Mon Laferte sorprendió a todos con su aparición en los Latin Grammy. Este jueves, en la alfombra roja de la premiación, la cantante protestó contra los abusos que está viviendo Chile en torno a las protestas contra el Gobierno del presidente Sebastián Piñera.
La chilena llegó a la alfombra con un abrigo negro grande y un pañuelo verde en el cuello, que se ha convertido en un símbolo para las protestas en favor del aborto. Después, cuando estaba frente a las cámaras, la artista se descubrió el pecho y mostró sus senos. En su piel podía leerse la leyenda: “En Chile torturan, violan y matan”. Luego de unos segundos la cantante siguió su camino.
En la pregala, la chilena también habló al respecto de la situación de sus país cuando recibió su premio en la categoría Mejor álbum de música alternativa por sus disco Norma. Después de agradecer el galardón a su equipo de trabajo, Laferte recitó un poema que La Chinganera, una cantante andina, le pidió que leyera.
“Chile me dueles por dentro. Me sangras por cada vena. Me pesa cada cadena. Que te aprisiona hasta el centro. Chile afuera, Chile adentro. Chile al son de la injusticia. La bota de la milicia. La bala del que no escucha. No detendrá nuestra lucha. Hasta que se haga justicia”, fueron las palabras de Mon.
Mon Laferte obtuvo hoy su distinción en la pregala de los Latin Grammy, una ceremonia no televisada y en donde se entregan cada año la gran mayoría de los galardones de los premios de la Academia Latina de la Grabación.
Esta pregala tiene lugar en Las Vegas justo antes de la gran ceremonia de los Latin Grammy, en la que se reparten solo unos premios, pero que son los más mediáticos, que sí es televisada y que cuenta, además, con las actuaciones de grandes estrellas de la música latina.
Esta cantante ha mostrado en numerosas ocasiones su apoyo a las multitudinarias manifestaciones que en las últimas semanas se han dado en Chile en contra del modelo neoliberal y la desigualdad.
Sobre esto, las protestas sociales en Chile se encaminan a cumplir un mes, con un saldo de 22 muertos y jornadas de extrema violencia, saqueos e incendios, a lo que en esta jornada se sumó un paro de recolectores de basura. De hecho, este jueves se cumplió una año de la muerte de un joven indígena mapuche en un polémico operativo policial.
Por redes sociales se convoca a más de una docena de concentraciones y vigilias a lo largo del país para conmemorar la muerte de Camilo Catrillanca. En este escenario de máxima tensión, la fuerzas políticas apuran en el Congreso un acuerdo sobre una nueva constitución que permita destrabar la crisis, la mayor desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La oposición logró un acuerdo en torno a una propuesta de Asamblea Constituyente, propuesta que el oficialismo rechaza. Sin embargo, ante la prolongación de la crisis social, el Gobierno aceptó cambiar la Carta Magna a través de una Convención Constituyente, que incluya a ciudadanos y parlamentarios. Un cambio constitucional requiere altísimo quórum para ser aprobado, dos tercios de ambas cámaras, que en este caso no logran ni la izquierda ni los partidos de gobierno, por lo que están obligados a negociar.
“Cualquier salida a la crisis pasa por respetar la institucionalidad. Nadie tiene los dos tercios, entonces estamos obligados a negociar con la derecha”, dijo este jueves el senador del Partido por la Democracia (PPD), Felipe Harboe.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: