Los conflictos legales parecen no tener fin para el actor Julián Gil. El intérprete de 49 años sostiene un pleito con su ex pareja, Marjorie de Sousa, por la custodia y manutención de su hijo Matías desde hace tres años; y ahora también está bajo el escrutinio de las autoridades norteamericanas, porque sus vecinos le piden eliminar un enorme mural con la bandera de Puerto Rico, pintado sobre la fachada de su restaurante ubicado en el centro histórico de Miami.
La Placita, el nombre del establecimiento, fue abierto hace un año con la bandera de Puerto Rico plasmada sobre la gran platina por el artista Héctor Pr. Desde su apertura, los dueños del comercio, entre ellos el también conductor de Univisión, han tenido que emprender una férrea defensa de su decoración, ya que los pobladores están disgustados con tener el símbolo latino.
De acuerdo con el actor argentino, pero nacionalizado puertorriqueño, él y sus socios han presentado diversos elementos para defender su mural y la apertura del comercio desde hace 11 meses; además argumentó que han sufrido del acoso de los vecinos.
“Tenemos diferentes problemas con vecinos que nos han estado persiguiendo durante todo el año y han hecho todo lo posible porque nosotros no estemos aquí, no sólo el mural o la bandera, sino que La Placita no esté aquí. Con diferente multas, demandándonos, radicando diferentes demandas para salir de aquí”, explicó el protagonista de Por amar sin ley.
“Hay que decirlo claramente, es un tema racista y lo denunciamos desde el día de la bandera y han ido más allá. Queremos denunciar un acto racista contra nosotros los latinos, contra nosotros los puertorriqueños”, dijo Gil durante una transmisión que hizo en Facebook el pasado jueves, antes de una de las audiencias por este caso en la corte de Miami.
En su cuenta de Instagram además escribió un emotivo mensaje son sus motivos para abrir este restaurante típico en el corazón de Miami: “Quisimos enaltecer la cultura puertorriqueña no sólo con la comida, sino con un lugar que nos representara de la mejor manera… El artista boricua @hectorpr con su talento logró una obra de arte al plasmar nuestra bandera en el restaurante... Acá seguimos luchando no solo por defender nuestros derechos y nuestra libertad de expresión si no también hacernos respetar como latinos en los Estados Unidos. Ayúdame a alzar la voz usando en hashtag #noborresmibandera”.
Además, durante su participación como conductor de El Gordo y la Flaca, comentó que ellos realizaron este mural con el permiso de las autoridades, por lo que no entiende porque ahora tienen un juicio en su contra si todo lo han hecho de manera legal.
“El restaurante está ubicado en una parte histórica. A nosotros nos dieron el permiso, nosotros no podíamos haber pintado semejante bandera, en un edificio tan grande sin tener los permisos. Cuando se pinta la bandera, la parte histórica reclama que no podíamos pintarlo con los colores”, señaló.
Y agregó: “Ayer nos pidieron, que si queremos dejar la bandera, la tenemos que pintar de otros colores, los que son aceptados en la zona histórica, y yo la bandera de Puerto Rico no la puedo pintar rosada, verde o amarilla. No, yo la tengo que pintar con sus tres colores”, reiteró el actor.
Julián Gil también dijo que han recibido mensajes racistas de los vecinos a través de redes sociales.
El conflicto con Marjorie de Sousa
El hijo de Marjorie de Sousa y Julián Gil cumplirá 3 años en enero próximo, casi el mismo tiempo en el que los actores han protagonizado una batalla legal por la pensión alimenticia y visitas del padre con el niño de nombre Matías.
En agosto de este año, Julián Gil se reencontró después de un año con Matías en un centro de convivencia en la Ciudad de México. Esta visita se dio en medio de la polémica que desató las declaraciones del argentino sobre que no extraña al pequeño Matías, porque no lo conoce.
En el encuentro estuvo presente una trabajadora social para supervisar el comportamiento de los involucrados. La actriz venezolana esperó a su hijo afuera de la sala de reuniones.
Gil se refiere constantemente al distanciamiento que tiene con su hijo Matías, fruto de su relación con Marjorie de Sousa, y de la decisión que tomó de no ver al pequeño en el Centro de Convivencia en la Ciudad de México, porque no consideraba sano exponer a su hijo ante los medios.
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