recordó años después.
No fue el único conflicto de Doherty en una serie de televisión.
Tras su paso por Beverly Hills, Shannen formó parte de la serie Charmed (Embrujadas) en la que dio vida a Prue Halliwell, una de las hermanas protagonistas.
Pero su relación con Alyssa Milano (Phoebe Halliwell) se volvió insalvable y la propia Shannen tomó la iniciativa de abandonar la serie (también producida por Aaron Spelling) e incluso dirigió el episodio donde su personaje era asesinado.
“En la vida real también había drama, entre los propios actores. Me sentía aislada y dolida. Tuve que hacer una escena donde Prue se rompía ante sus hermanas por la muerte de Andy. Todas las emociones que mostré eran las que Shannen estaba sintiendo, no Prue”, explicó años después.
“Puedo decirte que estuvimos al aire con ella durante tres años y definitivamente hubo algunos días difíciles. Holly [Marie Combs] y Shannen fueron mejores amigas durante 10 años antes de que comenzara el show, por lo que fue muy parecido a la escuela secundaria. Esperaba que en nuestros treinta años ya no se sientiera así”, reconoció Alyssa.
Leighton Meester y Blake Lively
Serena Van der Woodsen y Blair Waldorf se convirtieron en íconos de moda para la generación que siguió atenta el desarrollo de Gossip Girl.
En la serie juvenil daban vida a unas amigas que terminaban enfrentadas por un hombre, pero en la vida real -parece- nunca hubo posibilidad de que surgiera una amistad.
“Blake está muy en el momento... Leighton era muy distante y muy callada, y, después de que terminaban sus escenas, vagabundeaba por el set. Tengo esta imagen de ella con estos magníficos vestidos y un libro en la mano, un poco fuera de foco en las esquinas... Blake y Leighton no eran amigas. Eran cordiales la una con la otra, pero no eran amigas como Serena y Blair. Sin embargo, en el momento en que estaban juntas ante las cámaras, era como si lo fueran”, comentó el productor Joshua Safran a Vanity Fair.
Y para hacer evidente que en realidad nunca fueron amigas están algunos hechos: desde que terminó el show no han sido vistas juntas otra vez y nunca han hecho referencia a la otra en alguna entrevista.
Aunque en septiembre de 2019 Blake compartió una foto del recuerdo junto a Leighton, cuando ambas aparecían en la serie, Meester no le dio “like” a la foto, pese a que estaba etiquetada, es más, ni siquiera se siguen en la red social.
Ariana Grande y Victoria Justice
En Victorious, la serie de Nickelodeon, interpretaban a las amigas Tori y Cat que enfrentaban todo tipo de aventuras en la búsqueda de su sueño en el canto y el baile, pero en la vida real Victoria Justice y Ariana Grande estaban muy lejos de tener una amistad.
En una entrevista de 2010 se pudo ver la incomodidad de Victoria cuando otros integrantes del programa hablaban del talento de Ariana Grande como cantante.
“Creo que TODOS cantamos”, dijo Victoria mientras movía los ojos hacia arriba en señal de fastidio y todo quedó registrado.
Entonces se desataron los rumores de que algo no andaba bien entre ellas, que sólo el paso del tiempo y otros detalles han avivado.
Ariana Grande encendió la polémica en febrero de 2013 cuando, a través de ask.fm, le preguntaron por qué se había terminado la serie y si había tenido algo qué ver su nuevo programa Sam & Cat, el spin-off de Victorious y se lanzó contra Justice.
“La única razón porque Victorius terminó es porque una chica no quería hacerla. Ella eligió hacer un tour solista en lugar de un tour con todo el cast. Si hubiéramos hecho un tour con el cast de Nickelodeon se habría ordenado otra temporada de Victorius, pero ella lo eligió de otra manera”.
Aunque nunca mencionó el nombre de su compañera fue claro a quién se refería y Justice respondió en Twitter: "algunas personas arrojarían a un autobús a alguien que consideraban amigo solo para parecer buenos #DejaDeSerFalsa #SiSoloSupieran".
Para 2015 Victoria admitió que no le gustaría volver a trabajar con Ariana y hasta ahora su distanciamiento sigue siendo tema de conversación.
En abril de 2019 llamó la atención que Victoria acudiera al festival de Coachella pero no presenció el concierto de Ariana.
Nicki Minaj y Mariah Carey
Si bien no fueron “amigas” en una serie de televisión, las cantantes parecían tener al menos una relación de respeto cuando comenzó su participación en American Idol, pero pronto la tensión entre ambas desató conflictos épicos.
Una fuente de la produccción aseguró a la revista People que Mariah no veía a Nicki como una cantante y no entendía cómo podía juzgar el talento de los participantes.
Bastaron unas semanas para que la bomba estallara y ocurrió en medio de una audición y con Keith Urbano sentado entre las cantantes, tratando de esquivar los dardos que ambas se lanzaban.
Comenzaron a discutir por las apreciaciones que tenían de un concursante y Minaj expresó estar harta de Mariah, quien no se quedó callada y dijo sentirse junto a una niña.
La audición se suspendió para que las cantantes se calmara, pero durante su participación en American Idol fue evidente que no había química entre ambas.
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