El cantante brasileño Juliano Cezar, una de las figuras del sertanejo, murió el 31 de diciembre después de sufrir un infarto fulminante en pleno escenario.
Cezar se encontraba ofreciendo el lunes por la noche un show sin mayor inconveniente en el municipio de Uniflor, en el sureño estado del Paraná.
Sin embargo, como pudo verse en un video que ha circulado en redes sociales, en un momento de la velada, el intérprete se acercó al guitarrista, y segundos después, se desplomó, aún con el micrófono en mano.
Juliano Cezar, de 58 años, terminó en el suelo ante la confusión del público y el resto de los músicos en el escenario, quienes acudieron a ayudarlo.
“Es la noticia más triste que nosotros podríamos comunicar. Con profundo pesar, Explosion Music informa del fallecimiento del cantante Juliano Cezar”, publicó horas más tarde la productora en su cuenta de Facebook.
Mauro Vasconcelos, productor del popular intérprete, dijo a los medios en Brasil que Juliano Cezar fue trasladado a un centro médico cercano al lugar donde se realizaba el concierto.
Pese a que se le realizaron masajes cardíacos durante una hora y media, y le pusieron inyecciones de adrenalina, no fue posible reanimarlo.
Con una carrera de más de tres décadas, Juliano Cezar lanzó 14 discos, y en 2004 fue nominado al Grammy Latino en la categoría Mejor álbum romántico con el disco Cowboy vagabundo. Las canciones “Going to Goiania”, “Makes Her Happy”, “Well in the Eyes of the Moon” y “Cowboy Tramp” fueron algunos de los éxitos que cosechó durante 33 años en los escenarios musicales.
Era intérprete de sertanejo, un ritmo que suele ser definido como “country” romántico, y que en Brasil es incluso más popular que la samba y la bossa nova.
De hecho, el cantante Sorocaba, uno de los más famosos intérpretes de sertanejo, fue uno de los primeros en lamentar el deceso de Juliano Cezar. “Descansa en paz, cowboy”, escribió en su cuenta de Twitter.
Tras el deceso, ocurrido ya en la madrugada del martes 31 de diciembre, los restos del cantante fueron llevados a Ribeirão Preto, según información de O’Globo.
La familia decidió realizar dos funerales: uno en la ciudad donde residía y otro en su ciudad natal, Passos, donde fue velado el miércoles.
En ese lugar, el funeral se realizó en el Ayuntamiento. Junto al ataúd colocaron flores y fotografías para recordar la carrera de Juliano, quien estaba casado y no tenía hijos.
Desde muy temprano llegaron sus compañeros de la agrupación musical y del equipo de producción.
"Puedo decir, como todos en el equipo de Juliano, que él nos enseñó. Aprendí de su experiencia profesional, con 30 años de carrera", comentó el guitarrista Rodrigo Sperandio.
El Ayuntamiento de Pasos decretó el duelo oficial de tres días, mientras que en Ribeirão Preto, donde el cantante vivió durante más de 25 años, sus amigos lloraron su partida y destacaron la importancia de Juliano Cezar para la proyección nacional de varios artistas.
“Estaba feliz, haciendo lo que amaba. Se fue cantando, algo que le gustaba. Tenía amor por eso", contó Luiz Felipe Melo Campos, sobrino del cantante.
“Creo que la lección que él deja es que era un tipo de los que hay pocos en el mercado actual, que exige humildad y simplicidad. Que debemos hacer el bien sin mirar a quién. Y lo hizo mucho y lo hizo con la máxima perfección ”, recordó su amigo Fábio Henrique Novaes Ferreira.
“Fue solo una energía positiva y es difícil de creer lo que está sucediendo aquí”, comentó el músico Daniel dos Santos en el funeral de Juliano Cezar.
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