La actriz Irma Serrano, conocida como “La Tigresa”, fue espiada por el gobierno de México en los años 70.
De acuerdo con un expediente en el Archivo General de la Nación (AGN), consultado por El Universal, las actividades de la actriz, cantante y empresaria -una de las figuras más polémicas en el mundo del entretenimiento- fue seguida de cerca por personal de la ya desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), la misma que espió a otros personajes como Xavier López “Chabelo”.
Además de la DFS, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (IPS) también se encargaron de seguirle los pasos a otras reconocidas figuras como Juan Gabriel, María Félix, Ignacio López Tarso, Silvia Pinal e incluso los escritores Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Elena Poniatowska, Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis.
El espionaje hacia “La Tigresa” inició a mediados de los años 70, durante el mandato presidencial de Luis Echeverría Álvarez, según consta en el expediente del AGN.
Se siguió con especial atención el papel de Serrano dentro del grupo disidente de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), aunque también están en ese documento de 19 fojas detalles de las obras de teatro que montaba, con alusiones a personajes de la política, datos sobre los libros que escribió y los ataques por “promover la pornografía y el vicio” de los que fue objeto por parte de integrantes del Partido Acción Nacional (PAN).
También hay referencias a la relación que Serrano tuvo con el expresidente Gustavo Díaz Ordaz (de lo que ella ha hablado abiertamente en varias ocasiones), pues en el primer reporte (con fecha del 12 de agosto de 1975) se habló del contenido de la obra La dama de las camelias, que Irma presentaba entonces en su Teatro Fru Fru.
En la adaptación de la obra de Alejandro Dumas había un personaje llamado "Don Gus", que hacía alusión al ex presidente mexicano y se destacaron algunos detalles de la puesta en escena.
“A lo largo de toda la obra destacan escenas de carácter francamente pornográfico, en donde en el primer acto hay un juego de luces y a través de una tela que sirve de biombo se simula claramente el acto sexual”.
Para junio de 1977 se habló de la asamablea de un grupo disidente de la ANDA, en la que Serrano pidió a sus compañeros no someterse a las presiones para evitar el registro de su sindicato.
"No debemos de aceptar por ningún motivo que por un dedazo del gobierno nos disolvamos, ya que las autoridades son observadoras y mediadoras en este problema y no podemos aceptar recomendaciones de ninguna especie", aseguró.
En un reporte del 15 de noviembre de 1977 se habló de cómo 12 militantes del PAN lanzaron piedras al teatro Televicentro de Ciudad Juárez, donde La Tigresa presentaba la obra Lucrecia Borgia.
El último reporte en el expediente es del 18 de julio de 1978 y se presentaron detalles de cómo “La Tigresa” fue vigilada en una firma de autógrafos de su libro A calzón amarrado, en donde habló de su relación con el ex presidente Díaz Ordaz.
La reaparición de La Tigresa
El pasado diciembre Irma Serrano reapareció en público y ante los medios de comunicación para celebrar sus 86 años.
Su sobrino, Luis Felipe García, le organizó una celebración en el Teatro Fru Fru en la que Serrano se mostró emocionada por cumplir un año más.
“Pienso durar mucho, así que ustedes sabrán si me aguantan. He sido muy feliz en la vida, eso se lo debo a Dios. Quiero seguir con ustedes muchos años todavía. Andamos paseando y pateando, pero aquí estamos todavía. Les agradezco mucho lo bueno y lo malo que han encontrado en mí”, declaró al periodista Gustavo Adolfo Infante.
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