“Estoy vivita y coleando, no quiero pensar en que me voy a ir un día, ¿para qué? Yo no quiero pensar en morir, qué flojera”, así habló Irma Serrano “La Tigresa” a los medios de comunicación que acudieron a su fiesta de cumpleaños en el legendario Teatro Fru-Frú, de la capital mexicana, del que es propietaria.
Con una prenda dorada y el estilo de maquillaje que la caracterizó desde los años 60, y 70 cuando alcanzó el punto más alto de su fama, “La Tigresa” reapareció para celebrar sus 86 años junto a familiares y amigos del mundo del entretenimiento como las cantantes María Victoria y Laura León “La Tesorito”.
En una entrevista exclusiva para Gustavo Adolfo Infante en De Primera Mano, Serrano dijo sentirse muy bien de salud y mostró su lucidez al bromear con el periodista sobre su edad. “Yo no me considero vieja, pienso vivir más de lo que me corresponde”.
La celebración tuvo lugar el pasado domingo y fue organizada a manera de fiesta sorpresa por su sobrino Luis Felipe García.
“Pienso durar mucho, así que ustedes sabrán si me aguantan. He sido muy feliz en la vida, eso se lo debo a Dios. Quiero seguir con ustedes muchos años todavía. Andamos paseando y pateando, pero aquí estamos todavía. Les agradezco mucho lo bueno y lo malo que han encontrado en mí”, dijo emocionada la actriz a los medios, con quienes cantó Las Mañanitas.
Serrano, quien además escribió libros como A calzón amarrado y fue senadora, reapareció saludable luego de años alejada de los medios de comunicación, en donde protagonizó algunos escándalos por sus romances y también por conflictos como el relacionado precisamente con la propiedad del Teatro Fru-Frú o por su relación con Patricio “Pato” Zambrano, un ex concursante de Big Brother al que acusó de querer matarla.
Pese a los intensos capítulos que protagonizó, “La Tigresa” no está interesada en llevar su vida a la pantalla grande, según respondió a los medios. “¿A quién le interesaría una vida tan guanga?”, preguntó bromeando a los reporteros.
La relación con Díaz Ordaz
En los años 60, “La Tigresa” era una de las figuras más controvertidas del mundo del entretenimiento en México. A la par de su carrera como cantante de música ranchera desarrolló una trayectoria en el cine con películas como Santo Contra los Zombies y El hijo de Gabino Barrera.
La siguiente década llegó su consagración con películas como La Tigresa, que le daría el mote con el que se le conocería desde entonces, La Martina y El monasterio de los buitres.
Sin embargo, la historia que acaparó los comentarios alrededor de ella fue su relación con el ex presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz, quien gobernó al país entre 1964 y 1970.
Durante años se convirtió en un secreto a voces el vínculo entre la actriz y el político mexicano sin que hubiera alguna confirmación. Con el paso del tiempo, la propia Irma reveló algunos detalles de su romance.
En una entrevista con Gustavo Adolfo Infante en septiembre de 2018, “La Tigresa” recordó cómo fue convivir con el ex presidente mexicano y si pensó en tener hijos con él.
Infante le preguntó con cuántos políticos había tenido un romance e Irma respondió “Nada más con el presidente. Escalones para abajo no me gustaban”.
Reveló que su romance duró poco más de cinco años, aunque no especificó las fechas y también se supo que su casa en El Pedregal fue regalo del político.
“La Tigresa” dijo que cuando estaba con Díaz Ordaz era una “chiquita sin conciencia” y quizás si hubiera ocurrido años más tarde no se habría expuesto tanto.
El periodista le preguntó: ¿cómo lo veías, como una travesura?" y la escritora le explicó:
Casi muy paternal, siempre necesité un amor, nunca llegó, lo más que logré fue que gente mucho mayor que yo se fijara en mí, como que yo buscaba protección
Recordó que Díaz Ordaz la quería y cuidaba mucho y jamás le prohibió hablar de él. Aceptó que llegó a querer mucho al ex presidente mexicano pero nunca pensó en embarazarse de él y hasta la fecha no le frustra el hecho de no haber tenido hijos.
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