La frase se hizo famosa. Rompió todos los parámetros bien preservados que la realeza británica tenía sobre cada asunto familiar. Ningún detalle corría libre. Mucho menos en los medios. Muchísimo menos los personales e íntimos. Fue por eso que cuando Diana Spencer -princesa de Gales- la pronunciara, un temblor sacudió las ventanas y cimientos del Palacio de Buckingham. Y de todo el Reino Unido.
“Bueno, éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco concurrido”, dijo Lady Di en una entrevista histórica que el 20 de noviembre de 1995 ofreció secretamente al programa BBC Panorama conducido por el periodista Martin Bashir. La emisión tuvo una audiencia única. Fue visto por todo el país, y la increíble frase fue replicada en cada diario, revista y programa no solo de la imperial isla, sino del mundo.
La hermosa princesa había dejado al descubierto las miserias de la vida monárquica. Cuando habló de “tres en este matrimonio” hacía referencia a ella misma, al príncipe Carlos y a Camilla Parker, la amante eterna de su marido. La situación era insostenible, y ella no podía tolerarlo más. Sin embargo, la hipocresía impuesta le impedía dar un golpe drástico en su vida y liberarse definitivamente.
Pero fue la experta en realeza británica, Angela Mollard, quien reveló lo que ocurrió inmediatamente después a que Lady Di permitiera ingresar al Palacio de Kensington a un equipo de la BBC para hacer la explosiva entrevista. Nadie se esperaba el resultado de aquella. Salvo ella. Sabía que podía ser su salvoconducto para ser feliz.
Indignada y repleta de ira, la reina Isabel le envió una carta a su nuera ordenándole que pusiera de una vez por todas un final al maltrecho matrimonio. “Tienes que divorciarte”, le escribió. Diana sentía -por primera vez en años- que sus cadenas se liberaban.
“En la entrevista de Panorama, en la que la princesa Diana habló sobre su relación con James Hewitt y los ‘tres en este matrimonio’. Todavía estaban casados cuando se hizo esta gran y enorme entrevista y estas revelaciones explosivas”, dijo Mollard. Y reveló que no fueron Spencer o Carlos quienes se decidieron a divorciarse, sino Isabel quien tomó cartas en el asunto.
“Entonces, después de que Diana habló en Panorama sobre su cercanía con personas como James Hewitt y habló sobre los” tres de nosotros en este matrimonio ", la Reina intervino. Eso fue en 1995, cuando habló abiertamente sobre sus dificultades matrimoniales. Y la Reina rápidamente envió una carta a Diana y le dijo ‘necesitan divorciarse’, y eso finalizó en 1996. Obviamente hubo un acuerdo de confidencialidad que los detuvo a ambos discutiendo los detalles de su divorcio y vida de casados”, confió Mollard en el podcast Royals.
Pero no solo eso. En la entrevista, Diana reconoció haber tenido un amorío con James Hewitt, un oficial del Ejército que fue su instructor de equitación. Era 1986, tiempos en que Camilla ya hacía tiempo formaba parte de su matrimonio. “Era lo suficientemente feliz como para renunciar a esto”, le dijo la princesa infeliz a Bashir. El escándalo crecía en la pantalla, y los miembros de la familia real se enteraban al igual que el resto de los británicos sobre las confesiones de la más popular de los miembros. “Lo amaba, estaba enamorada de él”, dijo la mujer.
Además, durante la entrevista Bashir le preguntó respecto a sus responsabilidades como miembro de la realeza. “Me ven como una amenaza. Estoy aquí para hacer el bien. Yo no soy una persona destructiva”. Pero replicó: “¿Por qué iba a destruir algo que es el futuro de mis hijos?”.
Al año siguiente, en el más absoluto secretismo, Diana y Carlos firmaron finalmente su divorcio. Ya estaban separados, pero la firma se hizo imperiosa tras su irrupción en las pantallas de millones y millones de británicos. Los detalles sobre el convenio no se hicieron públicos.
Ambos se habían casado el 29 de julio de 1981, en la catedral de San Pablo de Londres y fue vista por más de 750 millones de personas en el mundo. La princesa tenía 19 años y cumplía el sueño de millones de adolescentes. Era un cuento de hadas que había culminado mucho antes de aquel 28 de agosto de 1996 cuando sentenciaron con una firma su divorcio. La de Panorama sería una de las últimas apariciones de Diana Spencer antes de su muerte, el 31 de agosto de 1997, en un accidente de tránsito en París.
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