El príncipe Harry, de 36 años, y su esposa Meghan Markle, de 38, hicieron su primera aparición pública tras seis semanas de vacaciones. Los duques de Sussex visitaron a la Alta Comisionada de Canadá en Londres, Janice Charette para “agradecerle por la cálida hospitalidad canadiense y el apoyo que recibieron durante su reciente estancia” en dicho país. Esta decisión de la pareja -que no pasó las fiestas con la familia real- ha sorprendido a los medios británicos ya que no se trató de un viaje oficial.
Tras su reunión con Janice Charette, los duques de Sussex visitaron la Galería de Canadá y disfrutaron de una exposición especial del artista indígena canadiense Skawennati.
Durante el encuentro, Markle se mostró muy cariñosa con su marido, con quien estuvo tomada de la mano en todo momento. Con una gran sonrisa, saludaron a las personas que pasaron horas en la intemperie y soportaron bajas temperaturas para conocerlos. La duquesa deslumbró con su atuendo: un abrigo color camel de £ 650 de su diseñadora favorita, Stella McCartney, un sweater de £12,99 de H&M y una falda de £085 de Massimo Dutti.
Los duques fueron vistos por última vez en público en noviembre, cuando se unieron a otros miembros de la realeza en Londres para recordar a los veteranos de guerra. Luego desaparecieron del foco mediático con su hijo, que ya tiene ocho meses. A través de un portavoz oficial comunicaron que iban a tomar un “tiempo en familia” después de un año en el que ambos admitieron haberse enfrentado a muchas dificultades por el escrutinio público.
Además, Harry reconoció que estaba alejado de su hermano William y que pasaban poco tiempo juntos. Por dicho motivo, Harry junto con su esposa decidieron tener su propio equipo y alejarse de la fundación benéfica que el príncipe creó junto con los duques de Cambridge.
Por este tiempo de descanso, los Sussex se perdieron la cena prenavideña de la reina Isabel II y las clásicas festividades anuales de los Windsor en Sandringham, a las que sí asistieron el resto de los miembros de la familia real. Incluso estuvo Andrés de Inglaterra, hijo de la monarca, pese a estar apartado de la vida oficial por el escándalo del caso Epstein.
Markle y Harry estuvieron en la isla de Vancouver junto con la madre de la ex actriz, Doria Ragland, que vive en Los Ángeles y viajó especialmente para pasar tiempo con su hija y su nieto. En su decisión de irse de Londres, la pareja contó con el visto bueno de la soberana.
Al principio los funcionarios del palacio se negaron a desvelar dónde estaban los duques. Sin embargo, poco antes de Navidad, se descubrió que estaban pasando sus vacaciones en Canadá. El Palacio de Buckingham confirmó más tarde: “Están disfrutando de compartir la calidez del pueblo canadiense y de la belleza del paisaje con su bebé”.
Meghan, nacida en Los Ángeles, vivió en Toronto cuando trabajaba como actriz para la serie Suits, y describió a Canadá como un segundo hogar. Los duques y su hijo se hospedaron en una mansión frente al mar valorada en USD 10 millones, en uno de los lugares más bellos de la isla de Vancouver y fueron vistos caminando con amigos por la zona.
Durante este tiempo alejados de la atención mediática, los duques de Sussex ha difundido dos imágenes familiares: una de ambos con su hijo Archie, nacido en mayo del año pasado, a modo de felicitación navideña, y otra del príncipe Harry con el primogénito. Ambas instantáneas alcanzaron números récords de “Me gusta” en las redes.
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