J. K. Rowling, la famosa autora de la famosa saga del mago Harry Potter, no le importa pagar impuestos millonarios y se declara feliz de hacerlo. En el año 2019 tributó la suma de 50 millones de libras (55 millones de dólares), ocupando el puesto número 19 en el ranking de las personas que más pagan en su país de origen, según The Times.
Pero Rowling dijo que no le molesta pagar esa abultada suma de dinero, es más, lo hace con gusto, además de declarar todas sus actividades económicas y evitar paraísos fiscales. “Estoy orgullosa de contribuir y vivir en una cultura tan antigua y magnífica como es Gran Bretaña”, declaró la escritora al citado medio. “Hubiera sido despreciable huir con la llegada del primer cheque de siete cifras”, manifestó en referencia a buscar lugares de residencia que le hubieran evitado tener que pagar tantos impuestos.
Su pasado es lo que más la motiva a pagar sagradamente los impuestos. Fue ayudada por el estado británico en la década de los 90 cuando tuvo que recurrir a prestaciones estatales para sacar adelante a su familia, una etapa que coincidió con la época en la que comenzó a escribir el primer volumen de Harry Potter. El recuerdo de casi 25 años, cuando escribía en una cafetería amiga en Edimburgo porque no podía pagar la calefacción en su departamento, la motiva para contribuir con un alto porcentaje de sus ganancias.
"Cuando mi vida tocó fondo, esa red de seguridad, aunque estaba desgastada, estuvo allí para evitar mi caída”, contó la autora, que el año pasado ganó aproximadamente 130 millones de dólares. Tras sufrir la muerte de su madre a los 25 años, dejó su trabajo como secretaria en Amnistía Internacional y probó suerte como profesora de inglés en la ciudad de Oporto. Allí conoció al periodista Jorge Arantes, con quien se casó y tuvo una hija, Jessica.
Sin embargo, al tiempo se divorció tras sufrir violencia doméstica y decidió mudarse a Edimburgo con su niña y los tres primeros capítulos de Harry Potter y la piedra filosofal.
Fue allí donde tuvo que buscar ayuda estatal porque no tenía recursos. Con una hija pequeña a su cuidado, la autora hizo uso de las prestaciones estatales mientras luchaba contra una severa depresión que la llevó a un intento de suicidio a los 30 años. Después llegaría el éxito.
En una entrevista que concedió al diario español El País, la británica de 54 años recordó lo que sintió cuando recibió su primer gran cheque por su obra literaria.
“En primer lugar, el éxito ha eliminado muchas preocupaciones de mi vida, porque en aquel entonces era madre soltera, tenía un contrato temporal de maestra y no sabía cuánto tiempo más iba a poder seguir pagando el alquiler. Cuando firmé el contrato de Harry Potter con la editorial de Estados Unidos, recibí una suma inmensa de dinero casi de la noche a la mañana. Me sentí apabullada. Y de pronto sentí muchas responsabilidades”, dijo Rowling.
“Lo primero que pensé fue: no puedes estropearlo. Me entró una terrible paranoia pensando que iba a hacer alguna estupidez y tendría que volver a mi pequeño piso alquilado con mi hija Jessica. Quería asegurarme de no perder nada. Estuve a punto de guardar el dinero debajo del colchón”, recordó en conversación con el diario español.
Actualmente J.K. Rowling es una de las mujeres más ricas de Reino Unido. Se casó con Neil Murray en 2001 y tuvo dos hijos más: David (16) y Mackenzie (15).
En septiembre pasado, Rowling donó más de £15 millones para la investigación de la Esclerosis Múltiple (EM) en la clínica que lleva el nombre de su madre, Anne Rowling .
MÁS SOBRE ESTE TEMA: