Meghan Markle debió aclarar las sospechas que se despertaron respecto a su notable ausencia en la cumbre real que tuvo ayer junto a la reina Isabel II en la residencia que la monarquía británica posee en Sandringham. Los medios ingleses habían sido muy críticos y la actriz respondió a las intrigas que se generaron en torno a ella.
Markle, quien se encuentra con su hijo Archie de ocho meses en Vancouver, Canadá, decidió responder por medio del vocero de los duques. “Al final, los Sussex decidieron que no era necesario que la duquesa se uniera”, manifesó el portavoz oficial de Harry y Meghan. De esta manera, la actriz negó que hubiera sido “vetada” para participar de la cumbre en la que la reina se mostró de acuerdo con que el joven matrimonio decidiera una nueva vida alejados de las responsabilidades monárquicas.
“Aunque hubiéramos preferido que siguieran trabajando como miembros de la familia real a tiempo completo, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia sin dejar de ser una parte valiosa de mi familia. Harry y Meghan han dejado en claro que no quieren depender de fondos públicos en sus nuevas vidas", remarcó Isabel, haciendo referencia a la “independencia financiera” a la que habían hecho mención los duques cuando comunicaron su decisión.
Ese fue uno de los puntos centrales de la discusión durante estos días que duró la controversia. ¿Quién y cómo se mantendrían los gastos de los miembros “díscolos” de la familia real y hasta qué punto serían “independientes”. En esa discusión también ingresaba la actual residencia que ambos refaccionaron en el Reino Unido y que costó a las arcas del fisco más de tres millones de dólares.
Hoy, el diario DailyMail publicó la respuesta de Meghan ante las dudas que había generado su notable ausencia. Del encuentro participaron la reina, Harry, su padre Carlos y su hermano William, con quien se decía que estaba enfrentado. No se espera los Windsor se reúnan nuevamente en persona, pero se les consultará por teléfono cuando sus secretarios privados lleguen a un acuerdo sobre títulos, deberes, financiación y arreglos de vivienda en Canadá y el Reino Unido. También un punto clave: quién pagará para protegerlos.
El malestar de Carlos
El príncipe Carlos está “herido” por la decisión de su hijo menor Harry y su esposa de renunciar como miembros de la realeza británica, porque en silencio les ha dado millones de libras para financiar su lujoso estilo de vida y amueblar su hogar de Windsor en una muestra de amor por la pareja real desde que se casaron hace 20 meses.
Según los informes de la prensa inglesa, el padre de Harry aprovechó los ingresos privados de su propiedad del ducado de Cornualles para apoyar a los duques de Sussex porque estaba desesperado por mantenerlos felices en el Reino Unido y particularmente para apoyar a su nuera después de que ella se mudó a Gran Bretaña desde Toronto, Canadá.
El futuro rey de Inglaterra les ha estado dando en secreto a los duques de Sussex millones de libras de su propia fortuna para financiar sus caprichos. Según The Sun, le entregó mucho efectivo que se cree que fue de £ 3 millones anuales, además de los £ 2,3 millones que él y Markle ya reciben por año del ducado de Cornualles. También financió gran parte de su boda en mayo de 2018, que se estimó en hasta £ 30 millones.
“Hay mucho dolor dado que el príncipe de Gales ha hecho todo lo posible para ayudar a su hijo a quien ama mucho y apoyar a su nuera", dijo una fuente al Evening Standard. Este lunes padre e hijo se enfrentaron por primera vez por la crisis de la abdicación en Sandringham con la reina Isabel Isabel II y el príncipe William también en la sala.
Markle se comunicó por videoconferencia para apoyar a su esposo desde Vancouver donde se encuentra con su hijo Archie, de ochos meses. En tanto, Kate Middleton no estuvo presente y fue vista en el Palacio de Kensington.
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