En una plataforma que descendió desde el techo, los hermanos Nick, Joe y Kevin aparecieron frente a 20 mil personas que asistieron al Palacio de los Deportes para presenciar el regreso de la banda con su tour Happiness Begins. Los Jonas Brothers lograron hacer sold out en pocos días para su primera presentación en la Ciudad de México, a pesar de haber estado ausentes de la industria de la música durante seis años.
El público era distinto al del último concierto en tierras aztecas en el que los tres juntos subieron a un escenario. Aquél 22 de febrero del 2013, la mayoría de las personas que también llenaron el “domo de cobre”, eran adolescentes de entre 12 y 16 años, acompañados de sus padres, que los habían conocido por su colaboración con el canal de televisión Disney.
Esta vez, la mayoría eran adultos jóvenes: hombres y mujeres (en la mayoría público femenino) iban solos, con amigos o en pareja; tomaban cerveza y comían pizza mientras bailaban un par de horas antes del concierto con canciones puestas por Mike Deleasea. Las edades superaban los 20 años. Eran extraños los rostros de personas menores de edad: su público creció, los fanáticos eran los mismos que los habían acompañado en sus presentaciones del inicio de la década.
Los Jonas Brothers también cambiaron. Se quitaron las playeras llenas de lentejuelas, peinados elaborados, estampados escandalosos, y decidieron usar trajes de colores sólidos monocromáticos. Con apariencia más adulta, se pararon en el escenario en su primer concierto en la Ciudad de México el 30 de octubre.
Antes no paraban de correr, daban maromas, gritaban, bailaban y hacían actos atléticos con sus instrumentos. Nick, Joe y Kevin tenían 21, 24 y 25 años respectivamente. Ahora dos de ellos ya están en los 30 y el más chico tiene 27. Su performance cambió. Se paran en la plataforma, recorren de un lado a otro el escenario y bailan, pero con calma. Saben que su público leal está ahí para escucharlos cantar.
El evento, que comenzó a las 22:00 horas, estuvo lleno de melancolía. Los visuales que estaban a espaldas de los Jonas Brothers contaban una historia: tres niños similares a ellos jugaban a ser estrellas de la música. Después ellos tres, ya de adultos, recorrían el mundo en giras mundiales.
En las canciones que tocaron le dieron gusto a todos: interpretaron sus éxitos más grandes como S.O.S., Burnin’ up y Lovebug. Pero también canciones nuevas de su álbum recién estrenado: Happiness Begins: Sucker, Only Human y Rollercoaster fueron las más entonadas por sus espectadores.
También hicieron popurrí con las melodías con las que se estrenaron como proyecto hace 12 años. Mandy, Year 3000 y Hold on fueron algunas de las recordadas con cariño. Los temas que acompañaron a sus admiradores durante la adolescencia.
En el ambiente del concierto también se percibía que las cosas habían cambiado. Parecía ya no haber egos, como en su pasado, cuando constantemente había una competencia sobre quién destacaba más. Ahora los tres tuvieron papeles protagónicos en el escenario y fueron igual de alabados por su audiencia.
Se cambiaron la ropa en tres ocasiones, manteniendo su ahora sencillo estilo. Trajes, camisa y pantalones que hacían juego. Cabello con laca, pegado a la cabeza, y sin adornos extras ni brillos.
El show además contó con fuegos pirotécnicos y plataformas en las que se subían y elevaban para que más personas en el Palacio de los Deportes los pudieran ver. Sus fans, quienes esperaron seis años para volverlos a ver, se pusieron de acuerdo y con luces de colores inundaron todo el recinto con verde y blanco rojo. Los Jonas Brothers se sorprendieron y enviaron besos a su público. Agradecieron su lealtad y el haber permanecido ahí durante su ausencia. La presentación terminó a las 23:30 horas aproximadamente.
El renacer de la boyband
Después de su última presentación en México, hace seis años, el trío comenzó a experimentar problemas en su relación que derivaron en lo que parecía el cierre del ciclo de los Jonas Brothers. Anunciaron su retiro de los escenarios como banda, y en un concierto que tenían pactado para noviembre del 2013 para los premios Telehit, solamente dos de ellos aparecieron frente a su audiencia. Su convivencia iba tan mal que los tres ya no podían estar juntos en una misma plataforma.
Durante su ausencia, Nick y Joe tuvieron proyectos musicales como solistas y con otras bandas. Pero, a pesar de tener seguidores, su éxito nunca alcanzó el que tuvo los Jonas Brothers. Sus fanáticos crecieron y parecía que su infancia con la banda que tuvo sus inicios con Hollywood Records había quedado en el pasado.
Hasta que en enero de este año las alarmas comenzaron a sonar. Las redes sociales de la banda volvieron a tener actividad, publicaban fotografías sospechosas y volvían a subir su música a las plataformas. En febrero hicieron el gran anuncio: habían vuelto. En sólo un par de meses iniciaron una gira mundial en donde han hecho llenos totales y han tenido que abrir nuevas fechas para poder complacer a sus fans.
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