El retiro de Verónica Castro dejó inquieto a su público, pues no concebían que la máxima actriz de las telenovelas dijera adiós a una carrera impecable por una aparente boda que tuvo con la conductora Yolanda Andrade.
A partir de ese momento, gran parte de sus fans se volcaron en contra de Yolanda Andrade, culpándola por aparente retiro de la diva de las telenovelas. Por ello, Verónica Castro aceptó una entrevista con alguien de confianza, Galilea Montijo, con quien compartió escenario en ‘Pequeños Gigantes’.
La actriz dijo para Latin US, la nueva plataforma de talentos latinos que conduce Galilea Montijo, que la salud de su mamá, doña Socorro Castro, fue su principal motor para hacer pública su decisión: “Siempre lo había pensado, pero nunca lo había dicho y está vez que lo dije, en diciembre, de repente empezó como un revolú extraño, de que todo el mundo gritaba y hablaban, decían, inventaban y, además, yo pasando por un muy mal momento, porque mi madre que, desgraciadamente sigue enferma, no la he podido sacar adelante y ya es difícil sacarla, sinceramente. Entonces dije ‘es el momento de mandar todo esto a la fregada’, yo necesito concentrarme en este asunto que, para mí, es mi prioridad”, explicó.
Tras anunciar su retiro y centrarse en la salud de su mamá, Verónica tuvo que lidiar con el sentimiento de impotencia que cualquier persona en su lugar siente: “Te pones mal, porque no está en tus manos. El dinero no sirve, la fama es una porquería, a mí nunca me sirvió para nada, la verdad; la fama no sirve y la lana no interesa”, reconoció.
Por suerte, Verónica ha recapacitado y dejó claro que ese retiro sólo fue temporal, pues admite que el medio artístico es una parte muy importante en su vida: “Para mí ha sido una bendición esta carrera, la amo, la conozco, la disfruto, la gozo, la exprimo, cada uno de mis personajes me gusta saborearlo, me gusta quedarme con él un tiempo, me gusta vivirlo, me desgarro para poderme meter en un personaje y poderlo agarrar desde adentro. A la gente le cuesta muchas veces trabajo creer esto”, detalló.
El rostro de telenovelas como “El derecho de nacer” y “Los ricos también lloran” confesó que le costó 15 años obtener un papel estelar en televisión abierta. Su gran obstáculo fue su belleza, ya que los productores no creían que pudiera despuntar en el medio artístico.
Muchas, muchas veces (le negaron un papel). Lo que pasaba es que la gente que tenía una buena cara o un buen físico era muy difícil que funcionara como buena actriz. Lo que sí estuvo padre es que Don Emilio ganó la apuesta, porque hubo una apuesta entre Emilio con todos los productores de que no iba yo a poder
“La belleza no era bien vista ni aceptada en la televisión ni en el teatro. Uno tenía que demostrar mucho, así que me la pasé en el pasillo 15 años, era el comodín durante 15 años para que me dieran la oportunidad del estelar”, añadió.
La carrera del rostro más bello de las telenovelas
Verónica comenzó su carrera como una de las protagonistas de las fotonovelas y después se incorporó como la imagen del programa Televisión ja-ja de Manuel “El Loco” Valdez. Poco tiempo después fue lanzada como el “Rostro del año” por el Heraldo de México, que fue lo que la catapultó a la fama nacional.
Su paso por la conducción inició en el programa del papá de Cristian Castro, Manuel “El Loco” Valdez. En la emisión de Televisa, Verónica fue la imagen de comerciales, lo que la impulsó a prepararse para obtener su licencia de locutora, animadora y conductora.
Un micrófono es un arma mortal, es un arma letal, hay gente que se vuelve un asesino, la lengua es terrible porque por la boca muere el pez y morimos todos. Puedes levantar a una persona hasta el cielo y la puedes tirar. Por eso hoy dicen tantas barbaridades y tantas faltas de respeto
Sobre su polémico retiro de la farándula, Verónica mencionó que pensó alejarse de su profesión porque en su vida pasaron muchas cosas difíciles, como la enfermedad de su madre: “La fama es una porquería, a mí nunca me sirvió para nada y la lana no interesa”.
Aseguró que ya no piensa en formar una vida en pareja, además de que nunca tuvo interés por contraer matrimonio.
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