Melanie Griffith expuso públicamente uno de los momentos más humillantes de toda su carrera, ocurrido hace más de 20 años. La actriz, de 62 años, reveló que cuando estaba filmando Secretaria ejecutiva, en 1988, un día llegó alcoholizada al set. Por ese incidente debió pagar una multa de 80 mil dólares en compensación por el tiempo de producción perdido. Tres semanas más tarde ingresó a un centro de rehabilitación.
Cuando rodaron la película que le valió su primera y hasta la fecha única nominación al Oscar, ella estaba viviendo sin límites la vida nocturna de Nueva York “repleta de tentaciones”, y uno de los días de rodaje se presentó en muy mal estado.
Griffith confesó que el director del filme, Mike Nichols, se molestó muchísimo por su irresponsabilidad. La actriz es una de las 150 personalidades que han colaborado en un libro dedicado a la memoria del director, fallecido en 2014. En esa publicación, la estrella comparte detalles inéditos de la filmación de la icónica película que coprotagonizó con Harrison Ford.
“Hubo muchas cosas que hice en ese film que no estuvieron bien”, asegura, haciendo referencia al suceso que le hizo darse cuenta que necesitaba ayuda profesional.
“Fue a finales de los ochenta. Había muchas fiestas en Nueva York, mucha cocaína, muchas tentaciones, y yo no estaba bien. Vivía diariamente en un mundo de excesos; y hubo un día en que llegué al set realmente fuera de mí”, continúa diciendo.
“Mike estaba tan enfadado conmigo que ni siquiera me dirigía la palabra. Envió a Mike Haley, el primer asistente de dirección, a que me dijera: ‘Vamos a cancelarlo. Vete a casa’. En ese momento supe que estaba en un aprieto'”, recuerda Melanie en una entrevista concedida a Ash Carter y Sam Kashner, los autores del libro.
El estilo de vida que estaba llevando Melanie la obligó a ausentarse del set debido a su estado de embriaguez y resultó imposible filmar en las condiciones en las que se encontraba. “A la mañana siguiente el productor Douglas Wick me llevó a desayunar y me dijo: ‘Vas a pagar la última noche del alquiler del estudio de tu bolsillo, que nos costó 80 mil dólares’", narró la actriz. Y luego admitió: "Querían llamar mi atención y realmente lo hicieron. Fue una experiencia muy humillante y vergonzosa, pero aprendí mucho de ella”.
En el mismo libro, el productor de la película recuerda: “Desde la primera lectura, todos nos enamoramos del talento de Melanie, pero fue un desafío porque siempre estábamos preocupados por ella. Afortunadamente pudo cambiar y mejorar su vida”.
Fue este episodio el que hizo que la actriz se diese cuenta de que realmente tenía un problema que no podía solucionar sola y decidió buscar ayuda profesional . Dos semanas después, ingresó por primera vez en rehabilitación, algo que volvería hacer tanto en 2000 como en 2009 para seguir trabajando en mantenerse sobria.
Un periodo que estuvo marcado por la ayuda que recibió de los dos hombres de su vida, Don Johnson y Antonio Banderas. Ambos, afirmó, la ayudaron en el “turbulento viaje hacia la sobriedad”.
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