La vida de la actriz Demi Moore está lejos de las imágenes glamorosas que ha mostrado durante décadas. Hace pocas semanas, cuando comenzaron a difundirse algunos fragmentos de sus memorias, se descubrieron detalles terribles que sufrió la protagonista de famosas películas como Ghost y Propuesta indecente.
Y en una reciente entrevista para Netflix, Demi Moore contó que la idea de escribir sus memorias la tuvo muchos años atrás pero se demoró en hacerlo porque los temas que tenía entre manos habrían sido “demasiado complicados” para sus tres hijas.
Moore dijo que, desde el lanzamiento del libro "Inside Out", sus hijas Rumer, de 31 años, Scout, de 28, y Tallulah, de 25, han sido "extremadamente solidarias" con ella.
“Tallulah, mi hija menor, estaba hablando en una pequeña reunión para el libro y dijo:'Yo conocí a mi madre a través del libro'”, recordó la actriz de 56 años en el podcast de Netflix ‘Present Company with Krista Smith’.
“Hay cosas ahí dentro que.... no es que quisiera ocultárselas o esconderlas, son sólo cosas que no necesariamente quieres sacar a la luz cuando son tan jóvenes. Sería demasiado complicado o inapropiado, y luego hay algunas cosas en las que simplemente no piensas. Luego, al final del libro, también hay algunas cosas que reflejan un momento doloroso en mi vida, pero también doloroso para ellas”, declaró Demi Moore.
Moore confesó que escribir el libro le ha brindado a la familia “una mayor oportunidad de sanar a un nivel más profundo con algunas de las cosas que habían estado sucediendo”. Y concluyó: “Hacer esto fue como recordar cuál es mi historia y cuál es la de otra persona”.
El libro, escrito en colaboración con Ariel Levy, salió en septiembre pasado en los Estados Unidos y reveló intimidades como la pérdida de un embarazo avanzado a los 42 años, el vértigo autodestructivo de sus padres, una violación a los 15 años, la adicción a distintas sustancias, las relaciones abusivas y los trastornos de alimentación detrás de la máscara hermosa. “He tenido una suerte extraordinaria en la vida: tanto buena como mala suerte”, escribió la actriz. “Escribir todo me hace comprender que mucho fue muy loco, muy improbable. Pero todos sufrimos, y todos triunfamos, y todos podemos elegir cómo sostener ambas cosas".
Violación a los 15 años, con el consentimiento (pago) de su madre
Un capitulo del libro cuenta que durante la adolescencia, su madre, Ginny, la llevaba a bares. Allí probablemente la vio un hombre de entre 40 y 50 años que comenzó a contactarla a la salida de la escuela. Un día, al regresar a su casa, lo encontró esperándola.
“He bloqueado la secuencia exacta de los eventos —escribió—: los detalles que me llevaron de abrir la puerta de entrada a preguntarme si mi madre le había dado una llave, a sentirme atrapada en mi propio hogar con un hombre tres veces mayor que yo y dos veces más corpulento, a él violándome. No tenía quién me protegiera".
Esa vulnerabilidad resultó también un arma para su castigo doble: “Durante décadas ni siquiera pensé que hubiera sido una violación. Pensé que era algo que yo había provocado, algo que me sentí obligada a hacer porque ese hombre esperaba eso de mí, yo le había dejado esperar eso de mí. Era una presa fácil para un depredador”. A ese episodio se remontan las fuentes de muchos de los problemas que sufrió Moore, que son el abc del estrés postraumático: adicción, ansiedad, trastornos de alimentación, insomnio.
Luego de los hechos, la madre apareció nuevamente con el hombre, quien las ayudó a mudarse. Al verlos llegar, Moore sintió que “no había ningún lugar seguro al que ir”. Mientras hacían la mudanza, el hombre, en un momento, le dio a entender que Ginny le había facilitado la violación: “¿Qué se siente ser prostituida por tu madre por USD 500?”.
Escribió la actriz: “Aunque él puede haberle dado dinero a Ginny sin una conversación clara sobre qué obtendría a cambio, también es perfectamente posible que Ginny supiera con exactitud lo que él quería, y es posible que haya aceptado que él pudiera conseguirlo”. Con el tiempo terminó por ver el episodio de una sola manera: “Fue una violación, y una traición devastadora”.
Recaída en el alcohol, con a de Ashton
Moore no bebía desde hacía casi dos décadas cuando, durante un viaje con su entonces marido Ashton Kutcher, todo cambió. “Él disfrutaba de una copa de buen vino tinto cuando me dijo: ‘No sé si el alcoholismo es algo real. Creo que todo es cuestión de moderación’. Yo quería ser esa chica. La chica que podía tomar una copa con la comida, o un shot de tequila en una fiesta. En mi cabeza, Ashton también quería eso. Así que traté de convertirme en eso: en una chica divertida, normal”.
Ahora, al revisar el episodio a los 56 años, agregó: “No pensé Él es un chico de veintitantos que no tiene idea de lo que está hablando’".
Esa noche tomó una cerveza del minibar. Años más tarde lo vio como un error: “Cuando no tienes un botón de apagado, sigues adelante hasta que no puedes más".
El día que cumplió 45 años, Moore estaba tan intoxicada que casi se ahogó en un jacuzzi. “Empecé a desmayarme, me deslizaba bajo el agua. Si otra gente no hubiera estado allí en ese momento, me habría ahogado".
Al cargarla semiinconsciente hasta la cama, Kutcher estaba furioso. Ella, además de culpa, sentía mucha confusión: “Ashton me había alentado para que fuera en esta dirección. Sin embargo, al haberme excedido, me expresó cómo se sentía al mostrarme una foto que me había sacado la noche anterior, con mi cabeza apoyada sobre la taza del baño”, luego de haber vomitado. En el momento en el que había tomado la foto, a ella le había parecido "una broma inocente”, escribió. “Pero en realidad era algo para humillarme”, cuenta.
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