Meghan Markle no logra paz. Luego de que junto con el príncipe Harry anunciaran que se alejarían de sus responsabilidades como miembros de la familia real británica y que la reina Isabel II accediera a esa petición, todo parecía normalizarse. Sin embargo, otro capítulo parece asomar en su accidentada estancia como duquesa de Sussex. Ahora, el nuevo protagonista de un renovado escándalo sería nada menos que su padre, Thomas Markle (75 años), distanciado de su hija y piedra angular de muchos de los escándalos publicados por la prensa inglesa.
El hombre, centro de infinidad de informes periodísticos de los tabloides de aquel país, fue citado como testigo clave en un juicio que Meghan inició contra el diario Mail on Sunday. Ese medio había publicado extractos de una carta que la joven actriz le había enviado a su padre en la cual le reprochaba su indiferencia durante años. En respuesta, los duques de Sussex iniciaron un juicio que promete avivar el escándalo, lejos de aplacarlo.
Thomas Markle deberá presentarse ante la Alta Corte de Londres para comparecer como testigo y contradecir las versiones de su propia hija, quien intentaba apartarse de las indiscreciones que conllevan su relación con Harry. En su presentación ante la Justicia, el Mail on Sunday alegó que existía una “gran y legítimo interés público” sobre la familia real y que por ese motivo había publicado la historia que enfureció al Palacio de Buckingham.
De acuerdo con lo publicado por el diario DailyMail -perteneciente a la misma empresa del Mail on Sunday- entre los puntos claves de la presentación judicial del periódico aparecen que el señor Markle hizo pública la carta de Meghan al mundo para mostrar que no se trataba de una súplica ‘amorosa’ como habían intentado hacer aparecer; el padre de la actriz había mantenido su nota manuscrita en privado durante meses, y solo la reveló para exponer afirmaciones 'falsas’ de que la duquesa había estado buscando reparar su relación; decidió publicar pequeños tramos de la misiva a la prensa inglesa después de que ella permitiera que sus amigos hablaran en la revista estadounidense People.
Thomas había insistido en que había realizado múltiples intentos de contactar a su hija por teléfono y mensaje de texto, pero no recibió respuesta; además de la carta de agosto de 2018, Markle no había tenido noticias de su hija desde que le dijo que estaba demasiado enfermo para asistir a su boda; en todo este tiempo -de acuerdo con lo que declarará- nunca le había presentado a su esposo, el príncipe Harry, ni conoció a su nieto Archie de ocho meses. Estos puntos -tendientes a contrarrestar los argumentos de Meghan- serían corroborados por el padre de la duquesa, quien deberá trasladarse a Londres para su declaración.
La crisis entre la artista y su padre viene de años. Pero se profundizó a partir de la relación que mantiene con el príncipe Harry, desde julio de 2016. Sobre todo cuando se anunció que se casarían y se supo que Thomas no podría asistir por alegar “problemas de salud”. En uno de los mensajes que dice haberle enviado a su hija puede leerse: “No he hecho nada para lastimarte, Meghan. Siento mucho que mi ataque cardíaco sea... un inconveniente para ti”.
El cuento de hadas de Meghan y Harry comenzó a mediados de 2016. Se conocieron en una cita a ciegas y empezaron a salir juntos en julio de 2016. Los periódicos amarillistas británicos de inmediato publicaron un reportaje sensacionalista de la actriz remarcando que ya había estado casada y que era hija de padre blanco y madre negra. La describieron como la “divorciada picante” del príncipe, dijeron que le habían tomado “fotografías lascivas” e insinuaron que tal vez cuando conoció a Harry todavía salía con un ex novio. Pronto, el 8 de noviembre de 2016, el príncipe publicó un comunicado que tenía doble propósito: reconocer su relación con Markle y reprender a la prensa británica por el trato que le estaban dando.
Meghan lanzó su acción legal contra el Mail on Sunday el año pasado después de que publicara extractos de la carta que había enviado a su padre. Thomas Markle entregó la carta al periódico después de que amigos de la duquesa no identificados le dijeron a la revista People que ella había escrito una epístola “amorosa” en un intento por reparar su relación. El hombre envió el manuscrito dejando en ridículo la versión de la duquesa, lo que la enfureció.
La defensa del periódico alegó que Meghan había permitido “a sabiendas” que sus amigos filtraran detalles de la carta a la revista y que de esta forma ella había ayudado a violar su propia privacidad. Si el caso avanza, los abogados del periódico informaron que exigirían que Meghan se viera obligada a entregar todas las comunicaciones en las que había “causado o permitido a sus amigos proporcionar información sobre ella a los medios o tratar de influir en lo que se publica sobre ella”.
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