Lady Di era una madre dedicada a sus hijos, el príncipe Harry y el príncipe William, cuando eran pequeños, a menudo se la fotografiaba pasando tiempo con ellos. Su trágica muerte en 1997 puso a la nación en un estado de luto y la imagen Harry, de 12 años, y William, de 15, caminando detrás de su ataúd se convirtió en un momento difícil de olvidar. Enredada en un matrimonio tóxico y adúltero que la llevó a divorciarse del príncipe Carlos, Diana Spencer tuvo una vida dramática antes de su trágica muerte en París a los 36 años. Pese a todo, durante la mayor parte de su vida pública luchó por criar a sus hijos en un entorno estable.
Ella quería que sus hijos experimentaran una vida normal fuera de la familia real y, por lo tanto, a menudo trataba de darles “días libres” donde no tenían que actuar como príncipes. En la biografía de 1992 de Andrew Morton,“Diana: su verdadera historia”, la princesa de Gales reveló cómo trató de ejercer influencia sobre sus hijos desde el principio.
De acuerdo con la explosiva publicación, los nombres de sus hijos fueron una decisión de ella y no permitió que nadie de la familia Windsor se interpusiera en su elección. Aparentemente dijo: “Elegí los nombres William y Harry porque las alternativas eran Arthur y Albert. No, gracias. No hubo peleas por eso. Fue solo un hecho consumado".
Sin embargo, ambos nombres se convirtieron en los segundos nombres de los príncipes. El nombre de William es William Arthur Philip Louis y el de Harry es Henry Charles Albert David.
El royal más joven se llama Harry desde su nacimiento. Un portavoz de la realeza dio a conocer en el anuncio oficial que sería bautizado como Henry, pero iba ser llamado Harry. Como Angela Levin reveló en su libro de 2018 Harry: Conversaciones con el príncipe Carlos solo lo llamaba Henry cuando había sido “muy, muy travieso”.
Los nacimientos de Harry y William rompieron una tradición
Diana reveló que la decisión de su esposo de estar en el nacimiento de William también fue una ruptura significativa con el protocolo real e hizo del niño el primer heredero al trono en tener a su padre presente en el nacimiento. Fue en marcado contraste con el nacimiento de Carlos. El 14 de noviembre de 1948, su padre, el Felipe de Edimburgo estaba jugando al squash con un amigo mientras Isabel II estaba dando a luz al futuro rey de Inglaterra.
Cuando Harry y su esposa Meghan Markle dieron a conocer que iban a ser padres se especuló que si se trataba de una niña la iban a llamar Diana. En cambio, Meghan tuvo un niño y fue llamado Archie-Harrison Mountbatten Windsor. El duque y la duquesa de Sussex también decidieron no darle a su hijo un título real. Podría haber sido un conde o príncipe, pero como Diana, la pareja quiere que su hijo viva una vida más “normal”.
Un parto programado y una decepción
En la biografía de Diana de Gales escrita por Morton también se mencionan los dos embarazos de la princesa. De acuerdo con la publicación, la llegada de William, hoy de 37 años, tuvo que ajustarse a las actividades deportivas del príncipe Carlos, y el nacimiento de Harry, de 35, fue una “decepción”para el futuro rey de Inglaterra.
"Cuando tuvimos a William, hubo que encontrar una fecha en la agenda que se ajustara al príncipe Carlos y a sus torneos de polo", contó Diana en la entrevista con Morton. "El parto tuvo que ser inducido porque ya no podía soportar más la presión de la prensa, se estaba volviendo algo insoportable. Era como si el mundo entero me estuviera monitoreando".
Diana estaba muy "agradecida" de que Carlos hubiera encontrado tiempo para estar allí. "El niño llegó, con mucha emoción. Habíamos encontrado una fecha en la que Carlos podía dejar su caballo de polo por mí para dar a luz", se puede leer en el libro escrito por Morton.
El príncipe William y futuro rey de Inglaterra vino al mundo, ajustándose a los deseos del príncipe Carlos, el 21 de junio de 1982, pero la llegada de Harry decepcionó a su padre.
Durante la entrevista, Diana reveló también que Carlos se decepcionó con la llegada de Harry, ya que deseaba ser padre de una niña, así es que por un tiempo se lo ocultó. “Supe que Harry iba a ser un niño porque lo vi en la ecografía. Carlos siempre quiso una niña. Quería dos hijos, un niño y una niña. Sabía que Harry era un niño, y no se lo dije”.
Finalmente, el pequeño llegó al mundo el 15 de septiembre de 1984, en el mismo hospital St Mary de Londres en el que dos años antes había nacido su hermano mayor.
En cuanto vio a su segundo hijo, no escondió su decepción tanto por su sexo como por su color de cabello. Carlos hizo ambos comentarios en tono de broma, pero los chistes hundieron a la princesa. El segundo comentario era especialmente hiriente, porque gran parte de los Spencer, la familia de Diana, son pelirrojos.
Pero eso no fue todo, en el bautismo del pequeño no dudó en decirle a la madre de Diana que ambos estaban “muy decepcionados”, ya que “creían que iba a ser niña”.
En Diana: Her True Story--in Her Own Words, Morton no solo detalló la tormentosa relación de la princesa de Gales con Carlos, también habló de sus intentos de suicidio y de su lucha contra los problemas alimenticios. Su libro se basó en las seis cintas de audio que Diana grabó a partir de mayo de 1991. “Era absolutamente miserable y sentía que era como una prisionera del palacio. Ella sintió que necesitaba hablar. Estaba hablando como una prisionera en una celda que solo tuvo unos minutos para contar la historia”, recordó el periodista sobre la primera vez que escuchó la historia de Lady Di.
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