Tras meses de polémica por las acusaciones en su contra por abuso sexual, el productor Harvey Weinstein fue enfrentado por la actriz Zoe Stuckless en un bar del bajo Manhattan, en Nueva York.
Todo quedó grabado en video, cuando en un evento llamado “La hora de los actores” alguien notó que el poderoso hombre de Hollywood estaba entre la audiencia. Fue entonces que la joven se acercó a Weinstein y comenzó a gritar, pidiéndole al resto de los presentes que la siguieran.
“¡¿Nadie va a decir nada?! Me voy a parar a a un metro de un violador y ¿nadie va a decir nada?”, gritó en medio del lugar mientras alguien la grababa.
Mientras la mujer lo enfrentaba, Harvey Weinstein, acusado de abuso sexual contra unas 70 mujeres, permaneció sentado pacíficamente junto a sus acompañantes del sexo femenino.
Un vocero del productor le dijo al sitio TMZ que Weinstein “estaba afuera con amigos disfrutando de la música y tratando de encontrar algo de consuelo en su vida que se ha puesto al revés. Esta escena no fue requerida, fue francamente grosera y un ejemplo de cómo el público está aplastando el debido proceso hoy, tratando de eliminarlo también en la sala del tribunal.”
A través de Facebook, donde el video fue compartido también, la actriz Zoe Stuckless describió lo ocurrido en una noche que calificó como la más “surrealista” de su vida.
Relató que fue al evento llamado “La hora de los actores” que pretende empoderar a artistas emergentes y crear un espacio abierto para compartir su creatividad. “Después de un rato, una amiga señaló a un hombre sentado en una de las mesas.”
“Era Harvey Weinstein, rodeado por un cuadro de mujeres jóvenes y dos guardaespaldas. No se estaba escondiendo. Vino a ver a los jóvenes artistas ser vulnerables en el escenario”, escribió Stuckless.
Contó que el espectáculo empezó y nadie dijo nada. “Al principio no creí que fuera él, no había forma. Pero luego una comediante subió al escenario y le dijo al público que notaran ‘el elefante en la habitación’. Tan pronto como aludió a su presencia en el lugar, los organizadores, los empleados del bar y otras personas la abuchearon para que se callara. Continuó su rutina, aturdida”.
Zoe explicó que mientras permanecía ahí “paralizada”, esperaba que los organizadores lo echaran del lugar, o que algún otro comediante lo mencionara, “o que la audiencia se rebelara. Estaba sentado allí, se le permitía reír, aplaudir, beber y coquetear, y nadie decía nada. Cuanto más me sentaba allí, más furiosa estaba por nuestra inacción”.
Pensé en todas las voces que han sido silenciadas durante tantos años. Pensé en los artistas, las mujeres, que estaban paralizadas por el mismo miedo que sentía, rodeadas de colegas que se sentían intimidados por una cultura de silencio y pasividad. Esta habitación era un microcosmos de toda nuestra comunidad. Y no podía sentarme allí y dejarlo reír. Entonces hablé.
El video se convirtió en viral y ella fue echada del bar esa noche. Los guardaespaldas de Weinstein la sacaron y los organizadores “estuvieron felices” de verla irse.
Zoe concluyó que esa noche fue horrible, y un “doloroso recordatorio del poder de los hombres como Weinstein mantienen incluso ahora. Fue un recordatorio de que incluso en tiempos de relativa conciencia es hipnóticamente fácil ser arrastrado a una cultura de silencio”.
“Nuestra pasividad es veneno. Necesitamos estar unidas y hablar. O este veneno infectará, solo alentado por nuestro miedo”, reflexionó la actriz.
Afuera del bar la esperaba un grupo de mujeres que le expresaron que también tuvieron miedo de alzar la voz, por lo que le agradecieron que ella lo haya hecho.
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